LOS CABALLEROS DE LA ORDEN DEL SOL



Posted: 16 Mar 2012 06:58 AM PDT

KRISNAMURTI , EL PODER DE LA OBSERVACIÓN

Condicionamiento y Pensamiento- "El individuo, la sociedad y la paz"

"Cuando la mente se da cuenta de que está condicionada sin elección, en ese darse
cuenta surge un estado libre de condicionamiento"

Con el simple hecho de darse cuenta de todo el proceso de su condicionamiento, sin justificarlo
ni condenarlo, verán que se inicia algo totalmente nuevo.
Para liberar la mente de todo condicionamiento deben ver la totalidad del condicionamiento
sin la intervención del pensamiento. Esto no es un juego de adivinanzas; si lo experimen-
tan lo verán. ¿Alguna vez han visto algo sin el pensamiento? ¿Han escuchado o mirado sin in-
troducir todo el proceso de la reacción? Puede que digan que es imposible ver algo sin pensa-
miento, que ninguna mente puede estar sin condicionamiento; pero si dicen eso se bloquean
a sí mismos por medio del pensamiento, porque el hecho es que no lo saben.

Por tanto,¿puedo mirar, puede la mente darse cuenta de su condicionamiento? Creo que es
posible. Por favor, hagan la prueba. ¿Pueden darse cuenta de que son hindúes, comunistas,
socialistas, esto y aquello; tan sólo darse cuenta, sin decir que es correcto o incorrecto? De--
bido a que el simple ver es una tarea ardua, decimos que es imposible. Yo digo que sólo
cuando uno se da cuenta de la totalidad del propio ser sin ninguna reacción, el condiciona-
miento termina de forma total y profunda, lo cual es en realidad estar libre del "yo".

No lo traduzcan rápidamente en términos de lo que ahora creen o no creen, porque todo eso
forma parte del "yo"; y el pensamiento que es la reacción del "yo", no puede actuar sobre el
"yo" sin agrandarlo, ¿entienden? Sin embargo, eso es lo que hacemos todo el tiempo; si per-
ciben la verdad de que el pensamiento no puede eliminar ese condicionamiento, porque todo
pensamiento, análisis, verificación e introspección son una simple reacción al estado actual
de uno, entonces sólo observarán el condicionamiento. En la observación no hay elec-
ción, porque si hay elección de nuevo se introduce el pensamiento. Es decir, darse cuenta
del condicionamiento significa que no hay elección, condena, justificación ni com-
paración, sino tan solo observación. Si observan de ese modo, la mente se libera
del condicionamiento. Con el simple hecho de darse cuenta de todo el proceso del condi-
cionamiento , verán que surge algo completamente nuevo, algo que no se identifica ni se
opone al "yo"; ese algo libera, termina con todo el condicionamiento. Por eso les sugiero
que lo experimenten hasta que volvamos a reunirnos, que observen de esa manera, que se
den cuenta.
Poona, India, 1 de septiembre de 1958
Posted: 15 Mar 2012 11:54 AM PDT

Juan Pablo II: Jóvenes, no tengais miedo de mirarlo a Él
Posted: 15 Mar 2012 10:59 AM PDT
LA ESTRELLA DE BELEN .
UN OVNIS EN LOS TIEMPOS DE JESUS
Sección: Anales del Registro Askásico
por Sixto Paz Wells

"Nacido, pues Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes,
llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde esta
el rey de los Judíos que acaba de nacer? Porque hemos visto su
estrella al oriente y venimos a adorarle" (Mateo 2,1-3)
"Después de haber oído al rey, se fueron, y la estrella que habían
visto en Oriente les precedía, hasta que vino a pararse encima del
lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella sintieron grandísimo
gozo, y llegando a la casa, vieron al niño con María, su
madre...".(Mateo 2,9-11)
Era la tercera semana del mes de Marzo del año 7 antes de nuestra
Era en la región de Judea. Empezaba a calentar el ambiente, y ya los
pastores sacaban su ganado de noche aprovechando el alejamiento
de los fríos invernales. Hacía tan solo unas horas que toda una
familia se había refugiado al amparo de una gruta utilizada para
resguardar el ganado del viento. El jefe de familia era un hombre
anciano. Un Ebanista residente en una pequeña población de la
Galilea donde la mayoría de las personas pertenecían a la secta de
los Esenios. Ella, la madre gestante, era tan solo una adolescente.
Acababa de cumplir sus catorce años y ya estaba esperando un hijo
cuya concepción estaría envuelta en el misterio para todos, pero no
para ella que había aceptado ser fecundada a distancia por una
insólita luz. Los demás eran los hijos del primer matrimonio de
aquel patriarca viudo, que había aceptado, propiamente había sido
obligado, a desposarse con la joven por indicación de los sacerdotes
del templo de Jerusalén, que con ello deseaban tan solo protegerla,
en lo posible, de su propio destino. Ellos sabían que aquella virgen
había sido predestinada para una gran misión. Sus primeros años en
el templo, donde había sido dejada por sus padres para el servicio,
habían sido acompañados por toda suerte de hechos prodigiosos a
su alrededor: esferas luminosas, proyecciones de seres de luz,
levitación, visiones, etc.
El cansancio y los dolores de parto se estaban intensificando lo que
había apurado a aquel pequeño grupo emparentado por las
circunstancias, a buscar refugio para recuperar fuerzas. El haberse
detenido les había impedido alcanzar la cercana población de Belén,
cuna del Rey David. La noche ya estaba cayendo y era peligroso
continuar angustiado por los requerimientos de atención de la
joven, el anciano carpintero José, como era su nombre, envió a
algunos de sus hijos a buscar una partera a Belén. Paso un largo
rato y como no volvían, la urgencia lo hizo que enviara al resto para
acelerar la llegada de la comadrona. Se quedó así solo con la
parturienta, solo para ser testigo de eventos extraordinarios... En su
desesperación, aquel hombre justo que había tenido que soportar
todo tipo de habladurías y hasta el juicio de los sacerdotes por
hacer caso a una visión en sueños donde se le pidió aceptar un Plan
Superior en torno a la extraña concepción, salió afuera de la cueva y
se puso a mirar a la distancia, y luego, ligeramente más relajado, al
cielo. Allí contemplo la presencia de un hermoso lucero en el
luminoso cielo estrellado. Pero éste lucero no se mantuvo quieto,
sino que empezó a hacer toda suerte de movimientos en zig-zag; y
luego se colocó en la vertical donde él se encontraba, empezando a
descender vertiginosamente acompañado de una explosión,
liberando un extraño vapor a manera de niebla, transformándose
rápidamente en una nube, pero clara y brillante.
La caída de aquel cuerpo celeste fue demasiado para el anciano que
huyó sin rumbo fijo, alejándose del lugar, llegando
precipitadamente a unas colinas cercanas donde había divisado un
fuego encendido. Allí se encontraban un grupo de pastores cerca de
sus animales. En su angustia ni siquiera se presentó, sólo quería
llamar su atención para que vieran como la nube había descendido
sobre el improvisado albergue de la gruta. Aún no había recuperado
el aliento ni se había calmado del primer susto cuando al hablarles a
gritos a aquel grupo de hombres rudos, observó que las flamas del
fuego estaban quietas, el viento se había calmado, los pastores
estaban estáticos, inmóviles y el ganado tenía la hierba en la boca
pero no la estaba comiendo ni se movía. Era como si el tiempo se
hubiese detenido para dar cabida a una nueva realidad, la de la
esperanza. Se había formado un portal hacia la cuarta dimensión. En
ese instante era como si el universo hubiese descendido en la Tierra
como comprimiéndose sobre su cabeza y dejando a continuación
solo una ventana hacia la nada o hacia el todo. El susto fue
mayúsculo para el anciano José que inmediatamente recordó haber
dejado sola a Myriam, tal era el nombre de aquella joven y delgada
mujer. Por lo que volvió por donde había venido tan rápido como se
lo permitían sus cansadas piernas. Al irse acercando pudo
contemplar como de la nube que se mantenía como a unos diez
metros por encima del suelo, pero cubriendo la mayor parte de la
cueva, descendió un haz de luz azul brillante y a través de él,
bajaron tres seres luminosos de apariencia humana, pero muy altos
en comparación de los extranjeros que solían venir por los caminos
de aquella provincia romana. Aquellos hombres de resplandecientes
túnicas blancas se dirigieron directamente hacia el interior de la
cueva, y José, venciendo sus miedos, fue detrás de ellos. Dentro
estaba Myriam acostada sobre la paja que servía de granero al
ganado. Ella recibió con expectación y alivio a aquellos enviados del
cielo. La carga de la responsabilidad y de la incomprensión de los
demás a lo largo de los meses después de que se conoció su
embarazo habían sido insufribles. Pero ella confiaba de que llegado
el momento sería reconfortada. El mismo nacimiento de Myriam
había sido preparado desde lo Alto, al ser ella hija de padres
estériles, fueron estos aleccionados por los visitantes del cielo,
advirtiéndoles de la importancia de quien sería su hija.
Dos de los luminosos seres se colocaron a los lados de la joven,
mientras que el del medio se mantuvo frente a ella.
Inmediatamente los tres visitantes se inclinaron ante ella en señal
de respeto y reconocimiento de su persona y su sacrificio. Ella
estaba representando y a la vez encarnando a la nueva mujer, a la
nueva Tierra, a la madre cósmica. Ya no era Raquel la estéril, era
ahora Myriam la Virgen. Aquellos que se encontraban en los
laterales extendieron sus manos a cierta distancia por encima del
vientre de Myriam, mientras que aquel que se encontraba al frente
lo descubrió respetuosamente. Luego alzó sus manos, juntando las
palmas y separando los dedos. En ese momento una poderosa
energía a manera de esfera de luz se concentró entre las manos y al
descender con ellas hacia la joven postrada, efectuó una cesárea
totalmente aséptica, extrayendo del interior de la madre al niño
predestinado; cortando de inmediato con la misma energía
movilizada el cordón umbilical y procediendo de inmediato a
limpiarlo para depositarlo luego en los brazos de la madre. Luego,
aquel que llevó a cabo la operación selló la herida con la luz, de tal
manera que Myriam, la virgen del templo fue virgen antes, durante
y después del parto.
Fueron entonces estos seres estelares los primeros en rendirle
homenaje a aquel que teniendo el mismo nivel que ellos, llegaría a
ser más que ellos. Pasaron dos años en que la familia debido al
portento vivenciado en el lugar se había radicado en Belén. Fue
entonces que llegaron a Judea los llamados magos de oriente,
miembros de una secreta orden mundial positiva conocida como la
Hermandad Blanca de los Retiros Interiores. Ellos venían
siguiendo una misteriosa estrella, que no era otra cosa que una
nave portadora de los mensajeros del cielo, de los ángeles de
antiguo, la que terminó deteniéndose sobre el lugar donde la familia
vivía. Hasta allí fueron aquellos hombres santos que habían partido
hacía dos años desde Mesopotamia después de haber realizado toda
suerte de cálculos astrológicos. Venían trayéndole al niño objetos
que le habían pertenecido en su vida anterior, los cuales él pequeño
Yeshua, tal era su nombre, pudo reconocer sin dificultad de
entre otros más atractivos. Fue suficiente los cálculos y las
sincronías para saber que él era el enviado, el liberador, el Mesías
esperado; aquel ungido desde antiguo para sacar a la humanidad
del único original pecado que la humanidad arrastra, que es la
ignorancia. Los Magos Maestros a continuación entregaron a la
familia recursos económicos para que se pudieran radicar en Egipto
durante algunos años, para preservar así la vida del niño. Después
de esto, alabaron a Dios y se regresaron por otro camino concientes
de que se había iniciado un Tiempo Nuevo lleno de esperanza, y que
algún día la humanidad lo entendería y asumiría el reto de su propia
cristificación.
La familia abandonó sigilosamente Belén y la provincia,
trasladándose a Alejandría en Egipto, ubicándose al lado de los
esenios alejandrinos conocidos como los terapeutas, donde
permanecieron hasta que el niño cumplió los cinco años de edad,
considerando entonces el momento de volver y estableciéndose por
espacio de un año en una tienda de beduinos al lado del monasterio
de Qúmram a orillas del Mar Muerto. En aquel desértico y místico
lugar, el pequeño niño crecía día a día en bondad y en sabiduría...
Los Esenios fueron una secta Sadoquita donde se priorizaba el
celibato, pero había como una tercera orden dentro de ella, que
estaba compuesta por matrimonios, mayormente ubicados en la
localidad de lo que hoy es Nazareth, tal como se desprende de
algunos de los rollos de la Comunidad encontrados en Qúmram. En
la casa taller de José en Nazareth hay un baño ritual esenio.
El planeta Tierra había sufrido hace miles de millones de años
(mucho tiempo antes de la existencia de los dinosaurios) impactos
de lluvia meteórica que extinguieron la vida en ella transformándolo
en un lugar estéril; por ello fue escogido junto con otros siete
planetas por las Jerarquías del Cosmos para incluirla en un proyecto
mediante el cual, viajando a través del tiempo y el espacio, se llegó
a éste mundo antes de que muriera, y se le dio una segunda
oportunidad, creando a su alrededor un tiempo paradójico y
alternativo. Imaginémonos por un instante que el tiempo en el
universo es como una espiral ascendente, y que en una de las
curvas de la espiral se genera un círculo adicional y tangencial. Al
final de un ciclo cósmico se estaría esperando que con la
supervivencia de la humanidad a su adolescencia espiritual, se
produzca la reconexión, de tal manera que haya "un final de los
tiempos ", conectándose definitivamente el tiempo alternativo con
el Real tiempo del Universo. Entonces será como si nunca no
hubiese sido.
Vivimos en un universo material de siete dimensiones, por lo
cual poseemos siete cuerpos para actuar en aquellas dimensiones.
La mayoría de los individuos que habitan nuestro mundo son seres
de 3,3 lo cual significa que se mueven dentro de la tercera
dimensión con sus tres primeros vehículos: el cuerpo físico, el astral
y el mental inferior que es el carácter y la personalidad. Pero Jesús
era un 3,6 habiendo llegado ha desarrollar en vidas anteriores su
conciencia espiritual que es el 6. Mientras que los extraterrestres
que nos visitan son seres de 4,4 esto es, que se mueven en una
cuarta dimensión viajando a través del tiempo y del espacio, y con
una conciencia de su potencial psíquico. Los que asistieron el
nacimiento del Maestro Jesús eran 6,6. Después de su resurrección,
Jesús pasó ha ser 4,7 nivel éste de séptima que nadie había
alcanzado hasta ese momento, abriendo la puerta a realizaciones
mayores de la propia humanidad.
Hace miles de años un grupo de extraterrestres descendieron
en la Tierra, precisamente en el Desierto del Gobi en la Mongolia, y
allí fundaron Shamballa, la capital del mundo subterráneo, y se
constituyeron en la Gran Hermandad Blanca de los Retiros
Interiores, como guardianes del conocimiento oculto de la historia
real de la humanidad, siendo reemplazados con el tiempo por
terrestres de gran calidad espiritual.

Yeshua ben Joseph no era un extraterrestre sino un terrestreextra,
que es diferente.
Posted: 15 Mar 2012 10:48 AM PDT
Los fósiles que sugieren que existió otra especie humana



Algunos científicos han sugerido que estos hombres podrían ser híbridos.
Científicos identificaron unos fósiles hallados en el suroeste de China que podrían pertenecer a una especie humana hasta ahora desconocida.
Los restos, que presentan una inusual mezcla de rasgos físicos arcaicos y modernos, tienen una antigüedad de entre 14.500 y 11.500 años, según destacó el equipo de expertos chinos y australianos que publicó la investigación en la revista científica estadounidense PLoS One (Public Library of Science One).
Hasta ahora había que remontarse más de 100.000 años para encontrar en esta parte del mundo fósiles que no fueran del Homo sapiens.
“Estos nuevos fósiles pueden ser de una especie antes desconocida que sobrevivió hasta el final de la Edad de Hielo, hace unos 11.000 años”, señaló Darren Curnoe, de la Universidad australiana de Nueva Gales del Sur, quien encabezó el estudio junto con Ji Xueping, del Instituto de Arqueología de Yunnan.
“También podría tratarse de representantes de una migración muy temprana y desconocida de hombres modernos desde África, que sin embargo no contribuyeron genéticamente al hombre actual”, aseguró el científico.
Según le dijo Curnoe a la BBC, “están tratando de ser muy cuidadosos a la hora de clasificar los restos de una manera definitiva”.
“Una de las razones para ello”, según el experto, “es que en la ciencia de la evolución humana no se tiene en la actualidad una definición biológica generalmente aceptada para nuestra propia especie, por lo que es un área contenciosa”.

Dos cuevas

Los restos fosilizados de al menos tres individuos fueron encontrados en 1989 en Maludong, o Cueva del Ciervo Rojo en chino, cerca de Mengzi, en la provincia china de Yunnan, pero no se estudiaron hasta 2008.
Un cuarto esqueleto parcial fue hallado en 1979 en otra cueva cerca del pueblo de Longlin, en la región autónoma de Guangxi, limítrofe con Yunnan. Los restos fósiles quedaron incrustados en un bloque de roca hasta 2009, cuando este mismo equipo lo extrajo y lo reconstituyó.
Por el lugar donde fueron encontrados los restos, a estos especímenes se les ha bautizado como los “Hombres del Ciervo Rojo”.

Esta especie presentaba una mezcla de rasgos físicos arcaicos y modernos.
Los cráneos y dientes de Maludong y Longlin son muy similares entre sí lo que sugiere que previenen de la misma especie.
Estos individuos tenían cavidades cerebrales redondeadas con prominentes arcos de las cejas. Los huesos de sus cráneos eran gruesos, con un rostro bastante corto y plano, y amplias narices. Sus mandíbulas salían hacia fuera pero carecían de la barbilla de los humanos modernos.
Escáneres de sus cavidades cerebrales muestran que tenían lóbulos frontales similares a los de los humanos modernos pero sus lóbulos parietales eran arcaicos.

¿Híbridos?

Algunos científicos sin conexión con este estudio han sugerido que estos hombres podrían ser híbridos.
“Puede ser que sean humanos modernos que se mezclaron con humanos arcaicos que vivieron al mismo tiempo”, aseguró Isabelle De Groote, del Museo de Historia Natural de Londres.
“Otra posibilidad”, según De Groote, “es que evolucionaran esos rasgo primitivos de forma independiente debido a un cambio o aislamiento genético, o en respuesta a ciertas condiciones medioambientales”. El doctor Cunroe está de acuerdo en que eso sería posible.
Publicado por Arkantos
Posted: 15 Mar 2012 10:38 AM PDT
LA ÉPOCA ATLANTE



Los cataclismos volcánicos destruyeron la mayor parte del continente lemúrico, y en su lugar surgió el continente Atlántico, en el sitio que actualmente ocupa el océano del mismo nombre.

La ciencia materialista, intrigada por la historia de Platón, hizo investigaciones respecto a los atlantes, quedando demostrado que hay más de una base seria en esa historia, y que dicho continente puede haber existido. Los ocultistas no sólo saben que existió, sino que también conocen su historia, que ahora describiremos.

La antigua Atlántida difería de nuestro mundo actual en muchas cosas, pero su mayor diferencia se encontraba en la constitución de su atmósfera y del agua de aquella época.

De la parte austral del planeta venía el aliento ardiente de los volcanes, que se encontraban aún muy activos. Del norte llegaban los bloques de hielo de la región boreal. El continente Atlántico era el punto donde se juntaban esas dos corrientes, y, por consiguiente, su atmósfera estaba siempre sobrecargada de una neblina espesa y pesada. El agua no era tan densa como ahora, pues contenía una proporción mucho mayor de aire. Había, además, mucha agua en suspensión en la pesada y nebulosa atmósfera de la Atlántida.

Al través de esa atmósfera nunca brillaba el Sol con claridad. Aparecía como rodeado de una aura de luz vaga, como sucede con los faroles de las calles en tiempo de neblina. Entonces sólo se podía ver a una distancia de unos cuantos pies en cualquier dirección, y las líneas de los objetos distantes se veían borrosas e inciertas. El hombre se guiaba más por su percepción interna que por su visión externa.

Y no solamente la tierra de entonces, sino también el hombre, eran muy diferentes a los actuales. El hombre de entonces tenía cabeza, pero casi nada de frente; su cerebro no tenía desarrollo frontal. Su cabeza era huida casi desde arriba de los ojos hacia atrás. Comparados con nuestra humanidad, eran gigantes; sus brazos y piernas eran mucho más largos, proporcionalmente a su semejantes a los del canguro. Tenía pequeños ojos parpadeantes, y su cabello era de sección redonda. Esta última peculiaridad, si no otras, distinguen a los descendientes de los atlantes que existen actualmente entre nosotros. Su cabello era recto, lacio, negro, de sección redonda, mientras que el de los arios, si bien puede diferir en color, tiene siempre la sección oval. Las orejas de los atlantes se separaban mucho más de la cabeza que las de los arios.

Los vehículos superiores de los atlantes primitivos no estaban en posición concéntrica con relación al cuerpo denso, como lo están los nuestros. El espíritu no era aún del todo un espíritu interno; estaba parcialmente fuera, y, por lo tanto, no podía dominarlo tan fácilmente como cuando está completamente dentro. La cabeza del cuerpo vital estaba fuera y se mantenía mucho más arriba que la del cuerpo físico. Hay un punto entre los arcos superciliares a una media pulgada bajo el cutis que tiene un punto correspondiente en el cuerpo vital. Ese punto no es el cuerpo pituitario, que está mucho más adentro de la cabeza del cuerpo denso. Puede llamársele la raíz de la naríz". Cuando esos dos puntos del cuerpo vital y del físico se ponen en correspondencia, como sucede en el hombre actual, el clarividente los ve como una manchita negra, o mejor dicho, como un espacio vacío, semejante a la parte invisible de la llama del gas. Este es el asiento del espíritu interno del hombre, el Santuario de los Santuarios (Sancta Sanctorum) del Templo del cuerpo humano, creado para todo lo que no sea el espíritu interno del hombre, el Ego, cuyo hogar es. El clarividente puede ver con mayor o menor claridad, de acuerdo con su capacidad y ejercitamiento, todos los diferentes cuerpos que forman el aura humana. Unicamente ese punto, ese sitio, está oculto para él. Esto es otra "Isis" cuyo velo nadie puede descorrer. Ni aún el ser más evolucionado puede descorrer el velo del Ego de la más humilde o menos desarrollada criatura. Eso, y únicamente eso, sobre la Tierra, es tan sagrado, que está completamente a salvo de toda intrusión.

Esos dos puntos de los que acabamos de hablar -uno en el cuerpo denso y en su contraparte del cuerpo vital- estaban muy separados en el hombre de los primitivos tiempos de la Atlántida, como está en los animales actuales. La cabeza del cuerpo vital del caballo está muy separada de la de su cuerpo denso. Esos dos puntos están más próximos en el perro que en cualquier otro animal, salvo quizá en el elefante. Si llegan a juntarse, se da el caso de animales prodigios que pueden contar, deletrear, etcétera.

Debido a la distancia entre esos dos puntos, el poder de percepción del Atlante era mucho más fino en los mundos internos que en el Mundo Físico, oscurecido además por esa atmósfera de neblina densa y pesada. Con el tiempo, sin embargo, la atmósfera se fue haciendo gradualmente más clara; al mismo tiempo, los puntos citados se fueron acentuando poco a poco. Conforme se iban aproximando, el hombre iba perdiendo su contacto con los mundos internos, haciéndose éstos más oscuros conforme el físico se aclaraba. Finalmente, en el último tercio de la Epoca Atlante, el punto del cuerpo vital se unió al del cuerpo físico correspondiente. Hasta ese momento no estaba el hombre plenamente consciente del Mundo Físico; pero al mismo tiempo que se obtuvo la plena visión y percepción del Mundo Físico, se perdió la capacidad de percibir los mundos superiores, capacidad que se fue perdiendo gradualmente en la mayoría.

En los primeros tiempos el atlante no percibía claramente las líneas de un objeto o persona, pero veía su alma y en seguida conocía sus atributos, ya éstos fueran beneficiosos para él o no. Sabía enseguida si el hombre o animal a quien estaba mirando se encontraba en disposiciones amigables o agresivas para él. Sabía prontamente, por medio de su percepción espiritual, cómo debía tratar a los demás, y cómo podía escapar a los peligros, y, en consecuencia, cuando perdió la visión de los Mundos Espirituales, sufrió muchas tristezas por ello.

La Rmoahals fue la primera de las razas atlantes. Tenían muy poca memoria, y ésta poca estaba relacionada únicamente con la sensación. Recordaban los colores y los sonidos, y de esta suerte desenvolvieron hasta cierto punto el sentimiento. El lemur no tenía sentimiento alguno, en la más sutil acepción de la palabra. Poseía el sentido del tacto, podía sentir las sensaciones físicas de dolor, de comodidad y confort, pero no las sensaciones espirituales o mentales, como la alegría, la tristeza, la simpatía o la antipatía.

Con la memoria obtuvieron los atlantes los primeros rudimentos del lenguaje. Entonces crearon palabras y ya no hicieron más uso de los simples sonidos que hacía el lemur. Los Rmoahals empezaron a dar nombre a muchas cosas. Eran todavía una raza espiritual y sus poderes anímicos eran análogos a las fuerzas de la Naturaleza; y no solamente daban nombres a las cosas que los rodeaban, sino que sus palabras poseían poder sobre las cosas denominadas. Similarmente a los últimos lemures, sentían que eran espíritus y nunca se causaron entre sí el menor daño. Para ellos el lenguaje estaba santificado, pues lo consideraban como una expresión directa del espíritu. Y nunca abusaron o degradaron este poder charlando o hablando de nimiedades. Por medio del empleo del lenguaje, el alma de esta raza pudo por primera vez ponerse en contacto con el alma de las cosas del mundo externo.

La segunda raza atlante fue la de los Tlavatlis. Y ya empezaron a sentir su valor como seres humanos separados. Se hicieron ambiciosos; pedían que se recompensaran sus obras. La memoria se convirtió en un verdadero factor en la vida de la comunidad. El recuerdo de las proezas hechas por alguno de ellos hizo que el pueblo eligiera por Guía al que hubiera efectuado cosas más grandes. Este fue el germen de la realeza.

Ese recuerdo de las obras meritorias de algún hombre se mantenía después aún de su muerte. La humanidad comenzó a honrar la memoria de sus antepasados y a adorar en ellos y en otros que hubieran mostrado algún gran mérito. Este fue el principio de cierta forma de adoración que aún es practicada hoy en día por algunos asiáticos.

Los Toltecas fueron la tercera raza atlante. Llevaron aún más adelante esas ideas de sus predecesores, inaugurando la monarquía y la sucesión hereditaria. Los Toltecas originaron la costumbre de honrar a los hombres por las proezas de sus antecesores; pero entonces había muy buenas razones para hacerlo así, pues debido al ejercitamiento peculiar de aquellos tiempos, el padre tenía el poder de impartir sus cualidades a sus hijos, de una manera imposible para la humanidad actual.

La educación se efectuaba evocando ante el alma del niño cuadros de las diversas fases de la vida. La conciencia de los primitivos atlantes era todavía principalmente una conciencia interna pictórica. El poder del educador para evocar esos cuadros ante el alma del niño era el factor determinante del que dependían las cualidades anímicas que poseería el hombre ya maduro. Lo que se despertaba era el instinto y no la razón, y por este método de educación el hijo, en la mayoría de los casos, absorbía realmente las cualidades de su padre. Es, pues, evidente que en aquel entonces había muy buenas razones para rendir honores a los descendientes de grandes hombres, porque los hijos heredaban siempre la mayor parte de las buenas cualidades de su padre. Desgraciadamente, no es ese el caso en nuestros tiempos actuales, aunque seguimos siempre con la misma costumbre de honrar a los hijos de los grandes hombres, si bien ahora no tenemos razón alguna para hacerlo.

Entre los Toltecas se consideraba de gran valor la experiencia. El hombre que había obtenido las más variadas experiencias era el más honrado y buscado. La memoria era entonces tan grande y exacta que la de nuestra humanidad actual no es nada en comparación. En cualquier emergencia, un Tolteca de grande experiencia y práctica hubiera recordado muy probablemente los casos similares que le hubiesen ocurrido en el pasado, deduciendo lo que debiera hacerse en seguida. De esta suerte se convertía en un inestimable consejero para la comunidad cuando se producía alguna situación que ningún miembro de aquélla hubiera experimentado antes, siendo, por lo tanto, éstos incapaces de pensar o deducir por analogía lo que debía hacerse en esa emergencia. Y cuando en la comunidad no había individuos de aquella especie, se veían obligados a experimentar para encontrar lo mejor que pudiera hacerse.

A mediados del último tercio de la Atlántida encontramos el comienzo de las naciones separadas. Grupos de personas que habían descubierto entre sí gustos y costumbres similares abandonaban sus antiguos hogares y fundaban una colonia nueva. Pero recordaban sus antiguas costumbres y las seguían en sus nuevos hogares en lo posible, creando otras nuevas que se armonizaban con sus ideas y necesidades particulares.

Los Guías de la humanidad iniciaron a grandes Reyes en ese entonces para que dirigieran al pueblo, sobre el cual se les dio gran poder. Y las masas honraban a esos reyes con toda la reverencia debida a los que ciertamente eran reyes "por la gracia de Dios". Este feliz estado de cosas, sin embargo, llevaba en sí el germen de la desintegración, porque los reyes con el tiempo se ensoberbecieron con el poder. Olvidaron que éste había sido puesto en sus manos por la gracia de Dios como una cosa sagrada, que habían sido hecho reyes con el objeto de que obraran con justicia y ayudaran al pueblo. Y empezaron a emplear sus poderes para la corrupción, con fines egoístas de engrandecimiento personal, en vez de usarlos para el bien común, y se arrogaron privilegios y autoridad que nunca se les había concedido. La ambición y el egoísmo los dominaron y abusaron de sus poderes derivados de la divinidad para oprimir y vengarse. Esto fue así no solamente con los reyes, sino también con los nobles y las clases más elevadas, y si uno considera los poderes que ellos poseían sobre sus súbditos de clase inferior, es bien fácil comprender que esos abusos tenían que producir terribles condiciones.

Los Turanios originales fueron la cuarta raza Atlante. Eran especialmente viles en su abominable egoísmo. Erigieron templos en los que los reyes eran adorados como dioses y oprimían muchísimo a las clases inferiores desamparadas. La magia negra de la clase pero y más nauseabunda floreció entonces, y todos los esfuerzos estaban encaminados a la gratificación de la vanidad y a la ostentación externa.

Los Semitas originales fueron la quinta y más importante raza de las siete razas atlantes, porque en ellos encontramos el primer germen de esa cualidad refrenadora: El pensamiento. Por lo tanto, la raza Semítica original se convirtió en la "simiente de raza" de las siete razas de nuestra Epoca Aria.

En la Epoca Polar el hombre adquirió el cuerpo denso como instrumento de acción. En la Epoca Hiperbórea se agregó el cuerpo vital, que dio la fuerza del movimiento necesaria para la acción. En la Epoca Lemúrica el cuerpo de deseo suministró el incentivo para la acción.

La mente de le dio al hombre en la Epoca Atlante para que tuviera propósito en la acción; pero como el Ego era excesivamente débil y la naturaleza pasional (de deseos) muy fuerte, la mente naciente se unió al cuerpo de deseos; y de ahí resultó la astucia, causa de todas las debilidades de mediados del último tercio de la Epoca Atlante.

En la Epoca Aria comenzó a perfeccionarse la mente y la razón, por medio del trabajo del Ego para encadenar al cuerpo de deseos y conducirle a la realización de la perfección espiritual, que es el objeto de la evolución. Esta facultad de pensar y formar ideas la consiguió el hombre a expensas del gobierno sobre las fuerzas vitales, esto es, a expensas de su poder sobre la Naturaleza.

La mente y el pensamiento permiten al hombre actual ejercitar su poder sobre los minerales y las substancias químicas, únicamente, porque su mente está todavía en su primer estado, o mineral, de su evolución, como se encontraba su cuerpo denso en el Período de Saturno. Y no puede ejercer el menor poder sobre la vida animal o vegetal. El hombre utiliza en sus industrias maderas y diversas substancias vegetales, así como ciertas partes del animal. Estas substancias, en último análisis, son todas materia química animada por la vida mineral, de la que se componen todos los cuerpos, según ya se explicó. Sobre todas esas variedades de combinaciones químico-minerales puede tener dominio actualmente el hombre; pero hasta que haya llegado al Período de Júpiter, no podrá extender su dominio hasta la vida. En ese Período tendrá el poder de obrar y trabajar con la vida vegetal, como lo hacen los Angeles actualmente, en este Período Terrestre.

Los científicos materialistas han trabajado durante largos años para "crear" vida; pero no obtendrían el menor éxito hasta que hayan aprendido a aproximarse a la mesa del laboratorio con la más profunda reverencia, como si estuvieran frente al altar de un Templo, con pureza de corazón y con manos santificadas, desprovistas de todo egoísmo y ambición.

Tal es la decisión de los Hermanos Mayores, que guardan éste y otros profundos secretos de la Naturaleza hasta que el hombre se encuentre en condiciones de emplearlos para el mejoramiento de la raza, para la gloria de Dios y no para aprovecharse o engrandecerse personalmente.

Esta pérdida de su poder sobre las fuerzas vitales fue, sin embargo, la que hizo posible que el hombre pudiera seguir evolucionando. Después de eso no importaba cuán grande se hiciera su egoísmo, porque no podría ser destructor de sí mismo ni de la Naturaleza, como hubiera sido el caso si su egoísmo creciente hubiera estado acompañado por el gran poder que poseía el hombre en su primitivo estado de inocencia. El pensamiento que obra solamente en el hombre no tienen poder alguno sobre la Naturaleza y nunca puede poner en peligro a la humanidad, como hubiera sido posible si las fuerzas de la Naturaleza estuvieran bajo el dominio del hombre.

Los Semitas originales regulaban sus deseos hasta cierto punto por medio de la mente, y en vez de simples deseos mostraban astucia y malicia, medios por los cuales este pueblo trataba de realizar sus fines egoístas. Si bien era un pueblo muy turbulento, aprendieron a refrenar sus pasiones en gran extensión y a realizar sus propósitos por medio de la astucia, más sutil y potente que la simple fuerza bruta. Y descubrieron por vez primera que el cerebro es superior al músculo (1).

En el transcurso de la existencia de esta raza, la atmósfera de la Atlántida comenzó a aclararse definitivamente, y el punto ya mencionado del cuerpo vital se puso en correspondencia con su compañero del cuerpo denso. La combinación de los sucesos dio al hombre la capacidad de ver los objetos con claridad y nitidez, con contornos bien definidos; pero esto también se obtuvo a expensas de su visión de los mundos internos.
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1 - En Inglés: That "brain" is superior to "brawm".
Así que podemos ver y es bueno definir la siguiente ley: Nunca se puede hacer el menor progreso sino a costa de alguna facultad que se poseía previamente, la que se re-obtiene de nuevo después en una forma más elevada.

El hombre construyó su cerebro a costa temporal de su poder de generar sólo, por sí mismo. Con el objeto de adquirir el instrumento con el cual pudiera guiar su cuerpo denso, se sujetó a todas las dificultades, tristezas y dolores que involucran la cooperación necesaria para la perpetuación de la raza; y obtuvo su poder de razonar a costa de la pérdida temporal de su visión espiritual.

Mientras que la razón le benefició de muchas maneras, arrojó de él su visión del alma de las cosas que antes le hablaba, y la adquisición del intelecto, que es ahora la más preciosa posesión del hombre, era contemplada con tristeza por los Atlantes, que lamentaban la pérdida de su visión y poder espirituales, pérdida que marcaba su adquisición.

Sin embargo, era necesario el cambio de los poderes espirituales por facultades físicas, para que el hombre pudiera funcionar, independiente de toda guía externa, en el Mundo Físico, que debía conquistar. A su debido tiempo esos poderes serán obtenidos nuevamente, cuando por medio de sus experiencias y de su jornada a través del Mundo Físico más denso, haya aprendido a usarlos apropiadamente. Cuando los poseía no tenía conocimientos acerca de su empleo, y eran demasiado peligrosos y preciosos para usarse como juguetes y para hacer experiencias con ellos.

Bajo la dirección de una Gran Entidad, la raza semítica original fue llevada hacia el este del continente Atlántico, por Europa, hacia la gran extensión esteparia del Asia Central, que actualmente denomínase el Desierto de Gobi. Allí fueron preparados para convertirse en la simiente de las siete razas de la Epoca Aria, imbuyéndoles potencialmente las cualidades que debían ser evolucionadas por sus descendientes.

Durante las edades anteriores -desde el comienzo del Período de Saturno y a través de los períodos Solar y Lunar hasta las tres evoluciones y media del Período Terrestre (Epocas Polar, Hiperbórea, Lemúrica y primera parte de la Atlante)- el hombre fue guiado por elevados Seres sin que él pudiera hacer la menor elección. En esos tiempos era incapaz de guiarse a sí mismo, no habiendo aún desarrollado una mente propia; pero, por último, llegó el día en que se hizo necesario, para su futuro desarrollo, el que comenzara a guiarse a sí mismo. Debía aprender la independencia y asumir la responsabilidad de sus propios actos. Anteriormente se había visto impulsado a obedecer las órdenes de su Señor; pero ahora sus pensamientos debían separarse de los visibles guías, los Señores de Venus, a quienes había adorado como mensajeros de Dios, y dirigirse a la idea del verdadero Dios, el Creador invisible del Sistema. El hombre debía aprender a adorar y a obedecer las órdenes de un Dios a quien no podía ver.

Su Guía llamó, pues al pueblo y lo reunió, dándole una oración que puede expresarse así:

"Anteriormente habéis visto a Aquellos que os guiaban, pero hay Guías de varios grados de esplendor, superiores a aquéllos, a quienes no habéis visto, pero que os guiaron siempre, grado por grado, en la evolución de la conciencia.

"Exaltado y por encima de todos esos Señores gloriosos está el Dios invisible, que ha creado el cielo y la tierra sobre la que estáis. El ha querido daros dominio sobre toda esta tierra, para que podáis fructificar y multiplicaros en ella.

"A este Dios invisible lo debéis adorar, pero debéis adorarlo en Espíritu y en Verdad, y no hacer ninguna imagen de El, ni tratar de pintarlo semejante a vosotros, porque El está presente en todas partes y está más allá de toda comparación o similitud.

"Si seguís sus preceptos, El os bendecirá abundantemente y os colmará de bienes. Si os apartáis de sus caminos, os vendrán males. La elección es vuestra. Sois libres; pero debéis sufrir las consecuencias de vuestros propios actos".

La educación del hombre se efectúa en cuatro grandes grados. Primero se obra sobre él desde fuera, inconscientemente. Entonces se le coloca bajo la dirección de los Mensajeros de Divinos y Reyes a quienes ve, y cuyas órdenes debe obedecer. Después se le enseña a reverenciar las órdenes de un Dios a quien no ve. Finalmente, aprende a elevarse sobre toda orden; a convertirse en una ley en sí mismo; y, conquistándose así mismo voluntariamente, a vivir en armonía con el Orden de la Naturaleza, que es la Ley de Dios.

Cuádruple es también el grado que el hombre sigue hasta Dios. Primero, por medio del miedo, adora a Dios a quien empieza a sentir, sacrificándole para propiciarlo, como hacen los fetichistas.

Después aprende a mirar a Dios como al Dador de todas las cosas y a esperar recibir de El beneficios materiales, ahora y siempre. Sacrifica por avaricia, esperando que el Señor le dará ciento por uno, o para librarse del castigo inmediato, como plagas, guerras, etc.

Luego se le enseña a adorar a Dios con oraciones y a vivir una buena vida; y a cultivar la fe en un Cielo en el que será recompensado en el futuro; y abstenerse del mal para que pueda librarse de un castigo futuro en el Infierno.

Por último llega a un punto en el que puede obrar bien sin pensar en la recompensa o castigo, sino sencillamente porque "es justo el obrar con rectitud". Ama al bien por sí mismo y trata de ordenar su conducta en consecuencia, sin tener en cuenta su beneficio o desgracia presente o los resultados dolorosos de algún tiempo futuro.

Los semitas originales habían llegado al segundo de estos grados. Se les enseñó a adorar a un Dios invisible y a esperar ser recompensados con beneficios materiales o castigados con aflicciones y dolores.

El Cristianismo Popular es el tercer grado. El Cristianismo Esotérico y los alumnos de todas las escuelas de ocultismo están tratando de alcanzar el grado superior, el que generalmente se conseguirá en la Sexta Epoca, la Nueva Galilea, cuando la religión Cristiana unificadora abra los corazones de los hombres, así como sus entendimientos están ya abiertos.

Los Akadios fueron la sexta y los Mogoles la séptima de las razas atlantes. Estos evolucionaron aún más la facultad de pensar, pero siguieron líneas de razonamiento que los desviaron más y más de la corriente principal de la vida en desarrollo. Los chinomogoles sostienen hasta hoy en día que esos medios anticuados son los mejores. El progreso requiere constantemente nuevos métodos y adaptabilidad que conserve las ideas en un estado fluídico, y, en consecuencia, esas razas decayeron y degeneraron junto con el remanente de las razas atlantes.

Conforme las pesadas neblinas de la Atlántida se condensaban más y más, la creciente cantidad de agua fue inundando gradualmente ese continente, destruyendo la mayor parte de la población y las evidencias de su civilización.

Pero un gran número se salvó del continente que se sumergía bajo las inundaciones y ganaron la Europa. Las Razas mogólicas son las descendientes de esos refugiados atlantes. Los negros y las razas salvajes de pelo duro y motoso son los últimos remanentes de los lemures.

del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel
Posted: 12 Mar 2012 07:13 AM PDT
TIAHUANACO EL SECRETO SAGRADO DE LOS HIJOS DEL SOL



VICTOR SALAZAR SOTO

CABALLEROS DE LA ORDEN DEL SOL

Tiahuanaco (Bolivia) 12.000 A.D. La Ciudad Eterna, la legendaria Wiñymarca, cobijo una estirpe de Sabios Sacerdotes, herederos de un conocimiento sagrado ancestral...
La Ciudad Eterna, conocida hoy como Tiahuanaco. Un recinto Sagrado y pacifico conocedores de la doctrina de sus ancestros Los Hijos del Sol, ante la constante amenaza los cataclismos y falta de alimentos las tribus Bárbaras atacaron constantemente Wiñaymarca.
Poniendo en peligro los archivos, La información de la Historia de la Humanidad y el Disco Solar símbolo del Sol Central y de la Hermandad Blanca. Se decidió llevar el Disco Sol a un recinto sagrado intraterreno preparado por la Hermandad Blanca,
Cerca del Sagrado Lago El Titi-Caca situado en la cordillera Andina entre los Países Perú Y Bolivia. Se había creado un templo .La Hermandad de los 7 rayos, aquí seria cuidado el disco y toda la información de la historia de la razas que habitaron este planeta donde estaba la información de los intervención de seres extraterrestres en la Historia de la Humanidad .creadores y mutación Genética de la raza Humana su Historia si ciencia y adelantos en diferentes arias.
Huyustus, fue uno de los primeros .Grandes Maestro de Cuidad Eterna ( Wiñymarca – Tiahuanaco )
Uno de los descendientes de este gran maestro conocido, como Manco Capac o Ayar Manco, fue el encargado de llevar el Disco Solar, A una isla del lago Titi caca llama la isla del sol, donde hay un templo intraterreno de la Hermandad blanca.
Manco Capac revelo la existencia del disco solar a Sinchi Roca, Titicaca (Mamacona-Puquinacocha) siguiente lugar de origen, el disco fue entregado y llevado al Cusco, al templo más Sagrado de los Señores Incas al Coricancha, templo dedicado al padre sol.
El centro principal de la jerarquía construida bajo tierra en la selva, madre de dios. Luego de la destrucción de los atlantes tres seres venidos de los recinto intraterrestre, informaron a los sabios amautas sobres el fin del imperio.
1533 Choque Auqui, hermano de Huáscar se retiró del cusco a la selva, con un grupo de Sacerdotes Amautas, Auqui Kuna llevando así la estirpe y sangre real de los señores Incas.
En el camino fueron quedando grupos de guerreros para proteger al Inca como también los señores Q`eros conocedores del camino al santuario de Paikiki o Paititi.
Reunidos en el templo más sagrado en el cusco dedicado al Dios Sol. El Coricancha escaparon por una chinkana (túnel) que los llevaría al Sacsahuaman , de ahí entrarían en otra chinkana, en esta peregrinación del Inca heredero de la sangre real conjuntamente con un grupo de sabios y familiares reguardados por guerreros súbditos del Inca llevarían consigo el conocimiento sagrado de los Señores Incas y consigo el Disco Solar .
Todo la información Kipus y libros se guardaba así mismo en una caja metálica de10 en 10 plancha o laminas por caja , también se usaba las hojas de plátano que pasaba por un proceso de conservación ,el cuidado de lo anciano era muy importante los kurakas debían de cuidar la comunidad a la cual el Señor Inca le había encargado.
En las casas no habían puerta solo se usaba una tela para cuidar la intimidad de la familia. Los amautas eran hombres sabios conocedores de un conocimiento ancestral. Heredada de una raza roja.

El cronista mercedario Fr. Martin de Morua.
Historia de los reyes del Perú que el Inca Huaina Capac tuvo noticias de Babilonia y del Templo del Rey Salomón, fue el Rey Huaina Capac III (Rey en Tamputoco)
La Ciudad llamada Huari, se cree que era Hombres descendientes de Sumeria , cuando los Semitas invadieron un siglo antes de la era Cristiana llegaron al Perú en el tiempo del Rey Pirua Ayar Tacco Capac (f. de Montesinos vo. Sit. Capitulo. IX).
En el tiempo del Rey Huaman Tacco Amaru llego un gran señor al cual llamaban Hatun Apu (Gran Señor) Tunapa . El Señor que lleva Bastón. Don Pedro Astete decía que Tunapa pudo haber sido el gran dramaturgo. Llamado Apolonio de Tiana, Hierocles lo comparo a Apolonio de Tiana como a Jesús.
Apolonio de Tiana había dicho luego de peregrinar por diferentes países y visitar sus Templos habría dicho después, voy a la tierra de los Señores sabios, refiriéndose así a la tierra de los Reyes Amautas el Perú.
Apolonia de Tiana viajo a Sudamérica, y quizás ingreso por Brasil y llego al Tahuantinsuyo Perú .los Amautas habían heredado las sabidurías de sus antepasados los Jupiterianos Piruas que gobernaron en forma Autocrática.
Los Piruas desarrollaron una Civilización muy avanzada, de lo cual los posteriores Reyes recibieron esa sabiduría, los Capa Cunac solo recibieron un conocimiento mínimo de ese gran imperio que gobernó gran parte del Continente América del Sur.
Un alto concepto de gran hacedor de la vida había comprendido, que todo está integrado que el alma viviente universal es uno y en un perfecto equilibrio de la naturaleza del hombre con su herencia.
La agricultura siempre fue primordial nadie debe padecer del alimento, la salud era importante, habían Grandes Filósofos y la escritura era gráfica y los libros eran de unas planchas metálicas y se guardaba así mismo en una caja metálica de10 en 10 plancha o laminas por caja, también se usaba las hojas de plátano que pasaba por un proceso de consumación, el cuidado de lo anciano era muy importante los kuracas debían de cuidar la comunidad a la cual el Señor Inca le había encargado.
En las casas no habían puerta solo se usaba una tela para cuidar la intimidad de la familia. Los amautas eran hombres sabios conocedores de un conocimiento ancestral. Heredada de una raza roja.
Tunapa encontró en huari a gente de elevada estatura de raza similar a Él eran Babilonios que posiblemente ingresaron al Perú por paracas y otros puntos de la costa.
Las construcciones de huari eran similares a las de Tiahuanaco las piedras de Pucharo (Machiwengas) la cueva de los Tayos (Ecuador) muestra similar cultura y escritura a la de Sumeria (Mesopotamia Babilonia) cultura que domino el arte de mesclar los metales.
Hace mucho tiempo atrás miles de años vino unos gigantes por el mar invadieron nuestras tierras pero nuestros Señores lucharon contra esto Seres a cual llamaban Hatun Runas en el tiempo de los Reyes Piruas y Amautas logramos expulsarlos pero muchos de ellos se quisieron quedar y ayudar.
El Rey les concedió el acilo ellos transmitieron mucho de sus ciencia y arte ellos construyeron los grandes túneles Las Chinkanas .
Tenían una tecnología muy avanzada y desconocida actualmente tenían un diamante azul amarrado en un palo de chonta serbia para cortar las piedras sabían el arte de mesclar los jugos de las plantas para ablandar la piedra
el señor García Beltrán sigue aportando documentos que él acredita que eran del Inca Garcilaso:
La concepción de Orejona, la madre primitiva de la Tierra según la tradición local. “En la era Terciaria, cuando ningún ser humano existía aún en nuestro planeta, poblado sólo de animales fantásticos, una aeronave brillante como el oro viene a posarse sobre la Isla del Sol del lago Titicaca.
”De la nave descendió una mujer, que se parecía a las mujeres actuales de los pies a los senos; pero tenía la cabeza en forma de cono, grandes orejas y manos palmeadas de cuatro dedos.
”Su nombre era ‘Orejona’ y venía del Planeta Venus, en donde la atmósfera es más o menos análoga a la de la Tierra.
”Sus manos palmeadas indicaban que existía agua en abundancia en su planeta original y desempeñaba un papel primordial en la vida de los venusinos.
Un día, cumplida su misión de formar una nueva raza, Orejona volvió a emprender vuelo en su astronave. Sus hijos, ulteriormente procrearon, dedicándose sobre todo al destino de su padre tapir, más en la región del Titicaca una tribu que permaneció fiel a la memoria de Orejona desarrolló su inteligencia, conservó sus ritos religiosos y fue el punto de partida de las civilizaciones preincaicas.
”He ahí lo que está escrito en el frontispicio de la puerta del Sol en Tiahuanaco.”
Así es como este biólogo español, descendiente del Inca Garcilaso de la Vega, nos lleva al origen extraterrestre de la gran cultura del altiplano Tiahuanaco la Gran Ciudad eterna de Los Hijos del Sol.
VICTOR SALAZAR.
Victorsalazar144@yahoo.com
CABALLEROS DE LA ORDEN DEL SOL.
http://caballerosdelaordndelsol.blogspot.com
Posted: 11 Mar 2012 09:24 AM PDT

CABALLEROS DE LA ORDEN DEL SOL.
Posted: 11 Mar 2012 09:03 AM PDT
¿Qué causó aquel Diluvio, cuyas furiosas aguas barrieron la Tierra?

Algunos lo explican en términos de las inundaciones anuales de la llanura Tigris-Eufrates. Conjeturan que una de tales inundaciones pudo ser especialmente severa. Campos y ciudades, hombres y animales fueron barridos por la crecida de las aguas, y los pueblos primitivos, viendo el acontecimiento como un castigo de los dioses, propagaron la leyenda del Diluvio. Sir Leonard Woolley (Londres, 1880 – 1960) fue un arqueólogo británico, conocido por sus excavaciones en la antigua ciudad sumeria de Ur (en el actual Irak) y por haber encontrado evidencia geológica del diluvio de Gilgamesh. Se le considera el primer arqueólogo moderno, y fue nombrado caballero en 1935 por sus contribuciones a la disciplina. Graduado de la Universidad de Oxford, tras trabajar tres años en el Museo Ashmolean de la misma ciudad, viajó al actual Sudán para participar en 1907 y 1911 en la expedición arqueológica británica en el yacimiento egipcio de Wadi Halfa. En 1912 dirigió junto a T.E. Lawrence (conocido como Lawrence de Arabia) las excavaciones de la ciudad hitita de Karkemish, en la Siria septentrional, donde permaneció dos años y cuyos hallazgos publicó entre 1921 y 1953. Posteriormente pasó a Egipto para dirigir la excavación de Tell el-Amarna, la ciudad sagrada del faraón Akhenatón.
Entre 1922 y 1934 dirigió las excavaciones en la antigua ciudad sumeria de Ur, patrocinados por el Museo Británico y la Universidad de Pennsylvania cuyos descubrimientos, entre los que destaca el cementerio real datado hacia el 2700 a. C. constituyen uno de los hitos más relevantes de la arqueología del siglo XX. Por otro lado la minuciosidad con que se llevó a cabo el alumbramiento de los restos y su posterior estudio permitió a los historiadores reconstruir la sociedad cortesana sumeria desde sus inicios protohistóricos en el IV milenio a.C. hasta su época final de habitación, en el Siglo IV a. C. El riquísimo ajuar funerario encontrado en los enterramientos reales, entre cuyas piezas destaca el estandarte real de Ur, reveló la existencia de un arte suntuario de gran exquisitez y elaboración técnica, así como la práctica del enterramiento sacrificial del rey con su cohorte de servidores. El descubrimiento de la evidencia geológica de una gran inundación que habría arrasado la cuenca mesopotámica en época protohistórica revolucionó las interpretaciones sobre el mito del diluvio de las tradiciones literarias sumeria y semita. En 1936, tras sus descubrimientos en Ur, Woolley estaba interesando en encontrar vínculos entre la antigua civilización egea y la mesopotámica, lo que lo llevo al antiguo puerto sirio de Al Mina y al vecino Tell Atchana donde excavó entre 1937 y 1939 y nuevamente entre 1946 y 1949.
En uno de sus libros, Excavations at Ur, Sir Leonard Woolley relata que, en 1929, cuando los trabajos en el Cementerio Real de Ur estaban tocando a su fin, los trabajadores hicieron un pequeño pozo en un montículo cercano, cavando a través de una masa de cerámica rota y de cascotes de ladrillo. Casi un metro más abajo, llegaron a un nivel de barro endurecido, algo que, habitualmente, marca el punto donde una civilización ha comenzado. Pero, ¿es que milenios de vida urbana sólo habían dejado un metro de estratos arqueológicos? Sir Leonard les pidió a los trabajadores que cavaran todavía más. Entonces profundizaron otro metro y, luego, metro y medio más. Seguían sacando «suelo virgen» -barro sin rastros de habitación humana. Pero, después de cavar a través de casi tres metros y medio de cieno y barro seco, los trabajadores llegaron a un estrato en el que empezaron ya a encontrarse trozos de cerámica verde e instrumentos de sílex. ¡Una civilización más antigua había sido enterrada bajo tres metros y medio de bario! Sir Leonard se metió en el hoyo de un salto y examinó la excavación. Llamó a sus ayudantes, en busca de opiniones. Nadie tenía una teoría plausible. Después, la esposa de Sir Leonard dijo casi por casualidad: «¡Pero, si está claro, es el Diluvio!».
Sin embargo, otras delegaciones arqueológicas en Mesopotamia dudaron de esta maravillosa intuición. El estrato de barro donde no había rastros de habitación indicaba, efectivamente, una inundación. Pero, mientras los depósitos de Ur y al-’Ubaid sugerían la inundación entre el 3500 y el 4000 a.C, un depósito similar descubierto posteriormente en Kis se estimó que se había formado en los alrededores del 2800 a.C. La misma fecha (2800 a.C.) se estimó para unos estratos de barro encontrados en Erek y en Shuruppak, la ciudad del Noé sumerio. En Nínive, los excavadores encontraron, a una profundidad de 18 metros, nada menos que trece estratos alternos de barro y arena ribereña, datados entre el 4000 y el 3000 a.C. Por tanto, la mayoría de los estudiosos creen que lo que Woolley encontró fueron los rastros de varias inundaciones locales, algo frecuente en Mesopotamia, donde las ocasionales lluvias torrenciales y las crecidas de los dos grandes ríos y sus frecuentes cambios de curso causan tales estragos. En cuanto a los diferentes estratos de barro, los expertos han llegado a la conclusión de que no pertenecen a una gran calamidad, como debió ser el monumental acontecimiento prehistórico que conocemos como el Diluvio.
El Antiguo Testamento es una obra maestra de brevedad y precisión. Las palabras siempre están muy bien elegidas para expresar los significados precisos; los versículos, relevantes; su orden, intencionado; su longitud, la necesaria. La totalidad de la historia de la Creación hasta la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén se cuenta en 80 versículos. La relación completa de Adán y su linaje, aun con el relato diferenciado de Caín y su linaje, y Set, Enós y su linaje, se trata en 58 versículos. Pero el relato de la Gran Inundación mereció nada menos que 87 versículos. Era, bajo cualquier criterio editorial, la «historia principal». No era un mero acontecimiento local, fue una catástrofe que afectó a toda la Tierra, a toda la Humanidad. Los textos mesopotámicos afirman con claridad que «los cuatro rincones de la Tierra» se vieron afectados. Como tal, fue un punto crucial en la prehistoria de Mesopotamia. Estaban los acontecimientos, las ciudades y la gente de antes del Diluvio, y los acontecimientos, las ciudades y la gente de después del Diluvio. Estaban todos los hechos de los dioses y el Reino que habían hecho descender del Cielo antes de la Gran Inundación, y el curso de los acontecimientos humanos y divinos cuando el Reino fue bajado de nuevo a la Tierra después de la Gran Inundación. Era la gran divisoria del tiempo.
No sólo las largas listas de reyes, sino también los textos relativos a reyes individuales y a su ascendencia hacían mención al Diluvio. En uno, por ejemplo, perteneciente a Ur-Ninurta, se recordaba el Diluvio como un acontecimiento remoto en el tiempo: “En aquel día, en aquel remoto día, en aquella noche, en aquella remota noche, en aquel año, en aquel remoto año  cuando el Diluvio tuvo lugar”. El rey asirio Assurbanipal, un mecenas de las ciencias que amasó una inmensa biblioteca de tablillas de arcilla en Nínive, declaró en una de sus inscripciones conmemorativas que él había encontrado y había sido capaz de leer «inscripciones en piedra de antes del Diluvio». En un texto acadio, en el que se habla de los nombres y su origen, se explica que hay una lista de nombres «de reyes de después del Diluvio». Un rey era ensalzado por ser «de simiente preservada desde antes del Diluvio». Y diversos textos científicos citan como fuente «los sabios de antaño, de antes del Diluvio».    No, el Diluvio no fue un acontecimiento local o una inundación periódica. Fue, según todos los relatos, un acontecimiento de una magnitud sin precedentes que sacudió la Tierra, una catástrofe que ni el Hombre ni los dioses habían experimentado hasta entonces, ni han experimentado después.
Zecharia Sitchin fue un investigador y escritor  de origen ruso. Es un autor de libros populares que promueven la teoría del astronauta antiguo y el supuesto origen extraterrestre de la humanidad. Atribuye la creación de la cultura sumeria a los Annunaki (o Nefilim), provenientes de un hipotético planeta llamado Nibiru, en el sistema solar. En su serie CRÓNICAS DE LA TIERRA se basa en premisas tales como: que la mitología no es una extravagancia, sino la depositaria de recuerdos ancestrales; que la Biblia debe leerse literalmente como un documento histórico-científico; y que las antiguas civilizaciones (mucho más antiguas y esplendorosas de lo que suele creerse) fueron el producto del conocimiento que trajeron a la Tierra los Anunnaki, es decir, «los que descendieron del Cielo a la Tierra». Este artículo está basado en algunas de sus obras.  El término Anunnaki es el nombre de un grupo de deidades sumerias y akadias relacionados con los Anunna (los “cincuenta grandes dioses”) y los Igigi (dioses menores). Igualmente en algunos grupos de ufólogos, este es el nombre que reciben supuestos extraterrestres, de los cuales ellos postulan que se habrían basado los mitos, debido a que habría existido una hipotética Intervención extraterrestre en la antigüedad. El nombre se escribe variablemente “Da-nuna”, “Da-nuna-ke4-ne”, o “Da-nun-na”, significando más o menos “los de la sangre real”, mientras otros grupos  postulan que significa (Anu=los que, na=venían del, Ki=cielo), descrito como la quinta generación de dioses en la epopeya babilónica de la creación celestial, el Enuma Elish.
Según un mito babilónico más reciente, los Anunnaki eran los hijos de Anu y Ki, los dioses hermano y hermana, ellos mismos, los vástagos de Anshar y Kishar (pivote del cielo y pivote terrestre, los postes celestiales). Anshar y Kishar eran los hijos de Lahm y de Lahmu (“los fangosos”), nombres dados a los guardias del templo en Eridu, el sitio de Apsu en el cual la Creación según ellos ocurrió. La cabeza del consejo de Anunnaki era el gran Anu, (más que ser un dios del cielo, Anu realmente significa “cielo”), de Uruk y los otros miembros eran sus descendientes. Su lugar fue tomado por Enlil, (En=señor, lil=viento, aire), quien, en la antigüedad era considerado como el separador del cielo y de la tierra. Esto dio lugar a un conflicto entre Enlil de Nippur y su hermanastro Enki de Eridu, sobre la legitimidad de Enlil como gobernante Celestial y terrestre. Enki, (En=señor, Ki=Tierra), además de ser el dios del agua dulce, era también dios de la sabiduría y de la magia, y era mirado por algunos como alquimista. Cuando el Igigi decidió hacer huelga y rehusó continuar trabajando para mantener la armonía del Universo, en el Shappatu (hebreo: Shabbat), Enki creó a la humanidad para que ésta asumiera la responsabilidad de realizar las tareas que los dioses habían abandonado. Los Anunnaki, por su parte, eran los compañeros altísimos (Alto concilio) del consejo de los dioses y de Anu. Fueron distribuidos sobre la tierra y el mundo subterráneo o bajo mundo. Los más conocidos entre ellos eran: Asaru, Asarualim, Asarualimnunna, Asaruludu, En-Ki (Ea para los Akadios), Namru, Namtillaku y Tutu. La reinvención del término los Annunakis surgió en 1964 con el libro del asiriólogo Adolph Leo Oppenheim “Mesopotamia antigua: Retrato de una civilización muerta” , quien popularizó este concepto.
Pero los textos bíblicos y mesopotámicos dejan unos cuantos misterios por resolver. ¿Qué terrible experiencia sufrió la Humanidad, que hizo que a Noé se le llamará «Respiro», con la esperanza de que su nacimiento señalara el fin de las penurias? ¿Cuál era el «secreto» que los dioses juraron guardar, y del que se acusó a Enki de haberlo desvelado? ¿Por qué el lanzamiento de un vehículo espacial desde Sippar fue la señal para que Utnapistim entrara y sellara el arca? ¿Dónde estuvieron los dioses mientras las aguas cubrían hasta la más alta de las montañas? ¿Y por qué valoraron tanto el sacrificio de carne asada que hizo Noé/Utnapistim? A medida que vayamos descubriendo las respuestas a éstas y otras preguntas, veremos que el Diluvio no fue un castigo premeditado, producido por los dioses por voluntad propia. Descubriremos que, aunque el Diluvio fue un acontecimiento previsible, también fue inevitable, una calamidad natural en la cual los dioses no representaron un papel activo, sino pasivo. También mostraremos que el secreto que los dioses juraron no revelar era una conspiración contra la Humanidad, consistente en reservarse la información que tenían respecto a la próxima avalancha de agua, de modo que, mientras los nefilim se salvaban, la Humanidad pereciera.
Gran parte de los conocimientos que tenemos ahora sobre el Diluvio y los acontecimientos que lo precedieron provienen del texto «Cuando los dioses». En él, el héroe del Diluvio se llama Atra-Hasis. En el fragmento sobre el Diluvio que hay en «La Epopeya de Gilgamesh», Enki llama a Utnapistim «extremadamente sabio», que es lo que, en acadio, significa atra-hasis. Los expertos tenían la teoría de que los textos en los que Atra-Hasis es el héroe podían formar parte de una historia anterior del Diluvio, concretamente sumeria. Con el tiempo, se descubrieron las suficientes tablillas babilonias, asirías, cananeas e, incluso, sumerias originales como para permitir un importante reensamblaje de la epopeya de Atra-Hasis, un trabajo maestro cuyos principales artífices fueron W. G. Lambert y A. R. Millard (Atra-Hasis: The Babylonian Story of the Flood). Tras describir el duro trabajo de los anunnaki, su motín y la subsiguiente creación del Trabajador Primitivo, la epopeya relata cómo comenzó el Hombre a procrear y a multiplicarse (cosa que también sabemos por la versión bíblica). Con el tiempo, la Humanidad empezó a disgustar a Enlil: “La tierra se extendía, la gente se multiplicaba; en la tierra, como toros salvajes yacían. El dios se molestó con sus uniones; el dios Enlil oía sus declaraciones, y dijo a los grandes dioses:«Las declaraciones de la Humanidad se han hecho agobiantes; sus uniones no me dejan dormir»”.
Entonces, Enlil -una vez más, en el papel de perseguidor de la Humanidad- ordenó un castigo. Ahora, uno esperaría leer algo sobre la llegada del Diluvio, pero no. Sorprendentemente, Enlil no llegaba siquiera a mencionar un Diluvio ni ninguna ordalía acuática similar. En vez de esto, pidió que se diezmara a la Humanidad con la peste y otras enfermedades. Las versiones acadia y asiria de la epopeya hablan de los «dolores, mareos, resfriados, fiebre», así como de las «enfermedades, plagas y peste» que afligieron a la Humanidad y a su ganado después de la petición de Enlil de un castigo. Pero los planes de Enlil no funcionaron. Resultó que «el que era extremadamente sabio» -Atra-Hasis-era alguien especialmente cercano al dios Enki. Contando su propia historia en algunas de las versiones, dice: «Yo soy Atra-Hasis; vivía en el templo de Ea, mi señor». Con «su mente atenta a su Señor Enki», Atra-Hasis apeló a él para que desmontara el plan de su hermano Enlil: «Ea, Oh Señor, la Humanidad gime; la furia de los dioses consume la tierra. ¡Y, sin embargo, tú eres el que nos ha creado! ¡Que cesen los dolores, los mareos, los resfriados, la fiebre!». Hasta que no se encontraron más tablillas rotas, no supimos cuál había sido el consejo de Enki. Éste dijo algo de «…que aparezca en la tierra». Fuera lo que fuera, funcionó. Poco después, Enlil se quejó amargamente a los dioses de que «la población no ha disminuido; ¡son más numerosos que antes!».
Entonces, se puso a esbozar el exterminio de la Humanidad a través del hambre. «¡Que se le corten los suministros a la gente; que sus vientres carezcan de frutas y vegetales!» La hambruna tenía que acaecer a través de las fuerzas de la naturaleza, por escasez de lluvia y falta de irrigación: “Que las lluvias del dios de la lluvia se retengan arriba; abajo, que las aguas no salgan de sus fuentes. Que el viento sople y reseque el suelo; que las nubes se espesen, pero que retengan su aguacero”. Incluso las fuentes de alimentación marinas tenían que desaparecer. A Enki se le ordenó que «pasara el cerrojo y atrancara el mar», y que «guardara» sus alimentos lejos de la gente: “La sequía no tardó en difundir la devastación. Desde arriba, el calor no era…Abajo, las aguas no surgían de sus fuentes. La matriz de la Tierra no daba frutos; la vegetación no crecía… Los negros campos se hicieron blancos; la amplia llanura se asfixió con sal”. La hambruna resultante causó estragos entre la gente, y la situación fue empeorando con el paso del tiempo. Los textos mesopotámi-cos hablan de una devastación creciente a lo largo de seis sha-at-tam’s -un término que algunos traducen como «años», pero que literalmente significa «pasos»-, y, como la versión asiria aclara, «un año de Anu»: “Durante un sha-at-tam ellos comieron la hierba de la tierra. Durante el segundo sha-at-tam sufrieron la venganza. El tercer sha-at-tam llegó; sus rasgos se vieron alterados por el hambre, sus rostros estaban incrustados… estaban viviendo al borde de la muerte. Cuando el cuarto sha-at-tam llegó, sus rostros parecían verdes; caminaban encorvados por las calles; su ancho [¿hombros?] se hizo estrecho”.
Para el quinto «paso», la vida humana comenzó a deteriorarse. Las madres cerraban las puertas a sus propias hijas hambrientas. Las hijas espiaban a sus madres para ver si ocultaban comida.     Para el sexto «paso», había un canibalismo desenfrenado: “Cuando el sexto sha-at-tam llegó  se preparaban a la hija para la comida;  al hijo se preparaban como alimento. Una casa devoraba a la otra”. Los textos hablan de la insistente intercesión de Atra-Hasis ante su dios Enki. «En la casa de su dios… puso el pie;… todos los días lloraba, trayendo oblaciones por la mañana… invocaba el nombre de su dios», buscando la ayuda de Enki para detener la hambruna. Sin embargo, Enki debía sentirse ligado a la decisión de las otras deidades, pues, en un primer momento, no respondió. Es bastante posible que, incluso, se ocultara de su fiel adorador, que dejara el templo y saliera a navegar por sus amados pantanos. «Cuando el pueblo estaba viviendo al filo de la muerte», Atra-Hasis «puso su lecho de cara al río». Pero no hubo respuesta. La visión de una Humanidad hambrienta y desintegrada, de padres que se comían a sus propios hijos, trajo finalmente lo inevitable: otro enfrentamiento entre Enki y Enlil. En el séptimo «paso», cuando los hombres y las mujeres que quedaban eran «como fantasmas de los muertos», recibieron un mensaje de Enki. «Haced un gran ruido en la tierra», dijo. Enviad heraldos que ordenen a toda la gente: «No veneréis a vuestros dioses, no recéis a vuestras diosas». ¡Que haya desobediencia total!
Bajo la tapadera de este alboroto, Enki planeaba una acción más concreta. Los textos, bastante fragmentados en este punto, desvelan que Enki convocó una asamblea secreta de «ancianos» en su templo. «Ellos entraron… tomaron consejo en la Casa de Enki». En primer lugar, Enki se exoneró contándoles lo mucho que se había opuesto a los actos de los demás dioses. Después, esbozó un plan de acción que, de algún modo, tenía que ver con su mando sobre los mares y el Mundo Inferior. Podemos recoger los detalles clandestinos del plan a partir de unos versículos fragmentarios: «Por la noche… después de que él…» alguien tenía que estar «a la orilla del río» a determinada hora, quizás para esperar el regreso de Enki desde el Mundo Inferior. De allí, Enki «trajo a los guerreros del agua» -quizás también algunos de los terrestres que eran Trabajadores Primitivos en las minas. En el momento acordado, se cursaron las órdenes: «¡Vamos!… la orden…». A pesar de todas las líneas que se han perdido, podemos suponer lo que sucedió a partir de la reacción de Enlil. «Estaba lleno de ira». Convocó la Asamblea de Dioses y envió a su alguacil para que trajera a Enki. Después, se levantó y acusó a su hermano de romper los planes de vigilancia y contención: “Todos nosotros, Grandes Anunnaki, llegamos juntos a una decisión… Ordené que, en el Pájaro del Cielo, Adad vigilaría las regiones superiores; que Sin y Nergal vigilarían las regiones medias de la Tierra; que el cerrojo, la barrera del mar, tú [Enki] vigilarías con tus cohetes. ¡Pero tú has dejado pasar provisiones para la gente!”. Enlil acusó a su hermano de romper el «cerrojo del mar». Pero Enki negó que aquello hubiera ocurrido con su consentimiento: “El cerrojo, la barrera del mar, guardé con mis cohetes. [Pero] cuando… escapó de mí… una miríada de pescado… desapareció; ellos rompieron el cerrojo… ellos mataron a los guardianes del mar”.
Enki afirmó que había capturado a los culpables y que los había castigado, pero Enlil no se dio por satisfecho. Pidió que Enki «dejara de alimentar a su gente», que ya no suministrara «raciones de cereales con las que la gente rebosa de salud». La reacción de Enki fue asombrosa: “El dios se hartó de la sesión; en la Asamblea de los Dioses, la risa le venció”. Podemos imaginarnos el pandemónium que se organizó. Enlil estaba furioso. Hubo acalorados intercambios con Enki y gritos. «¡No deja de calumniar!» Cuando la Asamblea recuperó por fin el orden, Enlil recuperó la palabra de nuevo. Les recordó a sus colegas y subordinados que había sido una decisión unánime. Hizo un repaso de los acontecimientos que habían llevado a la creación del Trabajador Primitivo, y recordó las muchas veces que Enki había «roto la norma». Pero, dijo, aún había una posibilidad para condenar a la Humanidad. Una «inundación exterminadora» estaba al caer. La catástrofe que se avecinaba debía mantenerse en secreto, a resguardo del pueblo. Pidió a los miembros de la Asamblea que se comprometieran a guardar el secreto y, lo que es más importante, que «el príncipe Enki se comprometa con un juramento»: “Enlil abrió la boca para hablar y se dirigió a la Asamblea de todos los dioses: «¡Vamos, todos, y prestemos juramento sobre la Inundación Exterminadora!». Anu juró primero; Enlil juró; sus hijos juraron con él”. Al principio, Enki se negó a prestar juramento. «¿Por qué me quieres comprometer con un juramento?», preguntó. «¿Acaso voy a levantar mis manos contra mis propios humanos?» Pero, al final, fue obligado a pronunciar el juramento. Uno de los textos dice, específicamente, «Anu, Enlil, Enk