viernes, 3 de enero de 2014

FARC Y SUS CONTRADICCIONES AFIRMA EX-IDEOLOGO MEDARDO MATURANA ALIAS EL NEGRO TOMAS.

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Ex ideólogo de las FARC critica contradicciones del grupo

Por Sylvia Zárate para Infosurhoy.com
Desertor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Medardo Maturana, alias “el Negro Tomás”, habló en exclusiva con Infosurhoy.com.
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Después de 23 años vividos en la subversión, el ideólogo del frente 18 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Medardo Maturana, alias “el Negro Tomás”,  decidió dejar la guerrilla para salvar su vida y la de su compañera. (César Mariño/Caudal Images para Infosurhoy.com)
Después de 23 años vividos en la subversión, el ideólogo del frente 18 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Medardo Maturana, alias “el Negro Tomás”, decidió dejar la guerrilla para salvar su vida y la de su compañera. (César Mariño/Caudal Images para Infosurhoy.com)
BOGOTÁ, Colombia – Su oposición a las alianzas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con las bandas criminales (BACRIM) lo convirtió en blanco de la guerrilla que él mismo ayudó a crear.
El 18 de septiembre el ideólogo del frente 18 de las FARC Medardo Maturana, alias “el Negro Tomás”, dejó atrás 23 años de subversión para salvar su vida y la de su compañera sentimental, Claudia Albani, alias “Yuliza”, con quien había compartido 12 años en la selva.
“Esas alianzas están fuera de los ideales que teníamos, pero no se puede criticar a un comandante porque lo lleva en la mira (…) yo no compartí esos acuerdos con las BACRIM que no iban a aportarle nada al movimiento y eso llevo a que me calificaran de insubordinación”, dijo Maturana, de 53 años, en una entrevista exclusiva con Infosurhoy.com.
Por sus críticas, el miembro del secretariado de las FARC Felix Antonio Muñoz Lascarro, alias “Pastor Alape” convocó un consejo de guerra para juzgar a “el Negro Tomás”, quien fuera encargado del adoctrinamiento de cientos de jóvenes en el norte del departamento de Antioquia.
Para presionarlo todavía más, Alape le ordenó que abandonara a alias “Yuliza”, quien cumplía con labores de enfermería y comunicaciones en el campamento.
“Ellos sabían que no iba a dejarla, era la única persona en la que podía confiar, mi mujer, con la cual yo compartía la caleta o cambuche (carpa donde descansan los guerrilleros en el campamento en la selva) y fui yo quien la metió en la guerrilla, pues la conocí cuando era civil”, dijo.
Maturana luego comprendió que si no aceptaba las órdenes de sus superiores, lo iban a matar.
“Sabía que de ese consejo de guerra yo no salía vivo, pero todo es un proceso y en la guerra no puede usted hacer nada a la carrera, porque una mínima equivocación es fatal. Debe tener todo muy bien planificado, porque una deserción allá es la vida o la muerte”, aseveró.
En medio de su angustia, “el Negro Tomás” planeó el escape junto a su compañera.
“Como yo era de la dirección tenía autonomía para salir”, dijo. “Empacamos los equipos y nos vinimos en bestia (burro), desde las 4 de la tarde hasta las 7 de la mañana, pero salimos tranquilos. Cuando se enteraron en las FARC nosotros ya estábamos en Medellín”.
Proceso de paz: Una estrategia de guerra
Maturana advirtió que hay una contradicción total entre lo que proponen las FARC en la mesa de diálogo con el gobierno y lo que se difunde al interior del grupo armado.
“Es otra forma de lucha”, dijo. “Lo que están trabajando las FARC es la batalla política. Allá nunca se habla de ‘postconflicto’, pero de aumentar la capacidad de la guerrilla a todos los niveles”.
Maturana añadió que en el plan estratégico del grupo es inamovible el lema “Nunca entregar las armas” y que las FARC se acomodan a la lucha política o militar dependiendo del gobierno de turno.
“Por ejemplo, [en] los dos gobiernos del expresidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), ahí primó lo militar. Ahora con Santos prima lo político”, explicó. “Para ellos este proceso de paz es una gran oportunidad para que todo el mundo les escuche su discurso con detenimiento”.
Con su participación en los diálogos y una continua aparición en los medios de comunicación, los líderes de las FARC esperan que más personas en Colombia y en el mundo se unan a su “causa”, mientras en la selva se arman y se proveen de mejores equipos de comunicación, dijo Maturana.
Revolución equivocada
Maturana hizo un llamado a la juventud para que no se convenzan de las causas que defienden los grupos armados.
Al ingresar a la guerrilla era un estudiante de ciencias sociales que buscaba un espacio político para trabajar por la comunidad. Sin embargo, con el tiempo se encontró con fuertes contradicciones entre el discurso social de las FARC y su proceder.
“Una causa que solo existe en el papel”, completó.
El exrebelde agregó que uno de los temas que más criticó al interior de la organización fue el consumo continuo de bebidas alcohólicas por parte de los cabecillas a cargo de los frentes.
Por sus sugerencias sobre cómo generar un ambiente más organizado y justo dentro del grupo, el cabecilla se convirtió en blanco constante de amenazas por parte de los comandantes, que lo pusieron en contra de los jefes del estado mayor.
“Yo viendo que todo eso era injusto y que me señalaban por inquina, pensé: ‘No señor, hasta aquí me trajo el río, renuncio y hasta ahí llegué’. Fue cuando me propuse hacer otra vida”, agregó.
El regreso
Consciente de que su vida y la de su pareja correrá peligro hasta el final, ya que las FARC nunca perdonan una deserción, Maturana está tranquilo con su decisión de dejar atrás su época de subversión.
En cuanto a sus planes, Maturana explicó que debe primero asimilar su nueva condición y rol en la sociedad, pero no descarta trabajar para la comunidad desde su experiencia como politólogo y educador.
Con el ejemplo de Maturana, el gobierno colombiano ratifica la eficacia de su estrategia de promoción a la desmovilización como medio de lucha contra las FARC.
El exguerrillero llegó a tener más de 500 hombres bajo su mando y, según el Ejército Nacional, fue responsable por la activación de minas antipersonales en los departamentos de Antioquia y Córdoba.
Debido a su experiencia como politólogo de la organización, “el Negro Tomás” había sido propuesto por la cúpula de las FARC para que formara parte de la mesa de negociación en La Habana.
La desmovilización de cabecillas de la guerrilla es uno de los golpes más contundentes a las FARC, dijo el capitán Ronal Romero, encargado de la oficina de planeación estratégica del Grupo de Atención Humanitaria al Desmovilizado (GAHD) del Ministerio de Defensa.
La reciente deserción del cabecilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) Irley Collazos, alias “Tigre”, junto a 29 de sus subordinados, es otra clara evidencia del debilitamiento ideológico al interior de los grupos armados ilegales, dicen las autoridades.
“Es una tarea de quitarle muertos a la guerra”, dijo. “No solamente porque le salvan la vida a ese guerrillero y lo saca del conflicto, sino porque ese guerrillero pudo haber matado a un soldado, o haber ordenado la activación de un artefacto y matar niños civiles en una escuela. Entonces no se está salvando una sola vida, se están salvando muchas vidas”.
Sin embargo, la desmovilización de los cabecillas recibe un tratamiento especial, pues necesitan más garantías de seguridad por parte del gobierno.
“Porque ese cabecilla que tomó la decisión ya no es individual, sino que con su deserción convence a los otros que quedan allá de que esa lucha no los lleva a ningún camino”, dijo. “Eso nos ayuda a decir que es una decisión de grupo”.
Como la información que estos cabecillas revelan tras desertar es fundamental en el enfrentamiento a los grupos armados ilegales, las FARC están entrenando un comando subversivo especializado para asesinarlos, dijo Maturana.
“Y así envían un mensaje de advertencia a los guerrilleros que siguen en la selva y están considerando huir”, dijo.
Sin embargo, en lo que va del 2013 se han desmovilizado 55 integrantes del frente 18, al cual pertenecía Maturana. Desde 2002, cuando inició el programa de desmovilización, se han desarmado 26.704 guerrilleros, según el Ministerio de Defensa.

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