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Enrique Vasquez Zuleta Candidato de la u a la Alcaldia de Pereira |
Ojalá hagan conciencia
El ataque aleve del que fue víctima, según las autoridades y algunos testigos, el candidato a la alcaldía de Pereira por el partido de La U, Enrique Vásquez Zuleta, y del cual por fortuna salió ileso, es una muestra clara de la intolerancia, la incultura política y también la inseguridad que viven nuestra ciudad y el departamento en general.
Que una persona buena y decente no pueda participar de las posibilidades que ofrece nuestra democracia sin el riesgo de ser molestado en su persona o su familia, o poner en peligro su integridad física y hasta su vida, es una grave limitación que tiene el ejercicio de la política en nuestra sociedad y, sin duda, una dolencia que afecta el libre juego democrático y la escogencia tranquila de por quién votar de cada ciudadano.
Lo natural es que todo el que quiera aspirar a un cargo de elección popular y llene los requisitos mínimos que contempla la ley para cada posición, lo pueda hacer libre y tranquilamente y sean los ciudadanos los que, sin ninguna presión y sin más ingredientes que el propio dictado de sus conciencias, digan en las urnas si esas personas merecen ocupar esas posiciones y cuáles de ellos tienen las mejores condiciones para guiar nuestros pueblos y manejar sus destinos.
Los ciudadanos tenemos el derecho a conocer todas las opciones, a que ellas nos puedan expresar sus propuestas abiertamente y sin ningún riesgo personal, a que puedan opinar y si es del caso controvertir a sus contrincantes, y a que las autoridades les garanticen a ellos tanto la libre expresión de sus ideas, como la seguridad de poderlo hacer sin ningún riesgo, y a nosotros el pacífico ejercicio del voto.
Que por ningún motivo sean la fuerza; o la amenaza abierta o velada; o los intereses económicos, o personales, o políticos, o laborales; o el constreñimiento de cualquier naturaleza, los que determinen de un lado quiénes son los candidatos a los diferentes cargos y del otro, la decisión de nuestros ciudadanos de por quién votar en las distintas elecciones.
Lo peor que le puede pasar a una sociedad es que su democracia sea un remedo de libertad, que los candidatos sean el producto del señalamiento caprichoso de algunos a quienes lo único que les interesa es su lucro personal, y que los ciudadanos del común no puedan expresar sus preferencias electorales sin el riesgo de ser amenazados o molestados en su persona y en el de sus familias.
El país tiene lastimosamente muchos ejemplos de municipios y regiones donde la democracia no opera, donde los candidatos los pone y quita una sola persona, donde estos responden solo a los intereses de ese sujeto todopoderoso y donde los ciudadanos tienen que votar, sin discusión, por el candidato o los candidatos que estos han escogido para ser sus gobernantes.
Ojalá pues, el condenable atentado contra el candidato Enrique Vásquez sirva para que las autoridades hagan conciencia sobre los graves riesgos que se ciernen sobre nuestra democracia y la necesidad de reforzar los mecanismos que garanticen el ejercicio transparente del derecho al voto y la seguridad no solo de los candidatos, sino en general de todos los votantes.
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