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La entrevista de Cecilia Orozco |24 Sep 2011 - 9:00 pm
"Si me hubieran matado, habría sido más fácil y expedito"
Por: Cecilia Orozco Tascón
El exdirigente liberal Alberto Santofimio Botero, se "despachó" en sus declaraciones a El Espectador desde la cárcel La Picota.
Alberto Santofimio Botero, condenado a 24 años de prisión. / David Campuzano
Cecilia Orozco Tascón.- Usted fue condenado en última instancia a 24 años de cárcel. Significa que ya no hay nada que hacer en Colombia jurídicamente hablando. ¿Qué piensa hacer?
Alberto Santofimio Botero.- En primer lugar, en Colombia sí hay un recurso: la tutela. Sin embargo, uno no sabe qué fortuna puede tener ese recurso en la actual coyuntura. Es lamentable que aquí se haya establecido la omnipotencia y la infalibilidad de los magistrados de la Corte. Parece que son los únicos que no pueden equivocarse ni cometer error judicial. Por eso iniciaré un recorrido a la intemperie en los estrados internacionales.
C.O.T.- ¿Va a intentar que una corte internacional declare la supuesta ilegalidad del fallo?
A.S.B.- Sí. Algún día lo haré, así yo no lo vea. Espero poder demostrar mi inocencia por mi mujer, mis hijos, mi familia y mis amigos. En ningún tribunal internacional se sostiene una sentencia como esta.
C.O.T.- El ordenamiento jurídico colombiano contempla primera, segunda y última instancias. Usted tuvo oportunidad en las tres. ¿De qué se queja?
A.S.B.- No tuve una última, sino una tercera instancia, porque la casación es sólo un control de constitucionalidad y de legalidad de las sentencias. Si en mi caso se hubiera probado una violación ostensible y evidente de la ley, la Corte habría tenido que compulsar copias para investigar al tribunal que me absolvió. Pero debido a la presión política y mediática, un auxiliar recién ascendido a magistrado rompió con la tradición de la casación y pretendió que había leído 60 mil folios en unas semanas para armar un holocausto probatorio contra mí. Soy el único colombiano que ha sido juzgado tres veces.
C.O.T.- ¿Por qué tilda la sentencia de “holocausto probatorio”?
A.S.B.- Porque ese magistrado elaboró la sentencia precipitadamente sin considerar ni una sola de las más de 200 pruebas que hay a mi favor en el expediente. Lo cierto es que el techo de la jurisdicción ordinaria me absolvió por unanimidad y también que la Sala Penal se convirtió en juez y parte cuando completó unas demandas deficientes y antitécnicas para examinar de nuevo las pruebas y motivar el fallo. Es evidente que hubo una grosera ruptura del Estado de derecho.
C.O.T.- La Corte tuvo en cuenta el contexto histórico de la época en que el narcotráfico desafió al Estado con actos terroristas. Una de las víctimas mortales más notables del momento fue su contradictor político: Luis Carlos Galán. Ese contexto y su cercanía con Pablo Escobar son los argumentos de su condena.
A.S.B.- Precisamente lo que dice la sentencia es antihistórico, porque habla de una enemistad manifiesta mía con el doctor Galán. Está probado que nunca tuvimos una relación más cordial que en el momento del homicidio. Le entrego las fotos de una de las reuniones cuando corregimos el original de la consulta popular que aprobó la convención liberal del 89 (ver parte superior siguiente página). Existe también una declaración del doctor Galán a El Espectador en la que dice que nos reunimos a instancias del doctor Turbay Ayala en los mejores términos. ¿Cómo se atreven a decir que no nos saludábamos?
C.O.T.- Porque era de público conocimiento que él estaba en orilla diametralmente opuesta a la suya.
A.S.B.- Eso no significa que tuviéramos un enfrentamiento personal ni que las diferencias políticas se convirtieran en un crimen. Han resuelto decir que dizque para ser presidente de Colombia yo quería eliminar al doctor Galán cuando no tenía opción, pues era cuarto en las encuestas. La gran verdad es que se me condenó sin el grado de certeza que exige el Código Penal.
C.O.T.- No había sólo disputas políticas entre ustedes; existían diferencias de posición frente al narcotráfico.
A.S.B.- No tuvimos una discusión sobre el narcotráfico. Usted puede revisar y encontrará que se trataba de polémicas ideológicas y políticas. ¿A cuál experto acudió la Corte para decir que yo estaba poseído de odio por él? ¿Qué examen psiquiátrico me hicieron o qué prueba científica? No hay una palabra mía que demuestre odio contra el doctor Galán en los debates que hicimos en el Congreso.
C.O.T.- La declaración de alias Popeye en su contra es una prueba que no se puede ignorar, porque él era uno de los criminales más cercanos al capo y si alguien sabe de delitos, es quien los comete.
A.S.B.- Nosotros no descalificamos el dicho del señor Popeye por criminal, sino por mentiroso. La defensa le pescó 33 mentiras que están en el proceso y en otros expedientes. Él declaró contra gente de la que después dijo que no sabía nada y hay seis declaraciones suyas a favor mío en las que asegura que no tenía nada que ver con el homicidio de Galán. Pero además, ¿Escobar necesitaba, en su ánimo criminal, que yo le dijera que si Galán era presidente lo iba a extraditar si el propio Galán lo anunciaba en plazas públicas, en televisión, en periódicos y revistas?
C.O.T.- A usted se le da por cercano a Pablo Escobar, entre otras razones, porque usted lo acogió en su movimiento.
A.S.B.- Un momento: Pablo Escobar ingresó a la política con el movimiento de Luis Carlos Galán.
C.O.T.- Es cierto, pero después Galán lo expulsó.
A.S.B.- Perdóneme, no lo expulsó. Sobre esto hay que hacer claridad histórica: desautorizó la lista de Cámara de Jairo Ortega en la que iba el señor Escobar como suplente. Conocí a Escobar cuando era representante a la Cámara después de que había militado en el movimiento del doctor Galán, en una manifestación de la campaña de reelección de López Michelsen en Puerto Berrío en el año 82. No tuve absolutamente nada que ver con el ingreso del señor Escobar a la política.
C.O.T.- Sin embargo, usted lo acogió después de que fue despreciado por el Nuevo Liberalismo.
A.S.B.- En la campaña de López tuve unas relaciones efímeras con él. En el año 83, como consta en el expediente, lo expulsé del movimiento Alternativa Popular y jamás estuvimos juntos en alguna lista. Recuerde que la circunscripción en ese tiempo era departamental y a mí me eligió el Tolima como senador en alianza con la Unión Patriótica.
C.O.T.- Las sentencias condenatorias de primera y última instancias también se refieren a las relaciones que usted sostuvo privadamente con Pablo Escobar y con su gente.
A.S.B.- No hay una sola prueba de que yo hubiera tenido alguna relación con Pablo Escobar después del año 83. Es más, la revista Semana publicó una crónica del periodista (Fernando) Álvarez, según la cual Escobar había dicho que me iba a matar. Todas las pruebas que tratan de exhibir contra mí son anteriores al año 89. Por ejemplo, muestran fotografías del día del triunfo de Felipe González en Madrid (España) como si yo hubiera llevado a Escobar de la mano. Él fue como representante a la Cámara a ese viaje y yo como senador en un grupo de colombianos que iban a asistir a ese acto. En ese coctel estaba Enrique Santos Calderón, quien declaró en el proceso y contó cómo habido sido la reunión.
C.O.T.- Hablando de fotografías, hay una muy chocante en la que aparece usted y otros políticos en un bote con Escobar, de fiesta.
A.S.B.- De nuevo: estábamos de gira en Puerto Triunfo en la misma época de la campaña presidencial de la reelección de López en el año 82. Emplazo al que quiera mirar el expediente a qué diga dónde hay una sola fotografía con Escobar después de esa época.
C.O.T.- Hay una declaración de un testigo que así lo asegura.
A.S.B.- Sí, la Corte infiere que existieron relaciones mías con Escobar en el año 89, de la declaración de un señor Delgadillo que dice que el doctor Durán Dussán y yo éramos aliados políticos del grupo Morena ¡Por Dios! Yo estaba con la Unión Patriótica y Durán con Morena.
C.O.T.- Hay otras declaraciones del periodista Juan José Hoyos y del abogado Carlos Náder. Ambos relatan reuniones suyas con Escobar en momentos diferentes.
A.S.B.- Todas son de la campaña de López. El único que sostiene que yo me veía con Escobar en los años posteriores es el señor Popeye, sin que tenga cómo confirmar su dicho. Es increíble que la Corte Suprema le crea a alguien que guardó silencio 17 años dizque por temor. ¿Cuál miedo, si Escobar murió en el 93 y Popeye convivía festivamente en el pabellón de alta seguridad con Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela? ¿Por qué recuperó mágicamente la memoria?
C.O.T.- ¿Por qué?
A.S.B.- La recuperó cuando Luis Camilo Osorio, fiscal de la época, adquirió vínculo familiar con los Galán, porque su hija se casó con un sobrino de Luis Carlos Galán.
C.O.T.- ¿Asegura que Luis Camilo Osorio incidió sesgando su proceso?
A.S.B.- Totalmente. Tengo una carta de Popeye que Osorio le envió al fiscal Meza del caso. La carta dice: “Dígale a su papá … y saludos al doctor Meza”. Y finalmente dice “estoy firme”.
C.O.T.- Popeye no sólo aportó su declaración, sino también una de las armas con las que se cometió el atentado. Eso le dio más credibilidad.
A.S.B.- La ametralladora que él aportó no es la del crimen. Como le dije, le probamos 33 mentiras en la audiencia. Por eso el Tribunal me absolvió. ¿Usted cree que tres magistrados con una trayectoria de más de 20 años al servicio de la rama iban a prevaricar para favorecer al doctor Santofimio?
C.O.T.- Le pregunto al contrario: ¿van a prevaricar nueve magistrados solamente por perjudicarlo?
A.S.B.- No, pero sí pudieron hacerlo por presión mediática y política. El magistrado (Leonidas) Bustos, en su aclaración de voto dice que no está de acuerdo en que se infiera de una frase del doctor Galán, quien habría dicho: “Si a mí me pasa algo miren al Tolima”, que era sindicándome a mí. ¿Cree que si el doctor Galán hubiera manifestado privadamente temor de que yo tuviera una personalidad criminal, el padre de él, después de sacrificado su hijo, hubiera aceptado firmar conmigo la inscripción de César Gaviria como candidato presidencial?
C.O.T.- El expresidente Gaviria declaró contra usted recientemente.
A.S.B.- Le vuelvo a preguntar: si Galán y su círculo hubieran dudado de mí, ¿Gaviria habría aceptado mi colaboración en la campaña a la Presidencia cuando fui su jefe de debate en el Tolima? Aquí están las cartas de agradecimiento que él me envió siendo presidente (ver parte superior de la página) ¿Cómo puede explicar que tenía temor en la época en que mataron al doctor Galán, pero que después permitió que yo le colaborara políticamente?
C.O.T.- Usted quiere decir que se armó una gran confabulación en su contra entre la familia Galán, el expresidente Gaviria, el exfiscal Luis Camilo Osorio, la Corte Suprema, etc. No es creíble.
A.S.B.- Lo que sucede es que aquí no hay memoria histórica y la están acomodando de manera sesgada. Hay una terrible nebulosa, una zona oscura muy amplia sobre todo lo que ocurrió durante esos años en el país.
C.O.T.- ¿Qué sugiere entonces? ¿Que usted es el chivo expiatorio de una clase política que fue complaciente con los jefes del narcotráfico?
A.S.B.- He pedido constantemente que se haga una gran comisión de la verdad para que se pueda indagar en profundidad las relaciones de la política y el narcotráfico en todos esos años. Estoy dispuesto a contribuir con la verdad, no para buscar beneficios que ya son imposibles ni para hacer el papel de ‘sapo’, sino para reconstruir la historia.
C.O.T.- Me parece que a usted también lo perjudicó su pasado judicial. Siendo muy joven se metió en los primeros problemas legales cuando fue presidente de la Cámara.
A.S.B- Pero fui absuelto.
C.O.T.- Años después usted se allanó a cargos cuando lo acusaron de haber recibido dineros del cartel de Cali. Por eso fue condenado.
A.S.B.- Esos son otros diez pesos, hay que decirlo con absoluta claridad. ¿Cómo fue ese cuento del Proceso 8.000 y por qué me allané a cargos? Porque me negaron la única prueba que necesitaba para probar mi inocencia, o sea que me permitieran demostrar que los dineros que habían llegado al directorio del Tolima y un día de hotel de $95.000 en el Intercontinental de Cali, eran donaciones que habían sido recibidas en el Directorio del Tolima para la campaña presidencial del 94. No hubo un solo cheque para mi bolsillo. Pero por encima de todo, ese antecedente no puede relacionarse judicialmente con el crimen.
C.O.T.- Precisamente la sentencia habla de su “proclividad” al delito porque fue condenado en el Proceso 8.000.
A.S.B.- Esa es otra barbaridad. ¿Cómo es posible que se hable de mi proclividad al delito por el Proceso 8.000 como antecedente del asesinato de Galán, que fue en el año 89, si el 8.000 fue en el 95?
C.O.T.- Me parece imposible que la imagen del procesado no influya en el ánimo de los jueces.
A.S.B.- Mire: si me hubieran matado habría sido más fácil y expedito y me habrían economizado a mí y a mi familia este terrible vía crucis. Pero resolvieron matarme a pedacitos con procesos judiciales.
C.O.T.- ¿Cuáles errores reconoce que cometió?
A.S.B.- Dos grandes equivocaciones cometí en mi vida: primera, haber ido a la convención liberal de Medellín de 1981, porque fui engañado por el presidente López en cuanto a la consulta popular. Segunda, haber conocido a Pablo Escobar. Me arrepiento de ellos.
C.O.T.- Su responsabilidad no consiste en haber conocido a una persona, sino en haberse vuelto su amigo.
A.S.B.- ¡No fui amigo de Escobar!
C.O.T.- ¿No será que usted era muy ambicioso?
A.S.B.- Todos tenemos ambición. Yo tenía la noble ambición de servir, pero tan poco ambicioso sería en el sentido que usted le pone, que me deje ‘cuentiar’ de López y me dejé derrotar en la convención del 81 cuando tenía la mayoría. Resigné mi candidatura y me acogí al resultado para no aparecer como un tramposo. Por eso me vine a encontrar años más tarde con Galán en el tema de la consulta, porque había sido su precursor.
"Espero que el final no sea aquí, sino en otra parte"
Cecilia Orozco.- ¿Cuál autocrítica se haría? ¿Cuál reflexión para decir “me equivoqué”?
Alberto Santofimio.- Una vez visité al doctor Carlos Arango, suegro de Misael Pastrana y jefe liberal de la época. Le pregunté por qué no había llegado a la Presidencia. Me respondió: “Porque me puse a pelear con todos al tiempo”. Eso me pasó a mí. Peleé con demasiada gente y con los más poderosos al tiempo. Seguramente eso me perjudicó. Naturalmente cometí muchos otros errores.
C.O.- Su condena es por 24 años, ¿qué va a hacer con su vida?
A.S.- Sigo creyendo en la justicia humana y en la divina. Espero que la justicia internacional repare el atropello del que he sido víctima.
C.O.- Pero eso no lo va a resolver en dos días…
A.S.- Siempre vivo el día de hoy como si fuera el último. Nunca me pongo a pensar qué puede pasar mañana. Lo que me preocupa es el aquí y el ahora. No sé si mañana usted o yo estemos muertos; si estaremos muertos los dos o si nos podremos dar el lujo de encontrarnos dentro de muchos años. Todo tiene un comienzo y un final. Espero que el final no sea la muerte aquí, sino en otra parte.
Cecilia Orozco Tascón | Elespectador.com
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