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Comentario del director:
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Los Candidatos Demócratas, son los que mas se acercan a las posibles soluciones legales del mundo latino, inmerso en las disputas Raciales, de Derechos Civiles y de acceder al uso del suelo, de sus costumbres y del Derecho adquirido en el tiempo debido a la costumbre, de Vivir con Dignidad en un país extranjero, que les abrió las puertas para que honrradamente pudieran desarrollar su personalidad y dirigir con Dignidad sus familias.
Los Latinos, Comunidad Gay y todo aquel inmigrante legal o ilegalmente radicado en los Estados Unidos de Norte América, tienen de acuerdo al Derecho Internacional, igual derecho al del Nacional por Nacimiento para gozar de las Bondades del SUEÑO AMERICANO, respetando la Constitución Americana y viviendo Dignamente como buen Norte Americano por Adopción, por Nacimiento, por vinculo matrimonial o simplemente como Transeúnte.
Amigos, Familiares, Hermanos.-. residentes en los Estados Unidos de Norte América, colaboremos para cerrar la brecha económica que en estos momentos tienen los Republicanos sobre nuestros Hermanos Demócratas concretamente con nuestro Candidato BARACK OBAMA, y la manera es demasiado sencilla, ustedes allá en los EE.UU y nosotros desde el Ciber Espacio, sin necesidad de entregar dinero para que se pierda en publicidad, DEDIQUEMONOS CADA UNO DE LOS MAS DE UN MILLÓN DE ILEGALES Y DE LEGALES EN TRANSITO DE REGULARIZACIÒN, A CONSEGUIR CINCO AMIGOS QUE VOTEN EL DÍA DE LAS ELECCIONES, POR BARACK OBAMA Y ESE SERA NUESTRO TRIBUTO A LA VICTORIA. PUES USTEDES Y NOSOTROS CON LOS AMIGOS CONVENCIDOS DEPOSITAREMOS CINCO MILLONES DE VOTOS POR OBAMA.
Nuestro candidato muchas veces lo dice: " SI SE PUEDE... SI SE PUEDE... SI SE PUEDE..." y creo como están las estrellas NUESTRO HERMANO BARACK OBAMA GANARA DE NUEVO LA PRESIDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTE AMÉRICA... ADELANTE... ADELANTE... ADELANTE Y COMO EL EFECTO DOMINO A BARRER EN LAS ELECCIONES. pAZ Y bIEN .-.
05 de septiembre de 2012 • 17:03
La Convención Demócrata en Charlotte le dio la bienvenida a los delegados transexuales, 13 en total.
Foto: Getty Images
Foto: Getty Images
CHARLOTTE, North Carolina - Si bien solo alcanzan menos del 1% del total de delegados, están felices y lo demuestran. Los transexuales presentes en la Convención Demócrata en Charlotte, North Carolina, suman 13 de un total de 5,964 delegados, una cifra récord en la historia del partido que mañana coronará la candidatura del presidente Barack Obama a su reelección.
Con su voz grave, Melissa Sklarz hace un recuento: "Seis en 2004, ocho en 2008, y hoy somos 13. Es un récord", se congratula esta transexual, delegada en la Convención.
Melissa, Amy, Jamie, Janice, Mara, Meghan o Kylar, entre otros, llegaron de todas partes del país para sumar su voz a la del presidente Barack Obama en la campaña por su reelección en noviembre.
Bromean, celebran, encantados de reencontrarse aquí, para la asamblea de los delegados LGTB (sigla en inglés para la comunidad gay, lesbiana, bisexual y transexual).
Janice Covington, de 66 años, exobrero de la construcción con una espesa cabellera oscura, es ditirámbica. "Tenemos el presidente correcto, en el momento correcto". Para Barack Obama, dice a la AFP, no importa "de dónde uno venga, ni de qué raza sea; para él, todos tienen los mismos derechos".
"El partido demócrata nos adoptó, a nosotros y a nuestra lucha a favor de la igualdad", agrega Melissa Sklarz, también sexagenaria.
Mara Keisling, de 52 años, no es delegada pero igual quiso venir a Charlotte. Es directora del centro nacional para la igualdad de los transexuales.
"¡Estoy tan contenta de haber venido a dar mi apoyo al presidente! Logró tantos progresos para los LGTB. En todo lo que refiere a derechos humanos, ha estado con nosotros. Pero el trabajo no ha terminado", agregó.
Ahora devenido un hombrecito con bigotes y ojos verdes, Kylar Broadus, de 49 años, lleva con orgullo una insignia en la que reivindica su transexualidad. Es oriundo de Columbia, Missouri, y cuenta que fue despedido de su trabajo en el mundo de las finanzas cuando inició lo que aquí todos llaman "transición". Desde entonces, acumula pequeños trabajos para llegar a fin de mes.
"La mayoría de los transexuales gana menos de 10.000 dólares por año, debajo del umbral de pobreza", dice Kylar. "Muchos no tienen empleo", observa.
"La gente es despedida del trabajo, pierde su casa, no tiene cobertura médica", agrega Melissa, al contar cómo se quedó sin trabajo durante tres años, mientras realizaba su transición. Pese a tener estudios superiores y tras 20 años en empresas, fue moza, recepcionista, vendedora telefónica... antes de lanzarse en la política y encontrar en ella un equilibrio, le dijo a la agencia AFP.
Divertida y cariñosa, Janice Covington recuerda su infancia difícil, y la enfermera de la escuela que había ordenado a su padre llevarlo al médico cuando tenía 11 años. "En 1958, me miraban como un monstruo que debía ser exterminado", cuenta.
"El médico dijo que no me desarrollaba como un niño y me sometieron a un tratamiento con testosterona durante dos años", recuerda.
Con una voz suave, Jamie Shiner, antes ingeniero de Wisconsin hoy con peluca rubia, también habla de una lucha consigo misma, y de la de sus amigos, "policías, soldados de la marina, bomberos", quienes rechazaron su identidad durante mucho tiempo.
Pero "al final, es un tema de sobrevivencia. Si uno quiere mantenerse vivo, hace una transición. Es lo que hice en 2005. Fue muy caro y emocionalmente agotador. Y luego recoges todos los pedazos que quedan y vuelves a empezarlo todo".
En la Convención Demócrata, dice que está viviendo "los mejores momentos de mi vida".
Con su voz grave, Melissa Sklarz hace un recuento: "Seis en 2004, ocho en 2008, y hoy somos 13. Es un récord", se congratula esta transexual, delegada en la Convención.
Melissa, Amy, Jamie, Janice, Mara, Meghan o Kylar, entre otros, llegaron de todas partes del país para sumar su voz a la del presidente Barack Obama en la campaña por su reelección en noviembre.
Bromean, celebran, encantados de reencontrarse aquí, para la asamblea de los delegados LGTB (sigla en inglés para la comunidad gay, lesbiana, bisexual y transexual).
Janice Covington, de 66 años, exobrero de la construcción con una espesa cabellera oscura, es ditirámbica. "Tenemos el presidente correcto, en el momento correcto". Para Barack Obama, dice a la AFP, no importa "de dónde uno venga, ni de qué raza sea; para él, todos tienen los mismos derechos".
"El partido demócrata nos adoptó, a nosotros y a nuestra lucha a favor de la igualdad", agrega Melissa Sklarz, también sexagenaria.
Mara Keisling, de 52 años, no es delegada pero igual quiso venir a Charlotte. Es directora del centro nacional para la igualdad de los transexuales.
"¡Estoy tan contenta de haber venido a dar mi apoyo al presidente! Logró tantos progresos para los LGTB. En todo lo que refiere a derechos humanos, ha estado con nosotros. Pero el trabajo no ha terminado", agregó.
Ahora devenido un hombrecito con bigotes y ojos verdes, Kylar Broadus, de 49 años, lleva con orgullo una insignia en la que reivindica su transexualidad. Es oriundo de Columbia, Missouri, y cuenta que fue despedido de su trabajo en el mundo de las finanzas cuando inició lo que aquí todos llaman "transición". Desde entonces, acumula pequeños trabajos para llegar a fin de mes.
"La mayoría de los transexuales gana menos de 10.000 dólares por año, debajo del umbral de pobreza", dice Kylar. "Muchos no tienen empleo", observa.
"La gente es despedida del trabajo, pierde su casa, no tiene cobertura médica", agrega Melissa, al contar cómo se quedó sin trabajo durante tres años, mientras realizaba su transición. Pese a tener estudios superiores y tras 20 años en empresas, fue moza, recepcionista, vendedora telefónica... antes de lanzarse en la política y encontrar en ella un equilibrio, le dijo a la agencia AFP.
Divertida y cariñosa, Janice Covington recuerda su infancia difícil, y la enfermera de la escuela que había ordenado a su padre llevarlo al médico cuando tenía 11 años. "En 1958, me miraban como un monstruo que debía ser exterminado", cuenta.
"El médico dijo que no me desarrollaba como un niño y me sometieron a un tratamiento con testosterona durante dos años", recuerda.
Con una voz suave, Jamie Shiner, antes ingeniero de Wisconsin hoy con peluca rubia, también habla de una lucha consigo misma, y de la de sus amigos, "policías, soldados de la marina, bomberos", quienes rechazaron su identidad durante mucho tiempo.
Pero "al final, es un tema de sobrevivencia. Si uno quiere mantenerse vivo, hace una transición. Es lo que hice en 2005. Fue muy caro y emocionalmente agotador. Y luego recoges todos los pedazos que quedan y vuelves a empezarlo todo".
En la Convención Demócrata, dice que está viviendo "los mejores momentos de mi vida".
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