Para dar la vuelta al mundo por la línea ecuatorial hay que recorrer casi 41 mil kilómetros. Con el combustible que gastan mensualmente la Presidencia, 12 ministerios y el Departamento Nacional de Planeación se le podrían dar 22 vueltas, en un vehículo que recorra 30 kilómetros por galón. En total, estas entidades reportan un consumo mensual de 29 mil galones de combustible, por un valor cercano a los $3.200 millones, con el que tanquean casi 300 vehículos asignados a funcionarios y a sus esquemas de seguridad. (Ver infografía)
El caso de la Presidencia y los ministerios es apenas un ejemplo de cómo las entidades oficiales gastan en combustible. Si al alto gobierno se le suman entes descentralizados, el gasto asciende a casi $23.000 millones anuales, que equivale a 2,5 millones de galones de gasolina corriente.
Estas cifras plantean que en algunas entidades de la nación se está gastando la gasolina literalmente a chorros. Por este motivo existe preocupación entre unos congresistas, como Mauricio Lizcano, quien puntualmente cuestiona que en la lista de funcionarios beneficiados hay algunos que no lo necesitan, porque sólo se movilizan de su casa a la oficina
“Aún cuando muchos directivos tienen vehículo oficial, no es necesario que se les financie adicionalmente el combustible, teniendo en cuenta la naturaleza del servicio que prestan a la administración, pues su función se desarrolla dentro de la entidad”, afirma Lizcano.
Por esta situación, se promueve un proyecto de ley para imponer más controles al gasto y asignación de combustible en las entidades oficiales. Agrega que, de aprobarse, el país se podría ahorrar casi la mitad de lo que hoy gasta en gasolina.
Al buscar ejemplos de cómo se distribuye el combustible entre los funcionarios de cada cartera, se encuentra cómo, además de a los altos funcionarios, también se les otorga combustible a los de talento humano, abogados, asesores, secretarias, subsecretarias, protocolo y supervisores, entre otros.
Como casos particulares están los ministerios de Cultura y Educación, que les dan a todos los directores entre 50 y 80 galones mensuales, incluso a los directores de la Biblioteca Nacional y el Museo Nacional. O el del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde tienen casi 60 vehículos asignados a los funcionarios, entre los que se destacan el jefe de control interno y el director de talento humano, que no deben salir de las instalaciones.
La propuesta, que contradice la polémica solicitud que hizo el año pasado el congresistaJuan Manuel Corzo de poder gastar más combustible, se debatirá esta semana en el Senado. En manos de los congresistas estará regular este gasto, aplicando las normas de austeridad.
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