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¿Nos hundimos en el desgreño?
:POR William Ramírez V.
Las estrategias para velar por el medio ambiente y hacerlo más sostenible, a todos nos debe convocar sin ninguna reticencia. Está en juego nuestra propia existencia, pues nuestro desdén e irresponsabilidad por conservarla cada vez es más insostenible.
La contaminación crece, y cualquier lugar es utilizado para arrojar basuras y escombros con la vista cómplice de una sociedad -y aún de las autoridades- que está perdiendo la conciencia y noción cívica en hacer respetar bien conseguido prestigio de ciudad pulcra.
A la mayoría de ciudadanos nada les importa su deber de realzar y cuidar la imagen de Pereira, razón por la cual en pocos años ha decaído su imagen y pierde su norte como promesa en el desarrollo del país.
Entre nosotros parece que se hubiese vuelto costumbre vivir manga por hombro ante acelerado deterioro del ambiente visual; además de foco propicio para el menoscabo de la salud.
Desgreño al que se suman los que buscan suerte en la ilusoria ciudad de las oportunidades, antepuesta su informal actividad sin ningún arraigo que comprometa su afecto por caros ideales de los cuales los raizales ya poco hablan.
Esa es palpable realidad que comienza a preocupar hasta el mismo sector empresarial. Y la Andi -Asociación Nacional de Industriales de esta regional-, ha tomado la iniciativa de que se recojan llantas, residuos de automotores y equipos electrónicos que cumplieron su vida útil para que sean depositados en otros sitios, aptos y fuera de su nocivo campo de contaminación.
Su campaña Postconsumo (en octubre 25 y 26) tiene la mejor intención de contribuir en comenzar a despejar nuestra urbe de cuantos desechos y detrititos son arrojados sin rubor alguno a las vías, como si esta capital fuera tierra de nadie y las normas al respecto no existieran.
Dice la Andi que en Colombia las llantas generan unas 6000 toneladas de residuos que son causante de contaminación y la proliferación de vectores, como: los mosquitos, zancudos y ratas que amenazan al hombre. Así como los elementos producidos por los residuos de PC y monitores que generan 45.000 toneladas en el territorio nacional.
Además súmensele los que la incultura de la gente no tiene empacho en hacerlo a ciencia y paciencia de quienes tienen en sus decisiones las normas y escasamente las cumplen.
Las escombreras y las basuras son otro flagelo que impacta nuestra vida de relación, y a pesar de que a voz en cuello se denuncie decadente situación que afecta a la comunidad, toda acción preventiva y sancionadora sigue desfalleciente a la espera de su aplicación.
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