lunes, 6 de mayo de 2013

V.-.MM.-. MAXIMO E CALDERON REESCRIBIENDO LA HISTORIA...

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V.-.MM.-.  MAXIMO E CALDERON


Un artículo del Dr. Carlos Luis Juncal Mir
Mis Queridos Hermanos. En más de una oportunidad hemos leído que la orden del Templo fue disuelta y que los pocos sobrevivientes se trataron de refugiar donde pudieron emigrando a países vecinos. Hace un tiempo ya, en el mes de octubre del 2010, para ser más exacto, escribí para este mismo Blogs el tema El Último Bastión Templario - una Isla Llamada Bornholm (1), tema que fue para muchos un detonante y que los atrapó desde el primer momento.
Hoy les propongo que dejen volar su mente y me permitan poder atraparlos, nuevamente, en una, para muchos, suposición:

SUIZA LA NACIÓN TEMPLARIA.

Me atrevo a sostener que para muchos de Uds. este tema – Suiza la Nación Templaria - es más que conocido; pero también sé, que hay un grupo de Hermanos a los cuales el tema los puede ayudar a comprender el devenir de la historia.
Como todos sabemos la orden Templaria desapareció de la historia con la misma velocidad con que había aparecido y casi las mismas hegemonías que maduraron su génesis apuraron su holocausto.


Nadie hizo nada para evitarlo. ¿Por qué sobreviene esto sin que se escuchasen airadas protestas?; ¿fue genuina o fue organizada la desaparición de la orden? Nos podemos plantear sin caer en el resbalón de que Guillaume de Nogaret era un enemigo de la orden, o era todo lo contrario, ¿podría ser un templario más a quien el rey y el papa utilizan como escena para llevar a cabo el plan supremo de la orden?
Sean cuales fueran las respuestas que podemos darle a estas preguntas lo cierto es que la orden decidió irse a las sombras para que muchos pensasen que desapareció aunque seamos muchos los que pensamos que estaba muy, pero muy, lejos de desaparecer.
Pero sigamos el razonamiento histórico. Una vez desaparecida la orden, el rey de Francia, Felipe el Hermoso, al igual que muchos poderosos soberanos de aquella época, se aprestaron a tomar posesión de las famosas encomiendas templarias.
Las comitivas de incautación estaban dispuestas a traerse carretas repletas de tesoros y reliquias. Pero la realidad fue muy distinta. Las encomiendas estaban realmente vacías, no solo en Francia sino también en Alemania, España y Portugal.
Es acá donde nos podemos plantear, o el tesoro Templario era solo una leyenda urdida por la gente, o era insignificante frente a lo que ellos pregonaban, o simplemente había desaparecido.
Todo había desaparecido, el oro y las reliquias. Las reliquias que supuestamente los templarios tenían en su poder, ni el santo grial, ni el Mandylion (2), ni la lanza de Longinus, ni la sindone, ni la vera cruz, ni el arca de la alianza ni mucho menos los planos del templo del Rey Salomón. ¿Acaso era mentira que tuvieran alguna, incluso todas estas reliquias?
 Pero miren que interesante. Desde el mismo momento en que sube al trono de Francia el rey Felipe, 5 de octubre 1285, y se comienzan a conocer las desventuras templarias, se comienza a gestar una nueva nación.
Con esto no estoy diciendo que en ese momento nace Suiza. Lo que estoy diciendo es que por esos años la Antigua Confederación Suiza, una alianza existente entre las distintas comunidades de los valles centrales de los Alpes comienza a gestar su identidad como nación. Al impulso de que o de quienes.
Los indicios humanos más antiguos que nos trae la historia datan el origen de la comunidad hace casi 50.000 años. Se han logrado encontrar herramientas de agricultura que datarían de hace unos 5.000 años a. de C. y es muy probable que la cultura local haya florecido a finales de la Edad de Hierro (400-450 a. de C.) apoyada en la influencia de civilizaciones como la griega y la etrusca.
Otro dato interesante es que el nombre de Suiza parece provenir del Antiguo Alto Alemán “Suittes” vocablo relacionado con la palabra “suedan” que significa “quemar”.
Pero vayamos al punto que nos interesa. Por el 1230, la meseta suiza pertenecía, casi en exclusiva, a las casas de Habsburgo, de Saboya, de Zähringer, etc. Unos pocos años después, y con el propósito de garantizar el control del imperio sobre los puntos de montaña, se fueron anexando algunas regiones limítrofes. Para el año 1264, los Habsburgos bajo el mando del rey Rodolfo I, que fue emperador del Sacro Imperio Romano en 1273, extendieron sus territorios en todas direcciones sobre la meseta suiza. Ya tenemos el territorio.
Por ese entonces los Templarios estaban aún haciendo gala de sus dotes de banqueros, mantenían a buen resguardo sus riquezas y, a pesar de todo, mantenían intacta su prevalencia religiosa-militar. Pero también fue por ese entonces (1250-1290) que los Templarios comenzaron también a vislumbrar o sospechar lo inestable de su relacionamiento con las diferentes monarquías. Esto toma cuerpo en 1244 con la caída de Jerusalén y se exacerba cuando en 1291 cae San Juan de Acre.
La fecha de creación de Suiza como nación se data del 1 de agosto de 1291. El lema que enarbola la nueva nación está en los varios idiomas que allí se hablan y dice así: en alemán: "Einer für alle, alle für einen"; en francés: "Un pour tous, tous pour un"; en italiano: "Uno per tutti, tutti per uno". No hace falta que se los traduzca al castellano. 
La nueva nación presenta una bandera con una Cruz griega en plata sobre un campo de gules. El escudo es igual, una cruz griega en plata sobre un fondo en gules.
Los datos más lejanos que hemos podido recabar sobre estos símbolos se sitúan en que la bandera de la Confederación Helvética fue inspirada en una insignia del Cantón de Schwyz (4) en recuerdo de su lucha junto a las tropas del Sacro Imperio Romano.
Tanto la bandera como el escudo nos traen reminiscencias de los distintos estandartes, escudos e insignias que enarbolaban los Caballeros Templarios, solamente que han invirtiendo sus colores.
Se nos hace evidente que por ese entonces la “incipiente” suiza no eran más de cuatro castillos, algunos poblados desperdigados y una pobre industrialización agrícola-ganadera.
Pero todo esto cambia de un día para el otro. De pronto como por arte de magia, o por la presencia de poderosos caballeros, genios en la administración y estrictos en el comercio Suiza se convirtió en un territorio ampliamente poblado, pleno de comercio, y resurgió un poder económico imprevisible en esa época y en ese país.
Es posible que los Templarios instalaran sus reales en territorio Suizo e iniciaran allí una nueva vida bajo una falsa apariencia para no ser perseguidos. Muchos historiadores nos dicen que sí.
El territorio es, desde el punto de vista militar, altamente estratégico. Situado en el centro neurálgico de la Europa de aquel entonces, limita con los grandes reinos de época Alemania, Francia, Austria, Italia. Es un inmejorable enclave para administrar recursos y hacer ágil el comercio.
 Podemos pensar que los Templarios invirtieron sus riquezas y sus conocimientos de comerciantes y militares en la nueva nación y lograron de ella un modelo económico espectacular.
Si habrá tenido importancia la intervención Templaria en la región que en el año 1506, el papa Julio II, funda la Guardia Suiza con el propósito de ser el cuerpo militar disponible para proteger al papa.
Pero esa Guardia Suiza no solo protegió al papa, hasta nuestros días, sino que durante el reinado de Luis XIV se encargó de la seguridad del Palacio de Versalles, en Francia.
No quiero prolongar más este trabajo. Lo dejamos por acá así le pueden dedicar el tiempo a la lectura y a sus comentarios.
Dr. Carlos Luis Juncal Mir MD - MT
NOTAS DE APOYO
(1)GEOGRAFIA MAGICA - EL ÚLTIMO BASTIÓN TEMPLARIO
UNA ISLA LLAMADA BORNHOLM
(2) Mandylion, Lienzo de Edesa o Imagen de Edesa son distintos nombres que se dan a una reliquia cristiana consistente en una pieza de tela cuadrada o rectangular en que se habría impreso milagrosamente el rostro de Jesús, siendo por tanto el primer icono (imagen) del Cristianismo.
(3) La muerte de su hermano mayor, Luis, envenenado con sólo 11 años de edad (1276), lo convirtió en el heredero de su padre, al que sucedió a su muerte (5 de octubre de 1285). 
(4) El nombre del cantón deriva de su capital, la ciudad de Schwyz. Debido a que el cantón de Schwyz era el más importante y próximo a los dominios austríacos de los tres cantones primitivos, su nombre fue generalizado rápidamente a toda la Antigua Confederación en el siglo XIV.

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