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OPINION
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Es peor el silencio de los buenos que el accionar de los malos
Publicado 07/09/2010
Jaime Castaño Torres
Así decía el inolvidable Gandhi, al referirse a la indolencia tradicional de los que en algunos momentos protestan por cualquier cosa y desdoran de las autoridades por cualquier eventual maltrato por alguno de los miembros de las instituciones públicas, pero guardan un silencio cómplice cuando los terroristas que son los únicos que según ellos parecen tener Derechos Humanos, cometen actos de barbarie inenarrable como el de la semana pasada en el Doncello Caquetá, donde fueron dinamitados primero, rematados luego con tiros de gracia y por último incinerados su cuerpos para poder causar mas dolor a sus familias y a sus compañeros de armas y a Colombia entera, por la dificultad para identificar individualmente los cadáveres y poderles dar Cristiana y oportuna sepultura como es la costumbre nuestra.
Yo sí quiero sentar mi protesta por semejante infamia, para la cual les confieso que no encuentro calificativo adecuado. No me atrevo a llamarlos hienas feroces, ni chacales hambrientos, ni tiburones, ni siquiera serpientes, porque la última sólo ataca cuando se siente amenazada y los primeros solo matan para satisfacer su necesidad de sobrevivir, así nos parezcan dantescos los cuadros que al respecto presentan los canales televisivos como Animal Planet y otros. Entonces si les diera alguno de esos calificativos estaría cometiendo un exabrupto contra los animales. Estos son mil veces peores.
Semejante saña en un acto criminal, no tiene paralelos y sólo en algunos crímenes pasionales se llagaba a ver excesos, pero ninguno de ellos hasta ese punto. Tal vez, buscando en la historia podamos hacer algún simil con Atila y con los demás guerreros que “empalaban” a sus víctimas o cercenaban sus cabezas para colocarlas en la picota pública... pero tampoco porque ellos permitían que sus víctimas fueran fácilmente identificables por sus familias. Luego me doy por vencido, porque no encuentro calificativo para semejante acto de barbarie.
Y pregunto: ¿dónde ésta Human Right Watch, donde están las ONG de Derechos Humanos, donde los políticos que hacen debates contra las Instituciones por la represión legítima de una manifestación cuando alguno de los protestantes sale golpeado? ¿...dónde están y para qué en realidad sirven, si en un caso de barbarie de ésta magnitud no tienen la decencia de pronunciarse y condenar esta flagrante violación del Derecho Internacional Humanitario?
¿Será que son simples “alter ego” de éstos terroristas, para defenderlos con sus protestas contra las Autoridades cuando están actúan con la legitimidad del Estado contra ellos para proteger la vida honra y bienes de los ciudadanos como les ordena la Constitución Política de Colombia?
Ese es un silencio cómplice que todos tenemos que condenar.
No estoy pidiendo que no se denuncien los malos procederes de algunos miembros de la Fuerza Pública... no señores. Lo que estoy pidiendo es imparcialidad en las condenas, que sería lo único que podría legitimar las protestas por las violaciones de los Derechos Humanos, que se condenen los actos ilegítimos sin consideración a quien los comete, pues todos serán merecedores de censura.
Pero es muy grave, sospechoso y casi el anuncio de una inmoralidad o convivencia con quienes cometieron semejante acto de barbarie, el hecho de que la mas elemental falla de las Instituciones sea atacada con toda la fuerza y pompa del caso ...y en un acto de barbarie de ésta magnitud pase inadvertido para ellos y el común de los ciudadanos.-Si acostumbramos a decir que “somos mas los buenos que los malos…” ¿por qué motivo nos abstenemos de protestar y denunciar éstos horripilantes actos contra seres humanos como los Policías vilmente sacrificados?
¿Tendrán la decencia, la responsabilidad social, la seriedad, la ecuanimidad y si serán bien intencionadas sus actuaciones, para condenar, aunque tardíamente, semejante atropello contra la humanidad y en especial contra nuestra Amada Patria, representada por esos humildes hombres vilmente asesinados, a mansalva y sobre seguro, rematados luego y finalmente incinerados para causar mas dolor?
Sólo para terminar ésta protesta sin que se me convierta en una diatriba, recurro a la formula de juramento de los servidores públicos ¡“si así lo hicieron que dios y la patria los premien ...sino que el y ella se los demanden!
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