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Terror en Los Pinos por ajuste de cuenta
No importó que la mañana estuviera fría y lluviosa para que dos hombres armados pasaran un buen rato en una esquina del barrio Los Pinos de Dosquebradas a la espera de que Yanni Alexánder Mejía Giraldo, de 30 años, pasara en su carro.
Todo estaba en calma, pero a las 10:45 a.m. tremenda balacera que terminó en un fuerte estruendo, hizo pensar a los vecinos que la guerrilla se había tomado el municipio, por eso cerraron puertas, ventanas y se escondieron hasta más no poder, pero no fue así.
Los sujetos ya sabían que Yanni venía en un Mazda 323 de color gris desde el barrio Los Guamos, y cuando lo vieron asomar, le dispararon por la ventanilla izquierda.
Mejía, al recibir la mayoría de impactos perdió el control del vehículo y terminó estrellándose contra una vivienda de la manzana D, y Marco Tulio Hinojoza Asprilla, 21 años que venía de copiloto, también resultó muerto.
Los otros tres hombres que venían con ellos reaccionaron inmediatamente y trataron de sacar a los heridos, pero por más que gritaban auxilio, nadie los ayudó, pues toda la vecindad estaba escondida y muerta del pánico.
Solo hasta que llegaron los policías del cuadrante y pararon un taxi que pasaba por el lugar, se fueron con los lesionados para el hospital Santa Mónica, a donde Yanni llegó muerto, pero Nicho fue estabilizado y remitido al San Jorge en donde horas después murió.
Tenía antecedentes
Aunque solo tenía 30 años, Mejía Giraldo ya había pagado dos veces con cárcel por sus delitos cometidos. En el 2002 fue sentenciado a 7 años 4 meses y 25 días por un homicidio cometido el 12 de octubre de 2001 y en el 2009, pagó una condena de 2 años, 1 mes y 13 días por porte ilegal de armas de fuego.
Los móviles
Sus familiares aseguraron que él era prestamista y que nunca antes había tenido amenazas ni problemas que lo llevaran a tener enemigos, pero fuentes no oficiales aseguraron que Yanni era un reconocido expendedor de drogas del sector y que hace poco regresó a su hogar, pues estuvo escondido durante varios meses.
Se presume que el autor intelectual de su muerte lo buscaba desde hace tiempo y al verlo de nuevo no perdió la oportunidad de quitarle la vida.
Otras versiones aseguran que Mejía tendría vínculos con Cordillera.
Los sujetos ya sabían que Yanni venía en un Mazda 323 de color gris desde el barrio Los Guamos, y cuando lo vieron asomar, le dispararon por la ventanilla izquierda.
Mejía, al recibir la mayoría de impactos perdió el control del vehículo y terminó estrellándose contra una vivienda de la manzana D, y Marco Tulio Hinojoza Asprilla, 21 años que venía de copiloto, también resultó muerto.
Los otros tres hombres que venían con ellos reaccionaron inmediatamente y trataron de sacar a los heridos, pero por más que gritaban auxilio, nadie los ayudó, pues toda la vecindad estaba escondida y muerta del pánico.
Solo hasta que llegaron los policías del cuadrante y pararon un taxi que pasaba por el lugar, se fueron con los lesionados para el hospital Santa Mónica, a donde Yanni llegó muerto, pero Nicho fue estabilizado y remitido al San Jorge en donde horas después murió.
Tenía antecedentes
Aunque solo tenía 30 años, Mejía Giraldo ya había pagado dos veces con cárcel por sus delitos cometidos. En el 2002 fue sentenciado a 7 años 4 meses y 25 días por un homicidio cometido el 12 de octubre de 2001 y en el 2009, pagó una condena de 2 años, 1 mes y 13 días por porte ilegal de armas de fuego.
Los móviles
Sus familiares aseguraron que él era prestamista y que nunca antes había tenido amenazas ni problemas que lo llevaran a tener enemigos, pero fuentes no oficiales aseguraron que Yanni era un reconocido expendedor de drogas del sector y que hace poco regresó a su hogar, pues estuvo escondido durante varios meses.
Se presume que el autor intelectual de su muerte lo buscaba desde hace tiempo y al verlo de nuevo no perdió la oportunidad de quitarle la vida.
Otras versiones aseguran que Mejía tendría vínculos con Cordillera.
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