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Judicial
Los dos soldados deberán responder por la pérdida de 403 armas en el armerillo del San Mateo y las cuales habrían vendido a las bandas criminales.
Martes 03 de Febrero de 2015 - 02:01 AM
¿Armas del San Mateo vendidas al clan Usuga?
Dos soldados fueron detenidos en Pereira por presuntamente vender armas, que tenía en custodia el Batallón San Mateo, a grupos al margen de la Ley.
El soldado profesional Jhon Freddy Gaviria y el sargento César Andrés Castro son los dos militares que señalan como responsables de la perdida de 403 armas de fuego que estaban bajo custodia en el armerillo del Batallón San Mateo de Pereira.
Los dos fueron detenidos por Agentes del CTI de la Fiscalía y de la Sijín, ayer en la mañana en Pereira. A Castro en su residencia en el Conjunto Hacienda II y a Gaviria, en el Batallón.
Tras las detenciones, a los militares se los llevaron a Buga (Valle del Cauca) para ponerlos a disposición de una Fiscalía Especializada de ese municipio, que adelanta investigaciones en contra de bandas criminales.
Había orden de captura
Contra el soldado Gaviria y el sargento Castro había una orden de captura, ya que la Fiscalía bugueña detectó en sus investigaciones, que estos dos militares serían quienes se encargaban de venderle las armas a la banda de Alex Toro, quien además es integrante de la banda criminal Clan Usuga o Los Urabeños.
De manera extraoficial se conoció que la vinculación de los soldados del San Mateo en las investigaciones en contra de esa banda criminal se dio porque en Buga, tras analizar un arsenal que le decomisaron a la banda de Alex Toro, se encontró que algunas eran armas que estaban bajo custodia en el armerillo del Batallón de Pereira.
Ayer a las 6:30 de la tarde a los dos detenidos los presentaron ante un juez de control de garantías para legalizar sus capturas e imputarles cargos por los delitos de concierto para delinquir, peculado por apropiación, tráfico de armas de fuego de uso privativo de las fuerzas militares y tráfico, fabricación o porte de armas de fuego de uso personal.
Al cierre de esta edición la diligencia todavía estaba en desarrollo.
Por otra parte, el director del CTI en Risaralda, Juan Carlos Alzate manifestó que están a la espera de que el Batallón les dé un parte oficial de cuántas son las armas extraviadas para esta autoridad risaraldense iniciar también investigaciones por este caso.
De igual manera, los medios conocieron que entre las 403 armas extraviadas hay 109 fusiles, 188 revólveres, 87 pistolas, 11 escopetas, 3 subametralladoras, y otras cuatro armas de largo alcance.
De esta situación también se supo que otra buena cantidad de armas que hay dentro del armerillo no tienen registro, ya que los encargados de ese lugar de almacenamiento no hicieron la notificación de ingreso.
A parte de las investigaciones que adelantan las autoridades en Buga, en Pereira un juez penal militar ordenó un reconteó del armamento y hará más investigaciones.
Ejército lo había confirmado
El coronel Germán Puentes Aguilar, comandante de la VIII Brigada del Ejército confirmó el pasado 29 de enero la pérdida de las armas y ese mismo día se especularon que fueran 300.
El oficial en ese entonces dijo que las investigaciones ya se estaban adelantando y que se iniciaron cuando “notamos unos comportamientos sospechosos de las personas que manejan el depósito, por eso comenzamos los respectivos inventarios, de nuestros procesos siempre estamos verificando que las personas estén actuando de manera correcta”.
Aunque el coronel Puentes dijo que el robo de armas, al parecer, se estaba dando desde junio LaTarde tiene reportes del CTI y la Policía Metropolitana de armamento robado al Batallón desde antes de junio.
El 19 de mayo en el barrio Los Sauces de Cuba la Policía encontró dos pistolas, un revólver, una escopeta, cinco granadas de fragmentación, tres granadas de 40 mm, ocho proveedores para fusil y abundante munición de diferentes calibres.
Este armamento lo escondía el soldado profesional, Daniel Aldana Pardo
Además el 30 de julio en Villa Santana, el CTI recuperó cinco granadas de fragmentación que son de uso privativo de las Fuerzas Armadas.
Esto también evidencia que las armas las vendían además de la banda de Alex Toro a bandas delincuenciales en Pereira.
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