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Judicial
Judicial |15 Ago 2012 - 8:22 amhttp://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo-367626-carrusel-de-testigos-fiscalia
Fundación Nueva Esperanza, en el ojo del huracán
¿Carrusel de testigos en la Fiscalía?
Por: Redacción Política
La decisión de dejar en libertad a Sigifredo López pone sobre el tapete el tema de los falsos testimonios de desmovilizados, con intereses oscuros para beneficio propio o de otras personas.
Eduardo Montealegre, actual fiscal general de la nación / Archivo
La decisión de dejar en libertad a Sigifredo López pone sobre el tapete el tema de losfalsos testimonios de desmovilizados, con intereses oscuros para beneficio propio o de otras personas.
Cuenta el portal de internet ‘La Silla Vacía’, que hace cuatro años, exactamente en junio de 2007, en una entrevista para el programa La Noche de RCN Televisión, un hombre que dijo llamarse ‘Rafael’ y ser reinsertado de las Farc, aseguró que había hecho parte del anillo de seguridad de ese grupo guerrillero en la custodia de los diputados del Valle del Caucaque fueron secuestrados en abril de 2002.
En sus declaraciones, culpó a Sigifredo López, el único sobreviviente del grupo, de ser cómplice del asesinato de sus compañeros y dijo que él mismo había escuchado cuando uno de los altos mandos de la guerrilla le dio la orden a ‘El Grillo’ de asesinarlos a todosmenos a Sigifredo.
Pero además, citando el blog Espartaco que publica el diario El País de Cali, señaló queReinaldo Valencia, otro miembro de las Farc conocido con los alias de ‘Estiven’, ‘El Cabezón’ o ‘Hernán’, incluido en Justicia y Paz, entregó una versión a las autoridades en la que dijo que él era el mismo ‘Rafael’ y que lo dicho sobre Sigifredo López eran “puras mentiras”.
Según advirtió, sus declaraciones habían sido dadas porque Gustavo Muñoz Roa,director de la Fundación Nueva Esperanza, se lo pidió a cambio de buscar asilo político para él y su familia. Y dijo que hoy cuenta la verdad porque nunca le cumplieron. Además, contó que un grupo de escoltas de Muñoz Roa lo llevó a Bogotá (él vivía en Cali) y lo instruyeron para decir que llevaba cinco días desmovilizado, cuando en realidad ya había pasado más de un año cuando el mismo Gustavo Muñoz lo había recibido en el proceso de reinserción.
Un hecho que ahora, tras la decisión de la Fiscalía de dejar en libertad a Sigifredo López tras comprobar que las acusaciones en su contra no tenían asidero, pone sobre el tapete el debate de la existencia de un carrusel de falsos testigos, que buscando beneficios e impulsados por otras personas con oscuros intereses, enlodan a quien se les cruce en el camino.
Según el exfiscal general Guillermo Mendoza, desde el primer momento en que comenzaron los procesos conocidos como la “parapolítica”, se sospechó de la veracidad de algunos testigos porque aparecían sorpresivamente, cuando ya las investigaciones se habían iniciado y nunca se les había mencionado. “Cuando eso es así, se les somete a un interrogatorio muy riguroso y preciso para comprobar si están diciendo la verdad. Es una técnica muy especial que se sigue en la Fiscalía, pero la verdad es que esas sospechas siempre han existido, sobre todo cuando son delincuentes o personas que por alguna razón tienen interés en mentir, que puede ser incluso por razones económicas”, manifestó.
Sobre el caso de Sigifredo López, el exfiscal Mendoza explicó, sin embargo, que el proceso penal es creciente, es decir, se inicia con cualquier información, se dicta una medida de aseguramiento así sea con un mínimo de pruebas –lo cual permite la ley- y luego, si se va a acusar, se necesita un mayor nivel probatorio. “Las medidas de aseguramiento suelen ser preventivas. Hoy puede haber mérito para ello y mañana no”.
Por su parte, el también exfiscal general Alfonso Gómez Méndez advirtió que, efectivamente, el tema de los falsos testigos viene de tiempo atrás, en la medida en que el país, por todos los problemas de la criminalidad, se embarcó en el sistema de que para facilitar el esclarecimiento de hechos, se otorgan beneficios como rebajas de penas. “Eso tiene su parte positiva porque ha permitido esclarecer hechos, pero también lo negativo de que la prueba testimonial es muy endeble y muchas veces es hecha de acuerdo a unos intereses. Eso es algo sobre lo cual el país debería reflexionar”, dijo.
Gómez Méndez sugirió, por ejemplo, que se debería confrontar más rigurosamente a los testigos antes de tomar una decisión radical como la orden de captura. “Hay que ser más exigentes y poner mayores condiciones para que los fiscales y los jueces tomen sus decisiones con base en estos testimonios, algunos de los cuales puedes ser interesados pero otros no se pueden descartar porque muchos crímenes solo se han podido aclarar con base en lo que han dicho los delincuentes que han participado en ellos”, concluyó.
Lo claro es Gustavo Muñoz Roa, el fundador y director de la Fundación Nueva Esperanza, que apoya a ciudadanos afectados por el secuestro y la extorsión, tiene mucho que explicar. Bien es sabido que la organización ha sido utilizada por guerrilleros de las Farc para desmovilizarse y que también se ha convertido en puntal para demandas contra supuestos colaboradores de la guerrilla. De hecho, ha sido y es aún protagonista en las denuncias contra las excongresistas Piedad Córdoba y Gema López, y contra el actual senador Luis Fernando Velasco.
En sus declaraciones, culpó a Sigifredo López, el único sobreviviente del grupo, de ser cómplice del asesinato de sus compañeros y dijo que él mismo había escuchado cuando uno de los altos mandos de la guerrilla le dio la orden a ‘El Grillo’ de asesinarlos a todosmenos a Sigifredo.
Pero además, citando el blog Espartaco que publica el diario El País de Cali, señaló queReinaldo Valencia, otro miembro de las Farc conocido con los alias de ‘Estiven’, ‘El Cabezón’ o ‘Hernán’, incluido en Justicia y Paz, entregó una versión a las autoridades en la que dijo que él era el mismo ‘Rafael’ y que lo dicho sobre Sigifredo López eran “puras mentiras”.
Según advirtió, sus declaraciones habían sido dadas porque Gustavo Muñoz Roa,director de la Fundación Nueva Esperanza, se lo pidió a cambio de buscar asilo político para él y su familia. Y dijo que hoy cuenta la verdad porque nunca le cumplieron. Además, contó que un grupo de escoltas de Muñoz Roa lo llevó a Bogotá (él vivía en Cali) y lo instruyeron para decir que llevaba cinco días desmovilizado, cuando en realidad ya había pasado más de un año cuando el mismo Gustavo Muñoz lo había recibido en el proceso de reinserción.
Un hecho que ahora, tras la decisión de la Fiscalía de dejar en libertad a Sigifredo López tras comprobar que las acusaciones en su contra no tenían asidero, pone sobre el tapete el debate de la existencia de un carrusel de falsos testigos, que buscando beneficios e impulsados por otras personas con oscuros intereses, enlodan a quien se les cruce en el camino.
Según el exfiscal general Guillermo Mendoza, desde el primer momento en que comenzaron los procesos conocidos como la “parapolítica”, se sospechó de la veracidad de algunos testigos porque aparecían sorpresivamente, cuando ya las investigaciones se habían iniciado y nunca se les había mencionado. “Cuando eso es así, se les somete a un interrogatorio muy riguroso y preciso para comprobar si están diciendo la verdad. Es una técnica muy especial que se sigue en la Fiscalía, pero la verdad es que esas sospechas siempre han existido, sobre todo cuando son delincuentes o personas que por alguna razón tienen interés en mentir, que puede ser incluso por razones económicas”, manifestó.
Sobre el caso de Sigifredo López, el exfiscal Mendoza explicó, sin embargo, que el proceso penal es creciente, es decir, se inicia con cualquier información, se dicta una medida de aseguramiento así sea con un mínimo de pruebas –lo cual permite la ley- y luego, si se va a acusar, se necesita un mayor nivel probatorio. “Las medidas de aseguramiento suelen ser preventivas. Hoy puede haber mérito para ello y mañana no”.
Por su parte, el también exfiscal general Alfonso Gómez Méndez advirtió que, efectivamente, el tema de los falsos testigos viene de tiempo atrás, en la medida en que el país, por todos los problemas de la criminalidad, se embarcó en el sistema de que para facilitar el esclarecimiento de hechos, se otorgan beneficios como rebajas de penas. “Eso tiene su parte positiva porque ha permitido esclarecer hechos, pero también lo negativo de que la prueba testimonial es muy endeble y muchas veces es hecha de acuerdo a unos intereses. Eso es algo sobre lo cual el país debería reflexionar”, dijo.
Gómez Méndez sugirió, por ejemplo, que se debería confrontar más rigurosamente a los testigos antes de tomar una decisión radical como la orden de captura. “Hay que ser más exigentes y poner mayores condiciones para que los fiscales y los jueces tomen sus decisiones con base en estos testimonios, algunos de los cuales puedes ser interesados pero otros no se pueden descartar porque muchos crímenes solo se han podido aclarar con base en lo que han dicho los delincuentes que han participado en ellos”, concluyó.
Lo claro es Gustavo Muñoz Roa, el fundador y director de la Fundación Nueva Esperanza, que apoya a ciudadanos afectados por el secuestro y la extorsión, tiene mucho que explicar. Bien es sabido que la organización ha sido utilizada por guerrilleros de las Farc para desmovilizarse y que también se ha convertido en puntal para demandas contra supuestos colaboradores de la guerrilla. De hecho, ha sido y es aún protagonista en las denuncias contra las excongresistas Piedad Córdoba y Gema López, y contra el actual senador Luis Fernando Velasco.
Redacción Política | Elespectador.com
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