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El ‘Tigrillo’ dejó una huella imborrable
A la edad de 70 años (2010) dejó de existir el ganador de dos Vueltas a Colombia (1959 y 1961) y el primer campeón del Clásico RCN (1960), dejando un recuerdo imborrable en el ciclismo colombiano.
1960 fue al año dorado de ‘El Tigrillo’. Además de coronarse campeón del Clásico RCN, fue protagonista en la Vuelta a México (una sanción el arrebató el título) y asistió a sus primeros Juegos Olímpicos en Roma, ocupando el puesto 13 en la prueba de ruta.
Cuatro años después llegaron sus segundas olimpiadas, en Tokio. “Llegué a definir la carrera con 12 ciclistas más. Solo mi falta de habilidad y experiencia para el ‘sprint’ me privaron de clasificar mejor. Pequé de inexperto”, relató ‘El Tigrillo’ al libro ‘Protagonistas del Deporte Risaraldense’, escrito por Hugo Ocampo Villegas, recordando aquel momento.
Rubén Darío Gómez ganó medalla de oro en la prueba de ruta de los Juegos Bolivarianos de Barranquilla (1961) y bronce en Juegos Centroamericanos de 1962 en Kingston (Jamaica).
Tenía 19 años de edad cuando se convirtió en el primer ídolo del deporte pereirano. Pasó por encima de la famosa ‘Licuadora Paisa’ encabezada por Ramón Hoyos Vallejo, su ídolo, a quien nunca paró de admirar.
Un ídolo
Héctor Urrego, periodista especializado en ciclismo de la cadena radial RCN, lo recuerda como uno de los “más grandes ejemplos de personalidad, clase y talento para la práctica de este deporte”.
Puso a vibrar los corazones de los amantes del ciclismo, quienes escuchaban la magnífica narración de Carlos Arturo Rueda (fallecido) etapa por etapa. Fue el mismo que le puso el remoquete de ‘El Tigrillo’. Las fuerzas en sus piernas en toda clase de terreno, sobre todo destapado, lo hicieron merecedor del apodo.
“Viví todo con la mayor intensidad, por eso le digo a los deportistas que luchen cuando estén en su mejor momento y hagan todo lo necesario por llegar a la meta”, señaló Rubén Darío Gómez en una entrevista concedida a LaTarde, años atrás.
En una casa ubicada en la calle 33 con carrera octava habitó el ‘Tigrillo’ hasta el último momento de su vida. Allí guardaba todos aquellos momentos llenos de gloria que recordaba como si fuera ayer. Su huella, con el pasar del tiempo, es imborrable.
FUE UNO DE LOS GRANDES......AUN RECUERDO QUE HORAS ANTES DE SU PARTICIPACION EN LOS OLIMPICOS DE TOKYO, SU HERMANO ERA ATROPELLADO POR UN VEHICULO MIENTRAS ENTRENABA EN SU BICILETA; NADA SE LE DIJO AL TIGRILLO HASTA SU REGRESO.
ResponderEliminarINCANSABLE, DEDICADO..LUCHADOR......UN VERDAERO TIGRILLO.