sábado, 15 de septiembre de 2012

POR LA AMISTAD POEMA NADAISTA DE: JOTAMARIO ARBELAEZ...

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Poema Dedicado a los Buenos Amigos, que en las buenas y en las malas ahì estan, espada en mano para defender la Amistad...


MI Q.-. AMIGO, HNO.-. Y MM.-. GREGORIO PALAFOX PALAFOX

"MI AMIGO ESTA FIRME TIENE QUE SEGUIR"

"TRANQUILO TIENE TODO EL RESPALDO DEL SECRETARIO"
"MIS AMIGOS ME ACOMPAÑARON CUANDO EN CAMPAÑA ESTABA DEBIL Y ESE RESPALDO ME DIO ENERGIA PARA GANAR"
SOMOS AMIGOS DE LA LEY Y DEL JUSTO COMUNITARIO, ESTAREMOS FIRMES CON NUESTROS AMIGOS...

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Por la amistad
Las manos enlazadas de los amigos fueron más fuertes que las murallas para proteger las ciudades y los imperios. Por Jotamario Arbeláez, poeta nadaísta.
Colombia, nuestro pedazo de planeta bajo el azul del aire, país de tantos amores como odios igual de intensos, donde las camas tabletean como metralla, mantiene en pie su esqueleto por la amistad. Superando el amor, es el sentimiento de la amistad el que hace que el mundo permanezca girando sobre sus goznes, y Colombia no se haya ido del lugar donde la pusieron.

Desdichado como el hombre de incontables y borrosos amores, es aquel que nunca tuvo un amigo. O el que los perdió después de tenerlos. El primer hombre cayó a causa de que en vez de hacerle un amigo, el buen Dios le proveyó de una amante. Porque, ¿para qué un paraíso sin el disfrute intelectual de la camaradería y de la conversación que conserva? La creación maravillosa era para ser contemplada (y completada) en la complicidad esotérica del poema de la amistad. Para hacer el amor, sobran infiernos de bombillo rojo. El triunfo de Jesús operó porque a cambio de aceptar compañera se hizo en primer lugar a una docena de amigos.

La amistad conserva a los muertos con vida, saca vino del agua, le da ojos al que está ciego. Gracias a la amistad se conserva la esperanza de que no se acabe la especie, el vecino duerme tranquilo, se hace más vivible la tierra, cobra fuerza la carcajada.

Los hombres salieron de las cavernas para celebrar una fiesta dándose las manos al aire libre. Cuando se dieron cuenta de que era más fácil abatir al saurio con dos garrotazos unánimes quedó fundada la civilización solidaria. Las manos enlazadas de los amigos fueron más fuertes que las murallas para proteger las ciudades y los imperios.

¿Y qué fue nuestra gesta libertadora por lo menos antes de la manzana venenosa del triunfo, sino toda una saga amistosa de seres dispuestos a hacerse partir el cuero por la dignidad de su sueño? Colombia es un país que funda en la amistad la pasión más sólida. Hay amigos de todos, amigos para todo y sobre todo amigos para seguir siendo amigos. Amistades que se zurcen desde la infancia. Que se fijan en los colegios. Amistades que sueldan las profesiones, el común denominador del servicio a la humanidad, o los avanzados objetivos estéticos.

La fidelidad del amigo impide que caigas, por encerado que esté el mundo por donde andes. He conocido personas que nunca dan una limosna pero que darían la vida por un amigo. Amigos que se han ofrecido a cambio del amigo que está plagiado. Amigos poniendo el pecho para librarte de cualquier asechanza. Si no fuera por los amigos, los difuntos que se han sucedido en nuestra trastienda serían el doble. Un amigo es un seguro contra la muerte. Tu chaleco a prueba de balas. La tranca fuerte de tu puerta.

Colombia, que es un país de países, por el que pasan por lo menos tres soles de distintas temperaturas, es una internacional amistosa. Tiene uno amigos del Atrato hasta el Amazonas, de San Andrés y Providencia y Gorgona, del Cabo de la Vela al puente de Rumichaca, cachacos y corronchos, opitas y vallenatos, citadinos y montañeros, intelectuales y rústicos, adinerados e indigentes, padres de la patria e hijos de nadie; todos indispensables, o por lo menos no desechables. Amigos donde tienes tu pedazo de queso y algún rincón para rumiar el sueño. Amigos que te servirían de camisa. En pocos lugares como en Colombia es tan cálida y tan firme la mano de la amistad. Por lo general duran más las amistades que los amores. No se queman tan fácil en la flama de la ardentía. La amistad es una hermandad que cala hasta el hueso. La familia por el lado del alma.

Los amigos que desde mis primeros poemas me dio el país; son amigos que viven todo el tiempo en el portarretratos de mi máquina de escribir. De la máquina de escribir que me dejó Gonzalo Arango cuando se exilió de la vida. De cada uno de ellos está hecho el museo de mi existencia. Vivir en otra parte del mundo perdiendo su presencia vivificante sería abandonar lo mejor que a la vida pude arrancarle. Uno es nadie sin los amigos. Todos los amigos son uno. Dime quiénes andan contigo y te diré cómo son. La fidelidad del amigo no debe llegar a que el enemigo de tu amigo sea tu enemigo. No hay paces imposibles entre enemigos si un amigo común camina entre ellos. Ese amigo que puede hacer que se desenvenenen las almas. Que se reanuden las alianzas entre los hijos de las mismas piedras contra los poderosos enemigos comunes.

Encontré esta hojita de hierba dentro del libro de Whitman: “Soñé en un sueño. Vi una ciudad invulnerable a los ataques de todo el resto del mundo. Soñé que era la nueva ciudad de los amigos”. Esa inmensa ciudad invencible ha de ser Colombia, dándole campo a la amistad.

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