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Comentario: Como el Presidente Barack Obama, muchos Latino-Americanos, creemos que debemos romper esquemas y aspirar a una Libertad Moderada, donde reine la Igualdad, la Fraternidad y la Libertad, la Esperanza de lograrlo es con Obama, que brinda oportunidad por igual a Estadounidenses e Hispanos y Latino-Centroamericanos por Legalizar y en proceso de adqudirir su nacionalidad de acuerdo a la Constitución Americana.
Obama heredo un país con muchos problemas y en cuatro años ha logrado lo que pocos, tratando de llevar a los Americanos, por buenos rumbos, pese a la oposición en el Congreso de los Repúblicanos.
ES AHORA O NUNCA - SEGUIR CON HONOR Y DIGNIDAD RECUPERANDO EL PAÍS O SOMETERNOS A UN RÉGIMEN NETAMENTE CONSERVADOR.
Elecciones EU Barack Obama busca completar “el cambio”
En la Navidad de 1980, Obama lanzó un pedido que desconcertó a su madre y abuelos: “¡No más Barry! A partir de hoy llámenme por mi verdadero nombre: ¡Barack!”
Martes 06 de noviembre de 2012El Universal00:58
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LIMA.— En la Navidad de 1980, Obama lanzó un pedido que desconcertó a su madre y abuelos: “¡No más Barry! A partir de hoy llámenme por mi verdadero nombre: ¡Barack!”.
Así lo contó su media hermana Maya a la revista Newsweek en marzo de 2008. La familia llevaba 19 años llamándolo por su apodo (Obama nació el 4 de agosto de 1961 en Honolulu, Hawai).
“Uso Barry para no tener que explicarme al mundo”, había dicho Obama apenas unos días antes a su amigo Eric Moore, del Occidental College, a quien le confesó que su padre también se llamaba Barack y también se autoimpuso el apodo de Barry cuando llegó a Hawai desde su natal Kenia, en 1959. Aquella noche, al aceptar su verdadero nombre, Obama se reinventó y dio el primer paso para convertirse en el líder carismático que hoy conocemos.
Sin encajar
Su padre negro creció arriando cabras. Su madre blanca nació en Kansas. El abuelo materno peleó en la Segunda Guerra Mundial. El paterno fue servidor doméstico de colonos ingleses. El pequeño Barack no parecía encajar en ninguna parte.
Para complicar más las cosas, tras una pronta separación de su padre, su madre se casó con el indonesio Lolo Soetoro. Se mudaron a Asia y después Barack terminó siendo criado por sus abuelos maternos en Hawai.
En Yakarta se educó en escuelas musulmanas y católicas rodeado de pobreza. De lunes a viernes su madre lo despertaba a las 4 de la mañana para enseñarle inglés durante 3 horas. Cuando cumplió 10 años lo mandó a Hawai con sus abuelos.
Obama nunca estuvo cerca de una comunidad negra hasta que ingresó al Occidental College de Los Ángeles. Ahí se interesó más por el basquetbol que por los libros y probó drogas, como lo admitió en su propia autobiografía Dreams from my Father. Pero también se unió a un grupo de estudiantes que protestaban contra el apartheid en Sudáfrica. Uno de ellos era Eric Moore, la primera persona que lo llamó “Barack” y que le hizo notar la fuerza de sus raíces africanas.
Tras dos años en California, se transfirió a la Universidad de Columbia en Nueva York. Allí se hizo más disciplinado y recibió la noticia de la muerte de su padre en un accidente de auto en Kenia.
“Sí, él puede”
Su mudanza a Chicago fue clave. Se desempeñó como trabajador social, defensor de los derechos civiles y fue ahí conoció a su esposa Michelle.
En 1988 viajó a Kenia para encontrarse con sus raíces y al regresar se enroló en Harvard, donde se convirtió en el primer editor negro de la revista de Derecho. El salto a la política lo dio en 1997, como senador estatal de Illinois.
En el 2000 sufrió su primera y hasta ahora única derrota electoral cuando se enfrentó a Bobby Rush en una primaria para la Cámara Baja. Cuatro años más tarde, Obama pronunciaba el discurso inaugural de la convención demócrata.
“¡En ningún otro país en la Tierra mi historia personal sería posible! ¡Un chico flaco, con un nombre gracioso que cree que EU tiene un lugar para él también!”, exclamó aquella noche. Su retórica y carisma le hicieron escalar posiciones hasta ganar la nominación demócrata en 2008. “Se hace campaña con poesía, pero se gobierna con prosa”, le advirtió su entonces rival Hillary Clinton.
Con 51 años, Obama ya no es la estrella que deslumbró en 2008 y que cambió para siempre la forma de hacer política gracias a una estrategia digital que puso en la palestra a las redes sociales y le permitió conseguir 500 millones de dólares en donaciones.
Aunque puso fin a la guerra en Irak y acabó con la vida de Osama bin Laden, hoy el primer presidente negro de EU peina canas y sostiene a un país con casi 8% de desempleo. Desde la década de los 30, ningún presidente ha logrado reelegirse con esas cifras. Sin embargo, Obama ya demostró que nació para romper moldes.
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