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PERSONAJE
Enrique Vásquez, el Alcalde Y la familia
Mauricio Gómez Buriticá
El Diario del Otún
CON LA GENTE QUE ME GUSTA
Como
un hombre honrado, demócrata, defensor de lo público y promotor de los
valores de familia, así se define Enrique Antonio Vásquez Zuleta, un
pereirano de origen campesino y abogado de profesión, que con valores se
forjó en la política hasta el punto de regir hoy los destinos de
Pereira.
El alcalde Enrique Vásquez completó dos
años de gestión, una tarea que democráticamente le fue encomendada por
los pereiranos y que según él, es más diferente de lo que se esperaba,
pues es absolutamente distinta la labor corporativa a la labor
ejecutiva, "la diferencia es abismal, el grado de ocupación es muy
grande y el nivel de responsabilidades es mayúsculo".
Su origen
Comenzó
en el ejercicio de la política desde que era un niño. Recuerda que
siempre acompañaba a su padre cuando éste era Presidente de la Junta de
Acción Comunal en la vereda Cañaveral. "Más que al tema político, mi
padre me indujo a la vida comunitaria, siendo un niño yo lo acompañaba a
las reuniones y allí empecé a sentir la necesidad de servir y ayudar a
mi entorno".
Precisamente evoca con nostalgia la
época de la niñez, cuando con esfuerzo adelantaba sus estudios en el
colegio Jesús María Ormaza, al que, en muchas ocasiones, tenía que
desplazarse a pie ya que "mi padre a veces nos daba para el pasaje y a
veces no, porque éramos catorce hijos y él vivía del cultivo del café y
el plátano, entonces yo tenía que caminar 40 minutos desde la finca y de
regreso del colegio a la finca".
De esta manera, el hoy
Alcalde de Pereira inició el camino de servicio a la comunidad,
desempeñándose como líder en su vereda y Promotor Departamental de
Acción Comunal, hasta dar el gran salto a la política, en la que fue
Concejal de Pereira en tres períodos entre 1992 y 2000 y Diputado de
Risaralda entre el 2001 y 2011.
El Alcalde
La
vida y la política lo pusieron como Alcalde de la ciudad, labor que, a
su juicio, es muy satisfactoria ya que "se ejerce con orgullo la labor
de servicio público que la democracia me entregó".
¿Qué tan difícil es poder cumplir con lo prometido en campaña?
-
Uno proyecta hacer muchas cosas, incluso desde la campaña los
ciudadanos nos ponen tareas con las cuales uno se sensibiliza, pero al
momento de cumplir, nos encontramos con una realidad diferente, sobre
todo al gestionar los recursos y ahí uno encuentra muchas frustraciones.
¿Qué lo ha decepcionado de la labor de ser Alcalde?
-
La falta de recursos económicos. Cuando uno tiene tantos deseos de
servir en el desarrollo de las comunidades y el dinero no alcanza, eso
genera una gran decepción.
¿Y cómo explicarle eso a la gente?
-
Los dineros públicos deben ser invertidos en lo que es más sensible
para la comunidad, pero infortunadamente nos piden mil cosas y nos toca
priorizar. Otro tema que no entiende fácil la gente es que yo me ubico
en un campo de competitividad para la ciudad, por eso trabajamos en
modernizar y certificar el Aeropuerto, construimos el Parque Temático,
el Centro de Convenciones, le apuntamos a la Red de Nodos de Innovación
Tecnológica, cuando fortalecemos esos proyectos grandes de ciudad
dejamos de hacer la pequeña obra del barrio. Créanme que es muy complejo
tener que sopesar esa obra de gran competitividad para la ciudad que va
a generar empleo con esa pequeña pero gran necesidad de la comunidad.
¿Qué reflexiona con su familia de esta dura labor de ser Alcalde? ¿Usted se ha arrepentido?
-
Nunca me he arrepentido y mi familia me apoya y me hace sentir muy
bien. Lucero, mi esposa, es una mujer con una alta sensibilidad humana,
muy preocupada por la comunidad y valoro muchísimo el hecho que me
acompaña, Camilo, mi hijo, me acompaña y Daniela, mi hija, aunque no me
acompaña mucho porque está centrada en la universidad, siempre me
apoyan.
Su familia
A propósito, su hogar
ha sido su gran motor de vida, de hecho, Enrique Vásquez se ha
convertido en un promotor por la recuperación de los valores de la
familia y se autoproclama como 'el Alcalde de la Familia'.
"Yo
soy un hombre que valora muchísimo la unidad familiar y la comunicación
con los hijos. Ellos están pasando una etapa en la que sin ser los
'locos' por la rumba, han disfrutado de su juventud. Tienen en mí un
ejemplo a seguir en la disciplina, en la práctica del deporte, entonces
eso es lo que yo espero de todos los padres y madres, que sean un espejo
para sus hijos.
¿A qué hora saca tiempo para el descanso y su familia?
-
Siempre hay tiempo para ellos. Me levanto a las 5:00 de la mañana, yo
tengo un reloj biológico aunque a veces me despierto a las 3:00 o 4:00
de la mañana. Leo un poco, reviso documentos y cuando está clareando el
día y me queda fácil, me voy a montar en bicicleta, aunque a veces
camino, troto o juego fútbol.
Soy madrugador y me
acuesto temprano, en las noches comparto con mi esposa y mis hijos. Eso
sí, no me pongan a trasnochar -risas-.
¿Ha renunciado a proyectos personales o familiares por estar en política?
-Mis
proyectos siempre han estado encaminados a la vida pública, la
participación en democracia, soy respetuoso de ella, pero nunca he
tenido ni frustraciones en la política ni obsesiones, pues nunca dije
quiero ser Alcalde y, sin embargo, llegué a serlo porque soy muy
juicioso, comprometido con la gente y porque he tenido disciplina en la
actividad.
El atentado
En
el ejercicio de la política, Enrique Vásquez pasó por el peor momento
de su vida, un atentado perpetrado por desconocidos cuando adelantaba su
campaña para la Alcaldía de Pereira. "La situación más terrible de mi
vida fue cuando me hicieron esos tiros, cuando los golpes de las balas
pegaban contra la puerta del carro que yo iba conduciendo y mi escolta
respondió con su pistola", expresa el Alcalde.
Agregó
Vásquez que "fue más terrible el momento en que llegué a casa de un
hermano donde fui a refugiarme, me senté a llorar porque pensé en mis
hijos, en mi esposa, en mi mamá, en mi entorno, y me dije 'no tiene
sentido que yo esté trabajando en bien de la comunidad y atenten contra
mi vida'. Ese fue el momento más difícil".
Respeto por lo público
Si
hay algo en lo que el Alcalde de Pereira 'saca pecho', como el mismo lo
expresa, es en la honestidad con la que ha desempeñado su función.
Manifiesta
que su conciencia está tranquila frente a la corrupción, frente a los
malos manejos y con relación a la capacidad de trabajo, porque "yo doy
todo de mí para hacer las cosas bien, incluso he invitado a los
ciudadanos a que denuncien cuando alguien de los que me rodean no están
haciendo las cosas bien. El pecado más grande que podemos cometer como
funcionarios públicos es robarnos la plata del Estado".
Añade
con orgullo, "yo terminaré mi período en dos años con la tranquilidad
de poder salir a la calle a montar en bicicleta o a caminar con mis
hijos sin que nadie me diga que ahí va ese Alcalde deshonesto".
Para
ese momento, seguramente las lides de la política lo llevarán a otros
escenarios, pues, a su criterio, siempre estará vinculado en los
procesos democráticos. "Dios me dio la oportunidad de ser el Alcalde, de
administrar una ciudad tan hermosa y pujante como esta y Dios definirá
mi vida futura, ¿Cuál será? la que la democracia me asigne porque yo soy
un hombre demócrata y me gusta participar de dichos procesos".
Por
estos días, estudia los posibles cambios que haría en su gabinete para
los dos años que le quedan como gobernante. "Los resultados entregados
por todos los funcionarios son satisfactorios pero no se descarta que
refresque el equipo".
Esta es la faceta humana y
familiar del alcalde de Pereira, Enrique Antonio Vásquez Zuleta, un ser
humano como cualquiera otro, que vive el día a día en medio de la
difícil tarea de administrar la ciudad y que a diario es blanco de
críticas, propias de la actividad de ejercer el primer cargo público de
la capital risaraldense, es un hombre humilde, sencillo y que defiende
su gran postulado, la honestidad.
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