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Plana Mayor del grupo No 4 San Mateo en Jericó 1937.
(Foto: Foto: Tc Rva Carlos Jaramillo A.)
Domingo 22 de Diciembre de 2013 - 02:01 AM
Héroes del San Mateo: 80 años
El
oficial de la reserva Otoniel Arango Collazos, presentó el libro
“Batallón de Artillería N°8 Batalla de San Mateo, 80 años Forjando
Patria” para reconstruir la memoria de la unidad militar.
“Bajo
la premisa “Los mejores hombres de la patria se dedican a la defensa de
la misma”, el Batallón de Artillería No. 8 “Batalla de San Mateo” ha
hecho gala no solo en defensa de Risaralda, sino de muchas áreas del
país”. Con estas palabras el Teniente Coronel, Hesnard Eduardo Ramírez
Rojas, excomandante del Batallón San Mateo inicia el prólogo del libro
que conmemora en 238 páginas el transcurrir de 80 años de esa guarnición
militar.
Gotas de sudor, valentía, suelas de caucho y cartuchos vacíos son la evidencia más fiel para completar este ejemplar histórico dividido en capítulos que giran en torno a dos hechos: los sitios en dónde ha estado ubicado el San Mateo y el aspecto bélico.
El Mayor de Reserva Otoniel Arango Collazos, es nacido en Cali “por accidente”, pero pereirano desde los cinco años. Su interés en hacer historia y poner en tinta testimonios de guerra y lucha, nacen de una insinuación que le hace el Coronel José Antonio Hernández, Comandante actual de la Primera Brigada del Ejército con sede en Tunja, quien en una tarde, cuatro años atrás, en la que compartían una amena charla le entregó cinco tomos al Mayor de Reserva, de un libro histórico de las Unidades Militares, para que con ese material empezara la historia del Batallón de Artillería No. 8. Arango, inquieto y honrado por tal designación, comenzó a leer los tomos que lo llevarían a un primer destino, el municipio de Jericó en Antioquia, lugar en el que inició la Unidad Militar del Batallón de Artillería No 4, en ese entonces, en el año 1933.
Ese inicio Arango lo atribuye a que Jericó, a principios del siglo XX, fue elevado a la categoría de Estado con capital Jericó, por lo que era lugar apropiado para iniciar la Unidad, aunque allí duró tan solo tres años. Tiempo seguido la Unidad Militar sería trasladada a Caldas hasta el año 1941.
A raíz de la Segunda Guerra Mundial, el Batallón se disolvió y los oficiales se vieron destinados a estar en las naves que surcaban ríos y mares de Colombia, como prevención para una posible incursión de los alemanes en territorio colombiano. Posteriormente, acabada la 2GM, el batallón fue creado nuevamente, esta vez en Pereira, en el año 1943, en el lugar donde queda hoy en día el Hotel Movich, mientras las caballerizas estaban ubicadas en la hacienda Matecaña, hoy en día el Aeropuerto Internacional Matecaña.
Las armas del Batallón, que habían sido distribuidas entre el Grupo Galán de la costa y el grupo Palacé de Buga, volvieron entonces a pisar tierras pereiranas.
Hitos históricos
Otoniel Arango resalta tres hitos históricos. El primero hace referencia al 7 de febrero de 1948, cuando Jorge Eliecer Gaitán convocó a la marcha del silencio, en la que todo el país saldría a protestar sin pronunciar palabra. Sin embargo cuando los protestantes circulaban por la Plaza de Bolívar de Pereira, la policía política rompió fuego en contra de ellos, por lo que el Batallón San Mateo tuvo que hacer presencia y encerrar a la “policía” en sus cuarteles para evitar nuevos excesos policiales.
El segundo hito tuvo lugar con la muerte del caudillo liberal, el 9 de abril de 1948 donde estalló una revuelta popular de grandes proporciones.
En Pereira el Batallón mantuvo el control evitando que la “junta revolucionaria” prendiera fuego a la pila de escritorios y archivos que armaron frente al Concejo Municipal.
El tercer momento fue en octubre de 1956, con la muerte del “Cóndor” , personaje de Tuluá, Valle, al que se le adjudican más de 4 mil muertes políticas y quien fijó su estadía en Pereira en la calle 14 entre cuarta y quinta, cerca a la iglesia La Valvanera, de donde salía cada mañana a concretar con “los pájaros”, a quienes había que matar. En un día de esos, dos niños, que ahorraron para comprar armas, le dieron muerte al “Cóndor”, noticia que llegó hasta el Valle incentivando la llegada de sicarios con las intenciones de venir a quemar a Pereira. El Batallón efectuó un operativo en el sector de Turín, en el que quitaron las armas e impidieron una tragedia.
San Mateo: entre mitos y verdades
El libro explica que los terrenos actuales del San Mateo, que costaron 200 pesos, fueron obtenidos gracias a una colecta cívica de los pereiranos y no una donación de la señora Pobreza Vélez. Los cuarteles del Batallón, en su sede en Maraya, estuvieron construidos en tres años. El león Morgan es el cuarto felino del Batallón. Todos han llevado este nombre gracias a un concurso infantil que se realizó para bautizar al animal.
El libro cuenta con una buena cantidad de fotografías que poco a poco fue consiguiendo Arango a través de sus fuentes. El libro es una edición de colección de 500 ejemplares y sin venta al público. Sin embargo se pueden encontrar algunos libros en las bibliotecas de la ciudad. “Para mi la tarea es lograr que el Batallón se vuelva Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Nación por ser producto de una gesta cívica”, culmina Arango.
Libreta militar 1938
“A principios del Siglo XX, la Libreta Militar efectivamente era una Libreta y a pesar de que ya no tiene dicha presentación, por costumbre se le siguió denominando “Libreta”.
El documento tenía 30 páginas y constaba de:
1. Instrucciones para conservar el documento.
2.Datos personales.
3. Inscripción.
4. Primer examen médico.
5. Segundo examen médico.
6. Servicios en el Ejército.
7. Juramento de Bandera y distinciones. (...)”, Libro 80 Años Forjando Patria. Página 53.
Gotas de sudor, valentía, suelas de caucho y cartuchos vacíos son la evidencia más fiel para completar este ejemplar histórico dividido en capítulos que giran en torno a dos hechos: los sitios en dónde ha estado ubicado el San Mateo y el aspecto bélico.
El Mayor de Reserva Otoniel Arango Collazos, es nacido en Cali “por accidente”, pero pereirano desde los cinco años. Su interés en hacer historia y poner en tinta testimonios de guerra y lucha, nacen de una insinuación que le hace el Coronel José Antonio Hernández, Comandante actual de la Primera Brigada del Ejército con sede en Tunja, quien en una tarde, cuatro años atrás, en la que compartían una amena charla le entregó cinco tomos al Mayor de Reserva, de un libro histórico de las Unidades Militares, para que con ese material empezara la historia del Batallón de Artillería No. 8. Arango, inquieto y honrado por tal designación, comenzó a leer los tomos que lo llevarían a un primer destino, el municipio de Jericó en Antioquia, lugar en el que inició la Unidad Militar del Batallón de Artillería No 4, en ese entonces, en el año 1933.
Ese inicio Arango lo atribuye a que Jericó, a principios del siglo XX, fue elevado a la categoría de Estado con capital Jericó, por lo que era lugar apropiado para iniciar la Unidad, aunque allí duró tan solo tres años. Tiempo seguido la Unidad Militar sería trasladada a Caldas hasta el año 1941.
A raíz de la Segunda Guerra Mundial, el Batallón se disolvió y los oficiales se vieron destinados a estar en las naves que surcaban ríos y mares de Colombia, como prevención para una posible incursión de los alemanes en territorio colombiano. Posteriormente, acabada la 2GM, el batallón fue creado nuevamente, esta vez en Pereira, en el año 1943, en el lugar donde queda hoy en día el Hotel Movich, mientras las caballerizas estaban ubicadas en la hacienda Matecaña, hoy en día el Aeropuerto Internacional Matecaña.
Las armas del Batallón, que habían sido distribuidas entre el Grupo Galán de la costa y el grupo Palacé de Buga, volvieron entonces a pisar tierras pereiranas.
Hitos históricos
Otoniel Arango resalta tres hitos históricos. El primero hace referencia al 7 de febrero de 1948, cuando Jorge Eliecer Gaitán convocó a la marcha del silencio, en la que todo el país saldría a protestar sin pronunciar palabra. Sin embargo cuando los protestantes circulaban por la Plaza de Bolívar de Pereira, la policía política rompió fuego en contra de ellos, por lo que el Batallón San Mateo tuvo que hacer presencia y encerrar a la “policía” en sus cuarteles para evitar nuevos excesos policiales.
El segundo hito tuvo lugar con la muerte del caudillo liberal, el 9 de abril de 1948 donde estalló una revuelta popular de grandes proporciones.
En Pereira el Batallón mantuvo el control evitando que la “junta revolucionaria” prendiera fuego a la pila de escritorios y archivos que armaron frente al Concejo Municipal.
El tercer momento fue en octubre de 1956, con la muerte del “Cóndor” , personaje de Tuluá, Valle, al que se le adjudican más de 4 mil muertes políticas y quien fijó su estadía en Pereira en la calle 14 entre cuarta y quinta, cerca a la iglesia La Valvanera, de donde salía cada mañana a concretar con “los pájaros”, a quienes había que matar. En un día de esos, dos niños, que ahorraron para comprar armas, le dieron muerte al “Cóndor”, noticia que llegó hasta el Valle incentivando la llegada de sicarios con las intenciones de venir a quemar a Pereira. El Batallón efectuó un operativo en el sector de Turín, en el que quitaron las armas e impidieron una tragedia.
San Mateo: entre mitos y verdades
El libro explica que los terrenos actuales del San Mateo, que costaron 200 pesos, fueron obtenidos gracias a una colecta cívica de los pereiranos y no una donación de la señora Pobreza Vélez. Los cuarteles del Batallón, en su sede en Maraya, estuvieron construidos en tres años. El león Morgan es el cuarto felino del Batallón. Todos han llevado este nombre gracias a un concurso infantil que se realizó para bautizar al animal.
El libro cuenta con una buena cantidad de fotografías que poco a poco fue consiguiendo Arango a través de sus fuentes. El libro es una edición de colección de 500 ejemplares y sin venta al público. Sin embargo se pueden encontrar algunos libros en las bibliotecas de la ciudad. “Para mi la tarea es lograr que el Batallón se vuelva Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Nación por ser producto de una gesta cívica”, culmina Arango.
Libreta militar 1938
“A principios del Siglo XX, la Libreta Militar efectivamente era una Libreta y a pesar de que ya no tiene dicha presentación, por costumbre se le siguió denominando “Libreta”.
El documento tenía 30 páginas y constaba de:
1. Instrucciones para conservar el documento.
2.Datos personales.
3. Inscripción.
4. Primer examen médico.
5. Segundo examen médico.
6. Servicios en el Ejército.
7. Juramento de Bandera y distinciones. (...)”, Libro 80 Años Forjando Patria. Página 53.
Publicada por
CLARYBELL MONCADA H.
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