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La tragedia del ‘voto vicioso’
Floridablanca, en Santander, Soacha, en Cundinamarca y Yumbo, en el Valle fueron analizados por el hecho de que eligieron mal, tuvieron malos gobiernos, los alcaldes fueron sancionados y bajó la calidad de vida en sus municipios.
Pero ¿cómo puede afectar la calidad de vida de un municipio una mala selección del administrador?
Porque la corrupción empobrece, porque las obras y el crecimiento se aplazan y porque si no hay una ciudadanía actuante y comprometida, las decisiones quedan en manos de unos pocos.
Esos tres municipios analizados por votebien, son anexos a las capitales de departamento, manejan grandes presupuestos, usualmente son industriales, pero su infraestructura es pésima, la prestación de los servicios públicos es como de municipios muy alejados de las cabeceras y tienen una democracia muy deficiente, que vive todavía del compadrazgo y el gamonalismo.
A Soacha, por ejemplo, se la llama la hermana fea de Bogotá. Allí canjean subsidios, servicios públicos y hasta tamales por votos. Eso por mencionar sólo lo anecdótico, porque Soacha es la octava ciudad del país, con más de 500 mil habitantes y los últimos siete alcaldes no han podido terminar su mandato.
Por eso tan importante escoger bien a quienes gobiernan.
Cuando no se escoge bien, o se vende el voto por una dádiva, un puesto, un contrato, etc., el ciudadano se vuelve un esclavo del político, pierde su libertad individual y le entrega a otro la capacidad de decidir por sí mismo y su conglomerado social.
El poder que tiene el ciudadano con el voto es muy importante, por eso hay que ejercerlo en libertad.
Pero ¿cómo puede afectar la calidad de vida de un municipio una mala selección del administrador?
Porque la corrupción empobrece, porque las obras y el crecimiento se aplazan y porque si no hay una ciudadanía actuante y comprometida, las decisiones quedan en manos de unos pocos.
Esos tres municipios analizados por votebien, son anexos a las capitales de departamento, manejan grandes presupuestos, usualmente son industriales, pero su infraestructura es pésima, la prestación de los servicios públicos es como de municipios muy alejados de las cabeceras y tienen una democracia muy deficiente, que vive todavía del compadrazgo y el gamonalismo.
A Soacha, por ejemplo, se la llama la hermana fea de Bogotá. Allí canjean subsidios, servicios públicos y hasta tamales por votos. Eso por mencionar sólo lo anecdótico, porque Soacha es la octava ciudad del país, con más de 500 mil habitantes y los últimos siete alcaldes no han podido terminar su mandato.
Por eso tan importante escoger bien a quienes gobiernan.
Cuando no se escoge bien, o se vende el voto por una dádiva, un puesto, un contrato, etc., el ciudadano se vuelve un esclavo del político, pierde su libertad individual y le entrega a otro la capacidad de decidir por sí mismo y su conglomerado social.
El poder que tiene el ciudadano con el voto es muy importante, por eso hay que ejercerlo en libertad.
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