Enlace Programado por Gabriel Alberto Restrepo Sotelo es LINTERNA ROJA EN Google, Yahoo y Facebook .-.
Comentario del Director:
Son demasiadas las consultas, que se efectúan ante personas conocedoras de la fenomenologia psíquica o de Espíritus en transición o Posesos por cualquier actitud, propia o ajena.
Siempre se deja a la risotada, la calumnia, la estafa, al no reconocimiento de las Ciencias Ocultas, o simplemente al Escarnio Público, el que existan Seres Humanos que durante el tiempo, la Consulta, el estudio o simplemente la trasmisión oral, conozacan de la temática del MAS ALLÁ, del por que??? de sus resultados y de sus remedios. y lo mas impactante de una Cruda Realidad Social, que siempre ha Coexistido con la Humanidad, y es todo lo relacionado con Dios y con el Diablo.
Por lo anterior NOS PARECIÓ IMPORTANTE, compartir todo lo relacionado con LAS ENTIDADES ASTRALES PARASITARIAS o si lo desean Parasitarios... muy importante la lectura de estas planchas y superior su comprensión...
INTERESANTE ???
Parásitos de energía | ||||||||||||||||||||||||
Entidades astrales Parasitarias (EAPs) ¿Qué es una entidad astral parasitaria? |
Sin saberlo, un individuo puede, inconscientemente, “invitar” a un ser querido a unírsele cuando este último ha fallecido. Esta invitación puede producirse por el dolor que produce la pérdida y por rehusarse a “dejar ir” al ser amado. El espíritu de la persona fallecida puede sentir de la misma forma y decidir “quedarse” para acompañar al otro, protegerlo, darle “amor”, etc. Sin embargo esto NO BENEFICIA a ninguno de los dos. La intrusión que se produce por los lazos de “amor” que unen a dos individuos es una VIOLACIÓN del LIBRE ALBEDRÍO de ambas almas. La realidad es que por mucho que la persona que continúa viva extrañe, anhele o sienta dolor por la pérdida del fallecido, el espíritu de este NO TIENE derecho a invadir el espacio y la energía de la otra persona, así como tampoco, la persona viva NO DEBE jamás invitar a un espíritu a quedarse. De ninguna manera es un acto de AMOR impedir el progreso espiritual de otro ser y es una acto extremo de servicio a sí mismo (SAS). Violar el libro albedrío de un ser es anotar una gran deuda en el libro del Karma y es completamente perjudicial para ambos seres. Sin embargo pareciera ser que hay algunos casos en donde la intrusión astral es planificada en la etapa previa a la vida como parte del plan para aliviar deudas kármicas. De todas formas puede que esto sea una excepción que sólo se permite a ciertas almas. | |
La intrusión astral NO necesita del permiso del huésped para producirse. La ignorancia y el rechazo ante la idea de las EAPs NO ES DEFENSA contra éstas. El poseer un determinado sistema de creencias NO ES DEFENSA contra la intrusión astral. La ÚNICA protección es el CONOCIMIENTO de que hay una gran cantidad de evidencia –tanto en la historia, como proporcionada por investigadores científicos del campo de la psiquiatría y la psicología, de que la intrusión astral ES una REALIDAD. SABER que EXISTE y cómo se produce es ya, de por sí un escudo protector. EL CONOCIMIENTO PROTEGE, LA IGNORANCIA NOS PONE EN PELIGRO.
Una conducta inconsistente y errática puede resultar del pase del control del individuo de una EAP a otra. Este tipo de comportamiento es similar al cambio que se produce entre personalidades alternas en los casos de trastornos disociativos de indentidad o personalidad múltiple.
Un individuo puede detectar un cambio repentino en algún aspecto de su personalidad, en sus intereses, sus inclinaciones, sus deseos, sus ideas y emociones, y sin poder explicarse la razón de semejante cambio. Puede que éste se deba a la interferencia de una o varias EAPs que se han adherido a la persona. En este caso los síntomas – que se manifiestan repentinamente, como salidos de la nada - pueden ser: la apremiante necesidad de consumir sustancias tóxicas, el inusual desarrollo de un acento extranjero o el conocimiento de otro idioma, patrones de conducta contradictorios, reacciones extrañas ante situaciones familiares, movimientos repetitivos de alguna parte del cuerpo tales como tics o temblores que escapan al control del individuo, síntomas físicos que no poseen una base orgánica, la pérdida del sentido de la identidad, la sensación de que un espíritu o alguna otra entidad ha tomado el control del cuerpo o la mente u ambos, cambios de personalidad –desde los más sutiles a los más obvios – después de haberse sometido a una cirugía, sufrido un accidente, pasado por una crisis emocional o al haberse mudado de casa.
Una intrusión reciente o una posesión puede causar el deseo desmedido por la comida, las bebidas, las drogas, el sexo, la obsesión por una idea o una persona, el cambio repentino del sistema de creencias, de los intereses, de los gustos, etc. La voz y las expresiones faciales y corporales también pueden cambiar drásticamente.
La realidad de las EAPs refuta el lema tan difundido en los últimos años por el movimiento de la “Nueva Era” de que “tú creas tu propia realidad”. Esto es una falacia peligrosa y puede desatar un verdadero caos psicológico en la mente de un individuo. A este respecto pueden leer el artículo de “Por qué TU NO creas tu propia realidad” por Moris Tarantella.
Una persona que sufre la intrusión astral puede tener ideas suicidas que parecieran salir de la nada. Puede experimentar imágenes mentales inexplicables, oír voces, presenciar extraños fenómenos, sentir miedo repentino o tener la sensación de ser observada o perseguidas. Las EAPs también se manifiestan en sueños y pesadillas. Una EAP puede reactivar la memoria de su muerte en la mente del huésped haciendo que éste tenga visiones o sueños con dicha escena. También puede generar emociones asociadas a lugares, situaciones, ideas u otras personas.
Es muy importante tener en cuenta que antes de realizar cualquier terapia de vidas pasadas, el terapeuta debe diagnosticar la posible presencia de EAPs. Una terapia de vidas pasadas realizada sin esta precaución puede resultar en un completo fracaso para aliviar los síntomas del paciente, ya que podría estar tratando la vida de una EAP.
Una persona puede creer que está recordando sus otras vidas, cuando en realidad, son las de la EAP. Si realmente se trata de la vida del individuo, éste deberá recordar los acontecimientos que siguieron a la muerte, es decir, la luz, la transición a la 5ta densidad –conocida como el Bardo por algunos autores- su estancia allí, el proceso de la planificación de la nueva vida, la vuelta a la 3ra densidad, la entrada al cuerpo y el nacimiento. Si por el contrario, el individuo no tiene recuerdos sobre el proceso posterior a la vida, es probable que se trate de los recuerdos de la EAP. La entidad ha quedado traumatizada por los hechos previos a la muerte por lo que los síntomas del paciente pueden ser los de la entidad. El terapeuta o la persona misma deberá cuestionar los recuerdos hasta encontrar la prueba de que estos son de la persona en cuestión y no los de una EAP. Por ejemplo, el tiempo o la época en la que transcurre la vida de la EAP pueden no ser los apropiados para los del individuo. La EAP recordará la edad que el huésped tenía cuando ésta se le unió así como también las circunstancias de la intrusión.
El propósito de la identificación de EAPs es la de liberar al huésped de los síntomas que le aquejan. No se trata aquí de resolver los problemas de la entidad al menos que sea necesario para que ésta acepte partir. De lo contrario, la entidad debe resolver sus propios problemas durante la vida y no a través del cuerpo y el aparato psíquico de otra persona.
La entidad debe ser liberada guiándola hacia la luz, el terapeuta o la persona que hace la liberación debe asegurarse de que la entidad caiga en buenas manos, es decir, que los guías que acuden a su encuentro provengan de la luz. Es necesario explicarle qué es lo que va a ocurrirle de modo que se deshaga de los obstáculos que le impiden partir. Una espíritu humano descarnado puede no presentar tantos problemas como uno que tenga dentro de sí a una o varias entidades demoníacas o como una entidad demoníaca en sí misma
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Trastornos Disociativos de Indentidad o Personalidad Múltiple
¿Cuáles son las diferencias entre los síntomas de una persona víctima de una EAP y los de una persona que sufre de un trastorno disociativo (TDI)?
Un individuo que sufre de un TDI es incapaz de integrar la personalidad, siendo ésta una proliferación de personalidades diferentes entre sí. El Trastorno Disociativo de Identidad se caracteriza, de acuerdo al DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 4ta. Edición), por la presencia de dos identidades o personalidades distintas -cada una con su patrón estable de percibir, relacionarse y pensar sobre el ambiente y sobre uno mismo -, que alternativamente, al menos dos de ellas, toman el control del comportamiento de la persona y que se acompaña por una incapacidad para recordar información personal importante que es demasiado amplia para ser explicada por un simple olvido. Este trastorno se define por períodos de amnesia.
Aunque la tercera edición revisada (DMS III R) del DMS eliminó el criterio de amnesia, la cuarta edición lo restableció por dos razones:
En estudios sistemáticos de pacientes con este trastorno, la amnesia está presente virtualmente en todos los casos. (Cardeña et al., en prensa)
Sin el requisito de amnesia, los criterios diagnósticos son demasiado amplios y facilitan el diagnóstico excesivo de este trastorno.
El Trastorno Disociativo de Identidad se caracteriza por fracasos crónicos en la integración de la identidad, la memoria y la consciencia. La identidad depende de la continuación de la memoria personal (James, 1890/1923). En el caso de estos pacientes, alteraciones de la memoria y la conciencia provocan una escisión en la personalidad, que se presenta como una serie de identidades con patrones conductuales y cognitivos determinados, y con amnesia cuando menos entre algunas de estas identidades.
Las investigaciones determinan que los individuos que manifiestan el TDI relatan una enorme prevalencia de abusos físicos y sexuales durante la infancia; sin embargo, no es posible concluir que el abuso es suficiente en sí mismo para la presencia de este trastorno, puesto que hay muchos más casos de abusos en la infancia que de Trastornos Disociativos de la Identidad. Terr (1991) concluyó que entre los niños traumatizados solo aquellos que sufren un daño crónico suelen presentar patrones disociativos. Por otro lado, Putnam (1985) declara que el 95% y 100% de los casos de TDI tienen una historia de incesto, tortura o algún otro tipo de abuso en la infancia. [*]
Los pacientes con trastornos disociativos presentan, por lo general, diversos síntomas psicológicos y físicos:
Ansiedad, depresión.
Abuso de sustancias psicoactivas (alcohol, drogas)
Automutilación.
Intentos de suicidio.
Síntomas de:
Somatización: consiste en la presencia de síntomas físicos
Similares a los de un problema médico, pero que no pueden explicarse por una enfermedad fisiológica, por el consumo de sustancias psicoactivas o por otro trastorno psiquiátrico. Incluye síntomas gastrointestinales, sexuales, seudoneurológicos, dolor sin una base anatómica o fisiológica permanente.
Conversión: consiste en la presencia de uno o más
problemas motrices o sensoriales similares a condiciones neurológicas o médicas. Los síntomas de conversión son eminentemente disociativos en tanto que manifiestan una falta de integración entre la experiencia sensorial o motriz del individuo y la integridad anatómica y fisiológica. Estos síntomas, por lo general, son parte de un cuadro más complejo que incluye otros fenómenos disociativos.
El diagnóstico diferencial de este trastorno incluye síntomas causados por los efectos fisiológicos de una enfermedad, particularmente, algunas formas de epilepsia, y los efectos agudos de un medicamento.
De acuerdo al Dr. Richard Kluft (1986), hay cuatro factores determinantes para el desarrollo del TDI: [*]
Una predisposición biológica para la disociación.
Un historial de trauma y abuso.
Estructuras psicológicas específicas o contenidos que pueden ser usados para la creación de personalidades múltiples.
La falta de un adecuado cuidado materno u oportunidades para recuperarse del abuso.
El Doctor Bennet Brown (1986) propuso un modelo 3-P del desarrollo de este desorden: [*]
Hay dos factores hipotéticos que predisponen a un individuo a desarrollar el TDI:
Una predisposición psicológica y biológica para la disociación.
Una exposición repetida a un ambiente de abuso.
Un evento que precipita el trauma, al cual el paciente responde disociándose.
La interacción con el abusador que continúa por un período de tiempo indefinido y cuyo control está fuera del alcance de la víctima.
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Conclusión:Podemos concluir que hay diversos factores que diferencian al Síndrome de Intrusión Astral del Trastorno Disociativo de Identidad.Veamos un cuadro que resume estas diferencias.
Trastornos Disociativos de Identidad (TDI) versus Síndrome de Intrusión Astral (SIA).
TDI
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SIA
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·Los síntomas se inician en la infancia. Los síntomas visibles se dan, por lo general, entre los 20 y 40 años. La mayoría de los pacientes fueron víctimas de abuso durante la infancia.
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· Una Entidad Astral Parasitaria puede adherirse en cualquier momento de la vida del huésped, manteniendo una consciencia clara de su identidad, del momento en el que se unió al huésped y de la razones que la llevaron a dicha unión. Sin bien la salud mental, emocional o física del huésped, pueden influir en la atracción de la entidad, no juegan un factor determinante en la intrusión astral.
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·La meta de la terapia es la integración de las distintas personalidades o al menos, la cooperación y co-consciencia. [Braun, 1986][*]
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·En el SIA, sólo la liberación de la entidad produce el alivio de los síntomas. Por lo tanto el tratamiento de los conflictos de la entidad sólo se realiza como un medio para lograr su partida. El objetivo final es aliviar los síntomas del paciente.
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·Las personas que sufren de este desorden padecen de amnesia durante el período de control de una de las personalidades.
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·Por lo general, el huésped no presenta amnesia sino que más bien, se identifica con las conductas, las emociones y los pensamientos de la entidad, como si se tratara de los suyos propios. Sólo se produce amnesia en un caso de posesión total, lo que no es muy común.
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·Dr Ralph Allison (1985)[*], que ha investigado en detalle el tratamiento del TDI, declara que muchos de sus pacientes con TDI, han demostrado síntomas de posesión.
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·Después de liberada la entidad, el paciente notará el cambio en su modo de actuar, sentir o pensar. Puede incluso llegar a sentir alivio, como si un gran peso se le hubiera quitado de encima.
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·Las personalidades toman completo control de la conducta del individuo, resultando en personalidades diferentes entre sí sin ser conscientes de la presencia de otras personalidades.
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· La entidad es consciente de que no se encuentra en su propio cuerpo.
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Por último, Allison (1980) describe numerosos casos de supuestas posesiones en pacientes con TDI. Ha desarrollado un esquema conceptual que distingue cinco niveles o tipos de posesión:[*]
1 Neurosis compulsiva obsesiva.
2 Formas mentales y seres creados.
3 Un aspecto fragmentado de la mente del individuo.
4 Un espíritu descarnado que en algún momento tuvo su propio cuerpo humano.
5 Posesión demoníaca.
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