Un individuo se hace tomar una fotografía con el símbolo de la hoz y el martillo de fondo en la Plaza de Tiananmen, en Beijing, donde se llevaron a cabo diferentes celebraciones a propósito de los 90 años del Partido Comunista chino el próximo 1° de julio de 2011.(Foto: AP Photo | Alexander F. Yuan)
Un individuo se hace tomar una fotografía con el símbolo de la hoz y el martillo de fondo en la Plaza de Tiananmen, en Beijing, donde se llevaron a cabo diferentes celebraciones a propósito de los 90 años del Partido Comunista chino el próximo 1° de julio de 2011.
(EFE) - La inauguración del tren de alta velocidad entre Pekín y Shanghái, la apertura del puente sobre el mar más largo del mundo y otros grandes fastos marcarán esta semana el 90º aniversario del Partido Comunista de China (PCCh), la formación que gobierna la segunda economía mundial desde hace 61 años.
Fundado el 1 de julio de 1921 en la concesión francesa de Shanghái, en una reunión clandestina para burlar la persecución del Partido Nacionalista Kuomintang, el PCCh ha preparado además grandes eventos de masas en ciudades como Pekín, o grandes superproducciones cinematográficas que estos días invaden los cines, contando los primeros pasos del nonagenario partido.
Aunque no sea una cifra especialmente redonda para los occidentales, en la cultura tradicional china el número nueve se asocia a la eternidad, por lo que las celebraciones tienen un alto perfil, mayor que en aniversarios anteriores.
El régimen chino, analizan estos días los expertos, también ha querido utilizar la fecha como pretexto para subrayar públicamente los logros del sistema, en un año difícil para Pekín en el contexto internacional.
Al aumento de las críticas exteriores a la situación de los derechos humanos, que arreció especialmente durante los meses de detención irregular del disidente Ai Weiwei, se unieron las revoluciones árabes, que Pekín temió que se contagiaran al país en marzo, cuando hubo llamadas en China a importar ese movimiento.
También hay que tener en cuenta que los actuales líderes chinos (entre ellos el presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao) se encuentran en la recta final de sus carreras, ya que traspasan el poder en 2013, y quieren aprovechar el aniversario para recordar sus logros y afianzar su imagen de cara a la posteridad.