Una película que todos debían ver para entender como tantas veces el hombre miserable se vale de Dios para imponer su parecer, para esclavizar a los débiles y mantenerlos sumisos. Se puede mantener prepotentemente oprimidos y estupidizados a los débiles por un tiempo, pero llega un momento en el que no aguantan más y se levantan, como ocurrió con la aldea de Kautokeino y como ha ocurrido en tantos lugares más cercanos. Es cuestión de abrir los ojos. Cómo se coluden los personajes en el poder, usando sin ningún escrúpulo principios y creencias religiosas para aprovecharse y esquilmar a los pobres. Incluso a veces encuentran entre ellos sus mejores aliados. Y, ¡Ay de aquellos que osen oponerse! ¡Caen con todo el peso de su poder! ¡Manejan los hilos de la “iglesia oficial”, del ejército y del poder judicial! No son tan solo palabras…El que lo ha vivido en carne propia lo sabe. Todo el aparato estatal y oficial está a su servicio, porque tienen el poder político y económico para solventarlo y hacer que dicten lo que les conviene, pisoteando derechos, principios y leyes...
La historia de Kautokeino no es una historia Noruega del año 1852, ¡No! Es una historia actual, que todos debíamos ver, tratando de rescatar y hacer valer nuestra dignidad, que es más grande y trascendente que aquellas limitaciones que nos quieren imponer, para mantenernos en el limbo de la mediocridad, en la que pareciéramos ser buenos y no hacer daño a nadie, pero nada más falso, porque hemos dejado cortar nuestras alas en su provecho, claudicando en la defensa de nuestra libertad y de nuestros derechos elementales, a cambio de una sonrisa o de la entrega como dádiva benevolente, de lo que nos merecemos por derecho. Quien no esté de acuerdo con las ejecuciones históricas que recrea este video, no podría estar de acuerdo con las arbitrariedades que podemos observar en nuestra vida cotidiana, como las violaciones, las torturas o los despidos autoritarios y prepotentes a los trabajadores que exigen sus derechos. No, no estamos a favor de la violencia, pero no olvidemos que también hay violencia en quien trata de imponer por la fuerza su voluntad a los débiles, simplemente porque tiene más poder. Debíamos haber progresado en este sentido, pero cuando se trata de sus privilegios el rico y el poderoso no escatiman ni tienen en cuenta derecho alguno, que no sea el suyo. Así, hemos tenido que luchar para alcanzar la democracia y los derechos humanos. Sin embargo aun hoy, ni uno ni otro se respetan plenamente. Les advierto que el fin de la película es muy fuerte y penoso, pero se trata de hechos históricos, tan despiadados como la crucifixión de Jesús… En el siguiente link podrán ver toda la película que dura 88 minutos. Antes de iniciar, luego de haber hecho click en play (la flecha roja que apunta a la derecha), tomará entre 5 a 10 minutos en empezar (dependiendo de la velocidad de tu conexión), pero luego seguirá sin interrupciones. Si se detiene mostrándote una dirección URL en el medio, haz clic sobre ella y proseguirá. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario