lunes, 22 de agosto de 2011

CORRUPCIÒN CARCELARIA

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La corrupción carcelaria

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PobreEl mejor 

Siguen siendo aberrantes los excesos que se cometen en la administración de las cárceles de Colombia.
A los casos denunciados la semana pasada por varios medios, donde se mezclaron hechos bochornosos como las supuestas relaciones sexuales de una directora de un penal con sus internos, como las gabelas y tratamientos especiales a personajes con poder, ahora se suma otro capítulo.
El ex senador Juan Carlos Martínez Sinisterra, preso en la cárcel de Bosque de Barranquilla, habría aprovechado su permiso de 72 horas que le fueron concedidos por un juez para hacer campaña política en el Valle del Cauca. Según algunos portales de noticias, el ex senador habría visitado por lo menos 32 municipios en el Valle.
Lo del Inpec no es nuevo. Hay presos a los que se les permiten construcciones extras en sus celdas, para que tengan comodidad, celulares con número ilimitado de minutos, visitas sexuales de amigas de los procesados, chefs, comidas especiales y un larguísimo etcétera. Todo, alimentado con la corrupción de muchos funcionarios del interior de las cárceles.
El gobierno debería darle una discusión abierta y una solución definitiva al manejo irregular de buena parte del sistema carcelario y penitenciario del país. Está sobre la mesa, la propuesta de que dicha tarea le sea encomendada a la policía, lo que podría ayudar en la corrección de un sistema que no ha podido dejar de preparar gente para el delito.
Extrañamente, con respecto a los señalamientos de corrupción, lo único que ha dicho la Confederación General del Trabajo, que agrupa a los sindicatos del Inpec, es que esos señalamientos podrían llevar a un paro carcelario. Como si eso solucionara algo.
El Inpec y sus 10 mil funcionarios, le deben una explicación al país.



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