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sábado, 31 de agosto de 2013
TE DEUM EN PEREIRA.. GUERRA TOTAL A LA CORRUPCIÓN...
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Te Deum para refundar la ciudad
Alberto Rivera
El Diario del Otún
El domingo 30 de agosto de 1863, a las ocho de la mañana, en medio del calor de la selva que rodeaba al pequeño poblado, el padre Remigio Antonio Cañarte, de 73 años, se dispuso a celebrar la misa de fundación de Pereira, acompañado de un puñado de feligreses que ya habitaban estas tierras.
Ayer, 150 años después, casi en el mismo sitio y en medio de las imágenes del Bolívar Desnudo, la Virgen de la Pobreza y los ciudadanos que asistieron, la misa de “refundación” la concelebraron el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Ettore Balestrero, el arzobispo de Manizales, monseñor Gonzalo Restrepo, el obispo de la Diócesis de Pereira, monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, el obispo de la Diócesis de Cartago, monseñor Alejandro Castaño y el obispo emérito, monseñor Tulio Duque Gutiérrez.
Vinculo
El Nuncio destacó el estrecho vínculo que tiene la ciudad con Dios a través de la Sagrada Eucaristía -desde el mismo instante de la fundación- arraigada en la fe cristiana desde el 23 de febrero de 1953 con la llegada del primer obispo a la Diócesis. En su mensaje a los pereiranos congregados en la Plaza de Bolívar en la Eucaristía de Acción de Gracias, los invitó a seguir trabajando unidos por el progreso de este territorio, reconociendo también el espíritu emprendedor de su gente.
“Es tarea de todos sembrar semillas de civismo, sentido de unidad y pertenencia. Todos tienen que participar por el bien de la ciudad y así crecer en las raíces históricas y cristianas que la sustentan”, dijo.
Necesidades
Además, transmitió el mensaje del Papa Francisco para acabar con la corrupción y dedicar los esfuerzos en pro de la población vulnerable y necesitada. “El panorama de crecimiento de esta ciudad convive con la urgencia de satisfacer las necesidades básicas de la población. Por eso es necesario buscar a Dios, porque si buscamos a Dios buscamos la justicia. Ahora los habitantes de Pereira son discípulos llamados a construir una ciudad eterna pero terrena, siendo más sinceros, más coherentes y rechazando la corrupción”, enfatizó Balestrero.
Encomendó una vez más la ciudad a Nuestra Señora de la Pobreza, cuya imagen fue exhibida en la tarima rodeada de rosas rojas, monseñor Ettore Balstrero pidió que las expresiones de la fe católica y la persona de Jesús sean el centro de la vida personal y comunitaria.
“Los invito a cada uno de ustedes a poner la Eucaristía en el centro de sus vidas, de sus actividades y de la ciudad misma para asemejarse un poco a la Jerusalén celeste que significa ciudad de la paz, donde reine la justicia y por tanto el amor”, anotó.
El obispo
Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez resaltó la importancia de esta celebración eucarística y el momento histórico que se vivió, al evocar el momento de fundación de Pereira con la eucaristía presidida por Cañarte quien estuvo acompañado de fieles que en peregrinación hacia esta capital trajeron también la imagen de la Virgen de la Pobreza, honor que se le rinde en la Catedral y destacó la acogida que los fieles católicos demostraron durante la celebración, siendo testimonio de la vida de fe que se ha conservado en los 150 años.
Mensaje
En su mensaje, el Nuncio Apostólico hizo eco de las ya constantes invitaciones del Papa Francisco para que los fieles, católicos y creyentes no se queden en las reuniones de comunidad o en la práctica de una fe independiente, sino, por el contrario, para que salgan de los templos a llevar el mensaje de Cristo fundamentado en el Evangelio.
Además, invitó a los sacerdotes para que atiendan todas las necesidades de la comunidad, especialmente en tiempos de profunda búsqueda de Cristo, iluminados por el Año de la Fe, la Palabra de Dios, la encíclica “Lumen Fidei” y los sacramentos, dando valor especial al de la confesión y la comunión.
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