viernes, 3 de enero de 2014

PARAGUAY TRANSFORMA BASURA EN MUSICA.

Enlace Programado por Gabriel Alberto Restrepo Sotelo es LINTERNA ROJA EN Google, Yahoo y Facebook .-.
En colombia miles de ciudadanos pobres, llamados HABITANTES DE LA CALLE, vivian con el producto de vender los materiales reciclados en las vías o en los basureros públicos y ahi estaban, no causaban daño alguno a sus demas congeneres, ahora se ven obligados a ejerecer otras actividades, puesto que el NEGOCIO DE LA BASURA SE VOLVIO MUY RENTABLE y algunos poderosos colombianos, pusieron sus ojos en el y lo trasformaron en una Gran Empresa Rentable y agregaron la explotación en el negocio, de los que antes fueron sus dueños.Se desperto la Voracidad por toda aquella actividad que implique GANAR DINERO, y este actuar es uno de los factores por el que muchos Colombianos de minimos recursos estan en la Quiebra y entrando a los Cinturones de Miseria
Ahora si creemos, que en Colombia sigue existiendo, la Esclavitud moderna con otras formas de manejo?

2013-12-31 Sociedad

Paraguay transforma basura en música

Por Celeste Zarza y Marta Escurra para Infosurhoy.com

Unos 160 niños y jóvenes del más grande vertedero de basura de Asunción conforman la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, la que ya se ha presentado en diversas partes del mundo.
TAMAÑO DEL TEXTO
La Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura utiliza desechos para construir sus instrumentos. En la imagen, la orquesta en una presentación en el Santiago Mini Maker Fair, en la capital chilena, en noviembre. De ahí volvieron a Paraguay y se embarcaron posteriormente a Japón. (Gustavo Ortiz para Infosurhoy.com)
La Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura utiliza desechos para construir sus instrumentos. En la imagen, la orquesta en una presentación en el Santiago Mini Maker Fair, en la capital chilena, en noviembre. De ahí volvieron a Paraguay y se embarcaron posteriormente a Japón. (Gustavo Ortiz para Infosurhoy.com)

ASUNCIÓN, Paraguay – En la basura encontraron su pase a conocer el mundo llevando su música y un mensaje ecológico.
En Cateura, el vertedero de basura más grande de Asunción adonde llegan unas 800 toneladas diarias, unos 160 niños y jóvenes de entre 10 y 21 años viven y trabajan.
Son los “gancheritos”, hijos de “gancheros”, nombre coloquial de los catadores de materiales reciclados que usan ganchos unidos a un mango largo de madera para escarbar entre las toneladas de basura.
En la zona que circunda al vertedero viven alrededor de 25.000 personas. La mayoría de las familias dependen del trabajo de los gancheros, cuyo promedio de ganancias diarias es de $50.000 guaraníes (poco más de US$10), según Aurora Román, presidenta de una de las diez asociaciones de gancheros de Cateura.
Desde 2006, los gancheritos trabajan concentrados en el objetivo de encontrar latas, caños, tubos y restos de madera. Gracias al arte de la lutería, esos materiales cobran forma de guitarra, trombones, violines, violonchelos, flautas, bajos y contrabajos.
La creación de los instrumentos y las clases de música que voluntariamente se han tomado el tiempo de enseñarles 10 profesores han desembocado en la ya internacionalmente famosa Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura.
El 11 de diciembre, la orquesta recibió en Holanda el premio Príncipe Clauss, que reconoció a los 11 mejores trabajos culturales en el mundo. Días después, en Paraguay, fueron distinguidos por Amnistía Internacional por su trabajo a favor de los derechos humanos.
Los logros del grupo son el tema del documental “Landfill Harmonic” (La armonía del vertedero), dirigido por la colombiana Juliana Penaranda-Loftus. La producción ha motivado el interés de numerosos artistas alrededor del mundo y ha sido tema de reportajes en las cadenas CBS y CNN, en el diario The Washington Post y en otros medios internacionales.
En 2006, eran sólo cinco niños, cuenta Favio Chávez, director de la orquesta y especialista en ecología y desarrollo sustentable. Luego sumaron 10. Hoy 160 niños participan de las clases musicales y 40 de ellos conforman la orquesta.
“El desafío más grande siempre fue crear un programa educativo por medio de la música y usar el reciclado como pieza fundamental para lograrlo”, dijo Chávez.
A partir de este trabajo se van disparando otras motivaciones en los integrantes de la orquesta, como en el caso de Brandon Cobone, de 17 años, quien toca el chelo. Su experiencia de un año y medio en la orquesta ha despertado en él sus ganas de estudiar música y ser un profesional.
“Hoy no puedo creer que ya he conocido más países de los que me imaginaba con solo mi arte”, dijo.
De Cateura hacia el mundo
Desde 2012, la orquesta realiza presentaciones fuera del país, tras invitaciones de delegaciones u organizaciones. Han visitado EE.UU., Canadá, Alemania, Japón, Brasil, Chile, Colombia, Argentina y Palestina.
Todos trabajan en conjunto cuando alguna presentación se aproxima: se encargan de mantener el estado de sus instrumentos y organizan todo lo relacionado a los viajes.
“Es un trabajo cooperativo”, destacó Chávez. “Mantiene la disciplina y responsabilidad de los chicos”.
Para los viajes, se agrupan de 15 a 20 alumnos, que se quedan fuera del país máximo por 15 días, para que no descuiden sus estudios.
“Todo lo que hicimos siempre fue a pulmón, o gracias al apoyo de personas o de organizaciones como el Fondec (Fondo Nacional de la Cultura y de las Artes)”, resaltó Chavéz, añadiendo que hoy hay el interés de gente del exterior que quiere subvencionar el proyecto de la orquesta.
La orquesta no busca la fama a través del gran número de presentaciones que realizan, sino que cambie de alguna manera la vida de estos niños y jóvenes gracias a la música, dijo Chávez.
Para Jorge Ríos, padre de Ada, de 15 años, y Noelia, de 13, tener sus hijas en el mundo de la música es “mágico”.
“Antes no tenía idea de qué era Beethoven o Bach y ahora viajan gracias a ellos”, dijo. “Y lo más increíble de todo es que lo hacen con cosas que otros consideran basura y para ellas es su pasaporte a una vida y a un mundo mejor”.
Ríos es presidente de la Organización Armonías de Cateura, la que reúne padres que trabajan para que los pequeños músicos siempre tengan donde ensayar. Actualmente, los ensayos ocurren en la escuela Clara Piacentini.
“Estos chicos reflejan el potencial del país”, explicó el profesor. “Todo está relacionado, la justicia social, la cultura, la música, que es una cuestión elemental para el cambio de la mentalidad de las personas. Muchos dicen que la educación no cambia el mundo, pero sí cambia a las personas que tienen que cambiar al mundo”.
Para Brandon, la orquesta ya ha cambiado todo.
“A Cateura siempre se lo relacionó con la marginalidad”, dijo Brandon. “Ahora decís Cateura y la referencia es nuestra orquesta. De la basura hacemos arte, somos unos pequeños Mozarts”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario