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En colombia miles de ciudadanos pobres, llamados HABITANTES DE LA CALLE, vivian con el producto de vender los materiales reciclados en las vías o en los basureros públicos y ahi estaban, no causaban daño alguno a sus demas congeneres, ahora se ven obligados a ejerecer otras actividades, puesto que el NEGOCIO DE LA BASURA SE VOLVIO MUY RENTABLE y algunos poderosos colombianos, pusieron sus ojos en el y lo trasformaron en una Gran Empresa Rentable y agregaron la explotación en el negocio, de los que antes fueron sus dueños.Se desperto la Voracidad por toda aquella actividad que implique GANAR DINERO, y este actuar es uno de los factores por el que muchos Colombianos de minimos recursos estan en la Quiebra y entrando a los Cinturones de Miseria
Ahora si creemos, que en Colombia sigue existiendo, la Esclavitud moderna con otras formas de manejo?
2013-12-31
Sociedad
Paraguay transforma basura en música
Por Celeste Zarza y Marta Escurra para Infosurhoy.com
ASUNCIÓN, Paraguay – En la basura encontraron su pase a conocer el mundo llevando su música y un mensaje ecológico.
En Cateura, el vertedero de basura más grande de Asunción
adonde llegan unas 800 toneladas diarias, unos 160 niños y jóvenes de
entre 10 y 21 años viven y trabajan.
Son los “gancheritos”, hijos de “gancheros”, nombre coloquial
de los catadores de materiales reciclados que usan ganchos unidos a un
mango largo de madera para escarbar entre las toneladas de basura.
En la zona que circunda al vertedero viven alrededor de 25.000
personas. La mayoría de las familias dependen del trabajo de los
gancheros, cuyo promedio de ganancias diarias es de $50.000 guaraníes
(poco más de US$10), según Aurora Román, presidenta de una de las diez
asociaciones de gancheros de Cateura.
Desde 2006, los gancheritos trabajan concentrados en el
objetivo de encontrar latas, caños, tubos y restos de madera. Gracias al
arte de la lutería, esos materiales cobran forma de guitarra,
trombones, violines, violonchelos, flautas, bajos y contrabajos.
La creación de los instrumentos y las clases de música que
voluntariamente se han tomado el tiempo de enseñarles 10 profesores han
desembocado en la ya internacionalmente famosa Orquesta de Instrumentos
Reciclados de Cateura.
El 11 de diciembre, la orquesta recibió en Holanda el premio
Príncipe Clauss, que reconoció a los 11 mejores trabajos culturales en
el mundo. Días después, en Paraguay, fueron distinguidos por Amnistía
Internacional por su trabajo a favor de los derechos humanos.
Los logros del grupo son el tema del documental “Landfill Harmonic”
(La armonía del vertedero), dirigido por la colombiana Juliana
Penaranda-Loftus. La producción ha motivado el interés de numerosos
artistas alrededor del mundo y ha sido tema de reportajes en las cadenas CBS y CNN, en el diario The Washington Post y en otros medios internacionales.
En 2006, eran sólo cinco niños, cuenta Favio Chávez, director
de la orquesta y especialista en ecología y desarrollo sustentable.
Luego sumaron 10. Hoy 160 niños participan de las clases musicales y 40
de ellos conforman la orquesta.
“El desafío más grande siempre fue crear un programa educativo
por medio de la música y usar el reciclado como pieza fundamental para
lograrlo”, dijo Chávez.
A partir de este trabajo se van disparando otras motivaciones
en los integrantes de la orquesta, como en el caso de Brandon Cobone, de
17 años, quien toca el chelo. Su experiencia de un año y medio en la
orquesta ha despertado en él sus ganas de estudiar música y ser un
profesional.
“Hoy no puedo creer que ya he conocido más países de los que me imaginaba con solo mi arte”, dijo.
De Cateura hacia el mundo
Desde 2012, la orquesta realiza presentaciones fuera del país,
tras invitaciones de delegaciones u organizaciones. Han visitado EE.UU.,
Canadá, Alemania, Japón, Brasil, Chile, Colombia, Argentina y
Palestina.
Todos trabajan en conjunto cuando alguna presentación se
aproxima: se encargan de mantener el estado de sus instrumentos y
organizan todo lo relacionado a los viajes.
“Es un trabajo cooperativo”, destacó Chávez. “Mantiene la disciplina y responsabilidad de los chicos”.
Para los viajes, se agrupan de 15 a 20 alumnos, que se quedan
fuera del país máximo por 15 días, para que no descuiden sus estudios.
“Todo lo que hicimos siempre fue a pulmón, o gracias al apoyo
de personas o de organizaciones como el Fondec (Fondo Nacional de la
Cultura y de las Artes)”, resaltó Chavéz, añadiendo que hoy hay el
interés de gente del exterior que quiere subvencionar el proyecto de la
orquesta.
La orquesta no busca la fama a través del gran número de
presentaciones que realizan, sino que cambie de alguna manera la vida de
estos niños y jóvenes gracias a la música, dijo Chávez.
Para Jorge Ríos, padre de Ada, de 15 años, y Noelia, de 13, tener sus hijas en el mundo de la música es “mágico”.
“Antes no tenía idea de qué era Beethoven o Bach y ahora viajan
gracias a ellos”, dijo. “Y lo más increíble de todo es que lo hacen con
cosas que otros consideran basura y para ellas es su pasaporte a una
vida y a un mundo mejor”.
Ríos es presidente de la Organización Armonías de Cateura, la
que reúne padres que trabajan para que los pequeños músicos siempre
tengan donde ensayar. Actualmente, los ensayos ocurren en la escuela
Clara Piacentini.
“Estos chicos reflejan el potencial del país”, explicó el
profesor. “Todo está relacionado, la justicia social, la cultura, la
música, que es una cuestión elemental para el cambio de la mentalidad de
las personas. Muchos dicen que la educación no cambia el mundo, pero sí
cambia a las personas que tienen que cambiar al mundo”.
Para Brandon, la orquesta ya ha cambiado todo.
“A Cateura siempre se lo relacionó con la marginalidad”, dijo
Brandon. “Ahora decís Cateura y la referencia es nuestra orquesta. De la
basura hacemos arte, somos unos pequeños Mozarts”.