Decidió presentar su nombre como candidato a la Gobernación de Risaralda porque consideró que su hoja de vida, avalada por más de 25 años de experiencia en el sector público era honesta, sin tacha o sanción moral o ética, y quería ponerla al servicio de los risaraldenses.
El ex director de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda, Alberto Arias Dávila, ratifica que, seguirá en la contienda electoral.
Nunca ha considerado la posibilidad de renunciar, a pesar de los acercamientos de líderes liberales con la campaña de Carlos Alberto Botero, de que algunas encuestas no lo den como favorito o de que Cambio Radical hubiera anunciado oficialmente a través de su presidente, Germán Varón Cotrino que se disolvía el acuerdo de coalición.
“Los 14 años en la Cárder me posicionaron porque esa entidad fue reconocida como una de las mejores del país y Latinoamérica por la Cepal, además de premios y reconocimientos que se obtuvieron a lo largo de esos 14 años, aún desde la misma Presidencia de Uribe .
Con toda esa experiencia administrativa y las voces de amigos que me apoyaron, decidí presentar mi nombre a la Gobernación de Risaralda”.
Lo más difícil
A través de este ejercicio político, señala que lo más difícil ha sido entender la condición humana.
“Uno cree que conoce a los otros en su aspecto cálido, armonioso, en el arte del buen vivir, y resulta que se dan otros factores que definitivamente diferencian a la verdadera política a como la veían los griegos, que la concebían como el arte de estar al servicio de la gente...
Generalmente hay mucho individualismo, no hay una construcción colectiva de ciudad, porque hay situaciones que carcomen a muchos”, dice pausadamente, sin expresar resentimientos, sentado cómodamente en su casa, el escenario de esta charla, sin mencionar nombres propios.
El talante liberal
A pesar de la situación vivida al interior del partido Liberal y lo que se advertía como un apoyo tambaleante, él acalló las voces que lo veían bajarse de su candidatura, con una posición férrea que siempre ha sido la misma y que se ha convertido prácticamente en su frase de batalla: “Voy hasta el final”.
En medio de las reuniones que el directorio departamental realizó en Pereira para definir su apoyo, Arias viajó a Bogotá a reunirse con el máximo jefe del partido, Rafael Pardo, quien le ratificó el aval como el candidato liberal a la Gobernación de Risaralda.
“El doctor Pardo, me dijo que había que mostrar el talante liberal, conciliador por eso me he estado reuniendo con líderes líberales y también con la militancia, concertando las formas de hacer política de parte y parte.
Yo mostré públicamente en una carta abierta a los risaraldenses qué era lo que sentía, esa es mi esencia. No me voy con rodeos.
A unos no les gustó a otros sí”.
Momentos felices
Han sido indudablemente, los nacimientos de sus dos hijos, en los cuales ha estado presente. Recuerda exactamente la hora y el día.
“Los nacimientos de mis hijos han sido lo mejor. Ahí se ve la grandeza de la naturaleza y dimensiona uno el amor de padre. Mi hijo Sebastián Alberto, que hoy tiene 22 años, nació a las 12:40 del día un 8 de agosto y mi hija que hoy tiene 16 años, nació a las 7:40 un 11 de julio.
Hace 25 años está casado con Claudia María Arcila, magistrada del Tribunal Superior.
Arias señala que para su familia que lo apoya incondicionalmente, no ha sido fácil acomodarse a este nuevo ejercicio político, que les ha quitado buena parte del tiempo que compartían cada día.
Me acuerdo cuando mi hijo mayor estaba en el vientre de su madre. Cuando el niño pateaba, yo le decía ‘¡¡quiubo hermano’!!, cuando me lo enetregaron, estaba con los ojos cerrados, yo lo saludé e inmediatamente abrió los ojos y reconoció mi voz. Son momentos que no se olvidan”.
“Para ellos no ha sido fácil sobre todo cuando encuentran comentarios en la prensa desobligantes, o escuchar a los que dicen que los políticos son todos unos sinvergüenzas”.
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