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El temor de Juan Manuel
Oscar Alberto Díaz García
¿Que tan auténticos son los temores de Juan Manuel Santos, cuando dice que reconocer la existencia del conflicto armado en Colombia, le evitará ir a la cárcel junto al ex presidente Uribe, y toda la cúpula militar? La respuesta es suya, amable lector; miremos el asunto con objetividad. Para comenzar, creo prudente aclarar que el gobierno sostiene que tal declaración no implica otorgarle a la guerrilla personería jurídica de legalidad. Por ahora, (sic) a las Farc, no se les está reconociendo estatus de beligerancia.
Sin embargo, periodistas autorizados y serios, como Ricardo Puentes Melo, quien además conoce el tema a profundidad, en su medio de difusión “Periodismo sin fronteras”, advierte que Santos ya tiene la fecha definida para sentarse a negociar con las Farc. Acota diciendo que Santos facilitó la huida de Alfonso Cano en un helicóptero brasilero, en el cual viajaba Piedad Córdoba, en hechos que conoce muy bien toda la opinión, así no hayan sido publicados por la gran prensa en su real dimensión. Según Puentes Melo, “Santos estaría dilatando un tanto su propósito, en espera de un cambio en la opinión publica,” que hoy rechazaría esa opción, por los fallidos diálogos acaecidos con anterioridad. Dice Puentes, que “Santos espera ambientar al país, llevándolo con suavidad hasta el momento de anunciar la negociación de la paz.”
Ningún presidente va a ir a la cárcel por favorecer al comunismo. La justicia amañada, de actuaciones evidentemente ladeadas a favor de la izquierda, si estaría dispuesta a encarcelar a Uribe y a su antiguo ministro Santos, con toda la cúpula militar, por haber perseguido el brazo armado de la subversión. Y por esto, Santos trata de recompensar su antigua actuación. Además, los jefes de Estado suelen evadir su responsabilidad; recordemos el caso de Belisario Betancourt, quien vive incólume y libre de todo mal, mientras la cúpula militar de su época está siendo encarcelada por cumplir con su deber. El caso del coronel Alfonso Plazas Vega es la máxima expresión de la injusticia, y del horror de la politización de la rama judicial.
Entonces, los temores de Juan Manuel Santos, tienen fundamento real ¿o tan solo serian un paso mas en el camino del ablandamiento de la opinión, para poder enseguida, darle reconocimiento político a las Farc, escalón previo al tercero y ultimo: reconocer estatus de beligerancia a la subversión, para poder sentarlos a negociar?
Es evidente que en Colombia, los militares son respetuosos del poder civil; y han sido los mártires perpetuos, victimas de las argucias de los políticos, que evaden de plano su responsabilidad, y permiten que los verdaderos criminales lleguen a las instancias superiores de los tres poderes de la nación, mientras los uniformados pagan con cárcel su lealtad a la Constitución. La esposa del coronel Plazas, Tania Vega, acaba de publicar un libro titulado “Qué injusticia” en el cual, con elementos probatorios que son piezas procesales, cuenta cómo la Juez Jara basó su fallo condenatorio en falsos testimonios, y en un testigo estrella falso, fantasma, que ni estuvo en el lugar de los hechos, y firmó su declaración con nombre falso. La juez Jara fue enviada, como premio, al exterior. El Coronel Plazas paga treinta años de cárcel, por un crimen que no cometió. Colofón: el temor de Juan Manuel, es más bien a perder los votos de Uribe.
oscaralbertodiazgarcia@hotmail.com
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