martes, 6 de noviembre de 2012

'Para ocultar el 8.000 se asesinó a más de 35 personas': Enrique Gómez

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'Para ocultar el 8.000 se asesinó a más de 35 personas': Enrique Gómez

¿Kacerosky tiene la clave del asesinato de Álvaro Gómez?
Enrique Gómez Martínez es sobrino de Álvaro Gómez y abogado en la parte civil del proceso.

El sobrino e investigador del crimen de Álvaro Gómez Hurtado habla de las claves del magnicidio.

¿Quién es Edward Kacerosky y por qué viene a aparecer ahora en la investigación del crimen de Álvaro Gómez?
En el libro En la boca del lobo, escrito por el piloto de la mafia, está explicada su importancia. Es considerado el agente de aduanas retirado más enterado del mundo en relación con la mafia de las drogas colombianas.
Se oyen rumores de que el ex agente Kacerosky ha puesto a hablar a mucha gente. ¿Qué es lo que él puede aportar?
Lo citamos como testigo, pensando que tenía un gran conocimiento de contexto en relación con el 8.000. Cuando lo contacté me dijo que tenía un contrato de confidencialidad con el gobierno de EE. UU. No podía hablar sin la autorización del Departamento de Justicia. "Consígamela, y con mucho gusto declaro", me dijo. En el proceso el fiscal Montealegre tuvo que solicitar formalmente la cooperación del Departamento de Justicia, que ya lo autorizó.
¿Qué ha cambiado en el proceso con la presencia de Kacerosky?
Está en condiciones de mostrar los nexos que existían para 1994 entre el cartel de Cali y el ex presidente Ernesto Samper, y los registros de contabilidad del cartel que él mismo incautó y que enviaron a EE. UU., pero que aquí nadie investigó.
Con todo respeto, eso no es noticia. Hasta el propio Samper ya reconoció que entraron dineros calientes a su campaña.
Hubo dos conspiraciones. Una para elegir al presidente y otra para encubrir la divulgación de los narcocasetes. De ambas conspiraciones Kacerosky tiene conocimiento directo como agente investigador. Más allá de eso, decidimos contratarlo para que, en ejercicio de nuestra condición de víctimas, busque la verdad y ayude a que se haga justicia por el crimen de Álvaro Gómez, ante el vacío en el cual amenaza con caer la investigación.
¿Cree que alguien no la está dejando avanzar?
Mire: logramos como gran cosa hacer declarar a dos miembros del cartel del norte del Valle, Diego y Juan Carlos Montoya, en diciembre del año pasado, y solo ahora se volvió a entrevistar a otro extraditado, Salvatore Mancuso. Al ritmo de una prueba por año va a prescribir el proceso sin haber escuchado a los demás testigos.
¿La credibilidad de Mancuso no se ha vuelto muy selectiva?
Mancuso está en condiciones de aclarar importantes crímenes de Estado cometidos en este país.
La última noticia que tuvimos es que usted se había entrevistado con 'Rasguño', y que él le dijo saber quién mató a Álvaro Gómez.
Eso fue en enero del 2010. El conjunto de lo dicho por 'Rasguño' se ha venido confirmando casi en su totalidad en los últimos dos años. Se confirmó que, efectivamente, como pago por el homicidio de Álvaro Gómez, le terminaron los procesos a 'Rasguño' y a Orlando Henao, el temido 'hombre del overol', en la Fiscalía. Se aportaron todas las sentencias de preclusión y cierre de 14 investigaciones. Se confirmó que el abogado José Ignacio Londoño Zabala, 'Nacho', fue una ficha del cartel en cuanto al manejo y contacto con los políticos. Se ha confirmado la existencia en febrero de 1996 de una reunión en donde Carlos Castaño le reclamó a Orlando Henao por haber matado a Álvaro Gómez. Previamente se había dado otra reunión, también confirmada, en septiembre de 1995, en la que Orlando Henao le había propuesto a Carlos Castaño que mataran y/o secuestraran a Álvaro Gómez, como lo dijo 'HH' públicamente en Justicia y Paz. Se ha ido confirmando entonces lo dicho por 'Rasguño' en forma muy extensa, y todavía hay pruebas por practicar pero que por alguna razón no se practican.
De acuerdo con las nuevas pruebas, ¿por qué habrían matado a Álvaro Gómez? El propio Ernesto Samper cree que "su negativa final de participar en el complot (contra el entonces Presidente) es lo único que explica que hubieran tomado la decisión de asesinarlo".
Esa tesis ha sido desvirtuada por testimonios directos presenciales de testigos cuya identidad no puedo mencionar.
¿Pero entonces, cómo creer en esos testigos?
Ya se conocerá su identidad. Pero antes necesitamos urgentemente que la Fiscalía los interrogue. El país no puede olvidar el homicidio gravísimo del sobrino de 'Rasguño' para silenciarlo. Él declaró de todas formas, en su esfuerzo de colaborar con la justicia, y rompió con la ley del silencio. Después de eso los miembros del cartel del norte del Valle no quisieron volver a hablar. Logramos volver a motivar a Diego Montoya, y de ahí en adelante los demás comienzan a considerar colaborar con la justicia. Advierto a la opinión pública que aquí puede haber un baño de sangre en relación con los familiares de estos testigos. Conmino al gobierno Santos a que no permita que esto suceda. Sin excepción, cada mafioso tiene un familiar en una cárcel colombiana. Y volveríamos al punto de enero del 2010.
¿Si usted afirma que hay pruebas contra el abogado Londoño Zabala, por qué sigue libre?
Esa es una señal: a pesar de que hay pruebas concretas que vinculan al abogado Nacho Londoño Zabala con el homicidio del sobrino de 'Rasguño', la Fiscalía se niega a vincularlo y ahora le prohíbe a la Dijín el acceso a esa investigación. Quiero señalar aquí que la dirección de homicidios de la Dijín y sus hombres se han jugado la vida, y me parecería injusto que terminen haciéndolo inútilmente. La Dirección Nacional de Terrorismo y la Fiscal 16 deciden que no, que ese crimen hay que dejarlo impune. Londoño camina tranquilo por las calles de Colombia y manda matar a la gente, tiene primos fiscales, coordinadores de fiscales en Antioquia, los tuvo en Cartago y ahora los tiene en Cali. Dirige el aparato jurídico de 'los Rastrojos' con total impunidad.
¿Qué hay de cierto en que Londoño iba a visitar a Fernando Botero cuando estuvo preso en la Escuela de Caballería, para que no hablara?
Fernando Botero declaró, y el país conoce esas declaraciones porque las publicó Semana. Un día iba Serpa, y al otro Londoño. Pero concretamente, apenas mataron a Álvaro Gómez, Londoño visitó a Botero y le dijo: ¿vio lo que pueden hacer mis jefes? O sea que mejor guarde silencio. Botero así lo declaró. Y lo que ha avanzado la investigación es precisamente en confirmar hasta qué punto Botero fue amenazado por miembros del gobierno Samper, de la mafia y por este tipo de abogados en las instalaciones de la Escuela de Caballería. Ahí no se fraguó ningún golpe, como dice ahora el expresidente Samper. Lo que se fraguó fue un complot para hundir el proceso 8.000 y comprar la absolución de la Cámara de Representantes.
Le insisto: ¿en este nuevo esquema que arrojan sus investigaciones, por qué matan a Álvaro Gómez?
Lo matan porque es imposible comprar al Congreso y obtener la absolución del Presidente en el proceso 8.000 con Álvaro Gómez vivo y criticando ese montaje financiado por el narcotráfico. Había que eliminarlo y silenciarlo. Se pensó incluso en secuestrarlo, pero optaron por matarlo, para hacer viable la etapa final de una conspiración enfocada a tapar el 8.000.
La semana pasada, el expresidente Samper se aventuró en La W con la tesis de que quien mandó matar a Álvaro Gómez fue Fernando Botero. Pero tampoco descarta que hubiera sido con la colaboración de su padre y hermano de la víctima, Enrique Gómez Hurtado...
La familia Gómez, como víctima, ha asumido su compromiso con la verdad, a sabiendas de que en este país cualquier cosa puede pasar. La tesis del expresidente es fruto del pánico. Debería acudir a una defensa técnica. Le recomiendo que por ahora guarde silencio, que es un derecho que tienen todos los imputados. Que deje que en adelante hablen sus abogados.
Usted lleva más de tres años en esta investigación. ¿Qué tiene para pedirle de manera inmediata a la Fiscalía y a la Corte Suprema?
Resolver el asunto de competencia en relación con Horacio Serpa. Alguien tiene que investigarlo. No puede eludir esta investigación por cuenta de tecnicismos, ni de las maniobras de la exfiscal Vivian Morales.
¿A Álvaro Gómez lo matan en virtud de un complot organizado por...?
Sin duda por el gobierno de entonces, con José Ignacio Londoño Zabala como mensajero y Orlando Henao, el 'hombre del overol'. En el aspecto material ya existe evidencia sustanciosa que apunta a que el coronel y comandante nacional del Gaula del momento, Danilo González, fue el coordinador y diseñador del homicidio en lo práctico, con la complicidad del comando de Chapinero de la Policía de Bogotá, para evitar que hubiese policía en la zona el día de los hechos.
¿Qué pruebas tiene de esta última afirmación?
Pues mire: los cartuchos desaparecieron. Las pruebas de balística resultaron inútiles. La inspección en la escena del crimen, inexistente. Las grabaciones del lugar en el día de los hechos, desaparecidas. A pesar de esas limitantes, nos hemos acercado mucho a la comprobación de quién lo mató materialmente, y hay avances que el país conocerá después y no ahora porque los testigos corren gravísimo peligro.
¿Cuántos muertos ha habido durante esta investigación?
Para favorecer el encubrimiento del 8.000 hemos contado más de 35 homicidios, ocurridos entre 1994 y 1997. Y anuncio en esta entrevista que voy a liderar el colectivo de víctimas del encubrimiento del 8.000.
¿Todo esto indica que la justicia de EE. UU. por fin decidió colaborar en el esclarecimiento del crimen de Álvaro Gómez, y que con la ayuda de Kacerosky vamos a encontrar la clave?
Sí. Y en contra de lo que viene diciendo el doctor Samper, lo fundamental para la verdad, la reparación y la justicia de todas las víctimas de crímenes de Estado en Colombia, de izquierda, centro o derecha, es la extradición. Por eso se oponen a que se siga extraditando a estos testigos. En EE. UU. sí hay garantías. No envenenan a la gente en las cárceles. Hay transparencia, recursos y disposición. No puede engañarse el país para que se destruya ese mecanismo de cooperación de la justicia estadounidense.

MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO

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