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Cuando desde la CIA y el MI6 se quiso acabar con los comunistas en Italia
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial la mayor prioridad para los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido era evitar que el comunismo de la URSS se extendiese por el planeta y más concretamente por el resto de Europa.
La OTAN tomó medidas para tener bien controlados a aquellos países pertenecientes al Pacto de Varsovia, facultando, armando y dando todo tipo de permisos para actuar a la CIA y el MI6 durante los años en los que duró la Guerra Fría.
Para ello se diseñaron varios planes con los que se actuaría con contundencia en caso de necesidad y ante cualquier mínima sospecha de un aumento de presencia comunista. La Operación Gladio era una de esas acciones por la que se había organizado una red de paramilitares con la misión de atentar,sabotear, secuestrar e incluso asesinar a todo aquello o aquel que pudiese estar vinculado con los soviéticos.
Se puso especial atención a Italia, un país en el que desde el fin de la IIGM se había experimentado un aumento considerable de simpatizantes y votantes del PCI, yendo a más los apoyos que recibía el partido una cita electoral tras otra y habiendo doblado el número de votos en las tres décadas que transcurrieron entre 1946 y 1976.
Y fue precisamente en las elecciones generales del 76 cuando el PCI sacó los mejores resultados de su historia, situándose con el 34,37% de los votos a tan solo cuatro décimas del partido ganador de los comicios la DC(Democracia Cristiana) y doblando en escaños a la suma total del resto de fuerzas políticas, entre ellas al conglomerado de organizaciones socialistas que por aquel entonces estaban totalmente divididas.
La organización anticomunista estaba compuesta, además de mercenarios, de un buen puñado de elementos de extrema derecha, tanto de la Alemania nazi como de la Italia fascista, que habían conseguido librarse de ir a prisión o ser juzgados por crímenes de guerra a cambio de incorporarse a esta fuerza paramilitar.
Hasta entonces los miembros de laOperación Gladio habían realizado esporádicas acciones terroristas en Italia, pero a raíz de la aparición en 1969 de la organización radical y revolucionariaBrigadas Rojas, comenzando a hacerlo con más frecuencia y así poder atribuirle a ésta los atentados que cometían con el fin de desprestigiar a las fuerzas de izquierda, crear el caos y la desestabilización política del país.
Esta forma de proceder también se estaba llevando a cabo en otros países, siendo los resultados dispares y consiguiendo en algunos cambiar el signo político de los que gobernaban e incluso financiar y diseñar golpes de Estado para llevar al poder a los militares, tal y como ocurrió en varios países sudamericanos en el que bautizaron el plan como ‘Operación Cóndor’haciendo caer gobiernos democráticos en Brasil, Argentina, Chile, Uruguay o Bolivia (por nombrar tan solo a cinco).
[Relacionado: Operación 40, el plan para derribar gobiernos]
Uno de los impulsores de estos planes desestabilizadores desde los EEUU fueHenry Kissinger , Secretario de Estado norteamericano y, lo más sorprendente, Premio Nobel de la Paz en 1973, quien hizo y deshizo gobiernos a su antojo, colocando en el poder a aquellas personas o grupos políticos que más les convenía a los estadounidenses y británicos.
A lo largo de toda la década de 1970 en Italia se vivieron auténticos momentos de tensión, acciones de violencia callejera, atroces actos terroristas y una importante desestabilización política siendo conocido ese periodo como ‘Anni di piombo’ (Años de plomo).
El hecho de realizar actos terroristas por parte de los miembros de la Operación Gladio y echar la culpa a las Brigadas Rojas ha hecho que existan un buen número de asesinatos y atentados que hayan quedado sin resolver y sin que se sepa realmente quién los realizó.
Entre ellos está el secuestro y asesinato de Aldo Moro en 1978, uno de los más importantes y destacados políticos italianos que pertenecía a la Democracia Cristiana, partido que estaba en el gobierno en aquel momento. Fue reivindicado por las Brigadas Rojas, pero son muchos los expertos que indican que realmente fue un acto terrorista ejecutado por los Gladio con el fin de desestabilizar el gobierno, debido a que en aquellos momentos había un pacto político entre la DC y el PCI.
Otro de los actos impunes llevados a cabo por miembros del Gladio y financiados por la CIA y el MI6 fue la matanza de Bolonia, un atentado en el que el 2 de agosto de 1980 fallecieron 85 personas y otras 200 resultaron heridas tras explotar una bomba en la estación de Bolonia. Está considerado como el acto terrorista más grave que haya sufrido Italia tras la IIGM.
No fue hasta 1990, en los prolegómenos del fin de la Guerra Fría, cuando el gobierno italiano deGiulio Andreotti puso al descubierto la trama organizada por la Operación Gladio y apoyada por la CIA, el MI6 y la OTAN.
A pesar de haber pasado más de dos décadas desde que se destapó el asunto, a día de hoy sigue sin haberse castigado y ni uno solo de los responsables, tanto terroristas como políticos, han dado explicaciones, sido detenidos o condenados.